Si esta corriente ha llegado a nosotros desde Oriente y ha perdurado a través de los siglos es claramente por sus beneficios sobre nuestra salud, tanto física como mental.
Esta filosofía pone en común la sexualidad sana y reposada, el amor, el control y la meditación. Por tanto, podríamos decir que hablar de tantra bien entendido también es hablar de mindfulness.
Tal y como explican desde un estudio de masajes tantra en Barcelona, si lo entendemos como terapia para nuestra salud, podemos encontrar muchos beneficios para nuestro sistema nervioso, siendo especialmente destacable la liberación del estrés, la mejor irrigación sanguínea y la estimulación de la zona erógena.
Aunque muchas veces se extienda una idea equivocada sobre el tantra, los masajes tántricos en realidad se basan en técnicas sexuales saludables que ayudan a problemas como la eyaculación precoz en los hombres o la anorgasmia de las mujeres, donde además el placer sexual queda en un segundo plano, siempre por detrás de las emociones.
Beneficios del tantra para el cuerpo
Sobre nuestra piel también presenta otros beneficios, como son el aumento de la temperatura corporal o la exfoliación cutánea. El masaje, con sus diferentes técnicas, también se favorece la reabsorción de fluidos.
En una capa más interna, sobre nuestros músculos, se consigue una mejor oxigenación e irrigación sanguínea, así como se facilita la eliminación de sustancias de desecho y de catabolitos.
En este sentido, durante el masaje también aumentan los niveles de oxígeno en sangre y se liberan las hormonas de la histamina y la acetilcolina sobre el sistema nervioso, las cuales tienen un efecto anestesiante y ayudan a disminuir el dolor y a despejar la mente.
Beneficios del tantra para la mente
Finalmente, teniendo en cuenta que el tantra se basa en el equilibrio entre mente y cuerpo, también están presentes beneficios psicológicos. Las sensaciones que se experimentan despiertan la sensibilidad y ayudan a aprender a disfrutar del proceso y a olvidarse de la meta.
Y es que al igual que en otras filosofías y formas de meditación orientales, el saber qué queremos cada uno de nosotros, conocer nuestro cuerpo, nuestra mente y lo que sentimos es clave y es lo que hace que las personas que lo practiquen estén en paz consigo mismas, olviden y alivien sus problemas.