La sal cristalina del Himalaya posee más de 80 elementos distintos que se encuentran en nuestro organismo, entre los que destacan el magnesio, calcio, potasio, cromo o el hierro que es el que le aporta ese tono rosado. Sus minerales se presentan en una forma disuelta, coloidal, lo que permite a nuestras células absorberlos fácilmente.
Su proceso de extracción es manual y en su proceso de lavado no intervienen altas temperaturas por lo que conserva su estructura cristalina perfecta y gracias a los cuales la sal del Himalaya no necesita, a diferencia de la sal común, absorbentes de humedad, conservando de esta manera sus elementos minerales y equilibrio energético y químico.
Los beneficios de la Sal del Himalaya son numerosos tanto para la salud como para la piel y no pasan desapercibidos.
Beneficios de la sal del Himalaya
Regula los niveles de agua del organismo para su buen funcionamiento.
Estabiliza el equilibrio del PH en las células.
Reduce los signos de envejecimiento.
Promueve la regeneración celular.
Favorece la digestión.
Es beneficiosa para la salud vascular.
Favorece la eliminación de tóxinas del organismo.
Mejora la función respiratoria.
Reduce los problemas de senos (fosas nasales). Si tienes la nariz tapada e inflamación de garganta un a solución con sal del Himalaya te irá perfecto.
Reduce y mejora tanto calambres como dolores musculares.
Aumenta la resistencia ósea
Favorece el sueño reparador.
Regula la presión arterial.
Aumenta la líbido.
Previene la celulitis.
Reduce las posibilidades de sufrir reumatismo, artritis y gota, así como piedras en el riñon y vesícula biliar.
Reduce la migraña.
Disminuye los dolores y molestias del reumatismo, artritis, gota y de las articulaciones.
Un baño con sal del Himalaya relaja, revitaliza y renueva la energía.
Es un buen exfoliante corporal.
Ayuda a prevenir y reducir el acné.
Con todo este manantial de beneficios ¿Os animáis a sustituir la sal común por sal del Himalaya?
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