¿Qué tiene de particular esta danza?
Los movimientos ondulatorios de esta danza (sobre todo los que dibujan un infinito con la pelvis) nos hacen a ejercitar los músculos de la cintura, del vientre… Al general movimiento; generamos calor, ganamos elasticidad, llevamos irrigación sanguínea a la zona y con ella oxígeno, nutrientes y agua a músculos y órganos.
El psoas, la clave de la salud pélvica
Uno de los músculos claves que se movilizan en esta danza es el psoas, el músculo más profundo y estabilizador de nuestro cuerpo. Es el único músculo que conecta nuestra parte superior con la inferior. Es el responsable de mantenernos de pie y poder caminar. Es junto con el glúteo, el mayor responsable del movimiento de flexión de la cadera.
No es fácilmente localizable a simple vista, ya que forma parte de nuestra musculatura profunda, pero es gracias a él que podemos elevar las piernas hacia arriba (como hacemos al caminar) y flexionar el tronco como lo hacemos en esta danza.
El psoas además está conectado con el diafragma, por eso cuando lo movilizamos se nota en nuestra respiración.
La suma de stress, falta de hidratación y vida sedentaria, tensa este músculo (el stress en nuestro cuerpo siempre tensa los músculos porque nos hace segregar adrenalina, que nos prepara para entrar en acción, correr si hiciera falta o encogernos buscando protección).
Un stress continuado en el tiempo acorta y endurece nuestros músculos. Haciéndolos menos flexibles cada vez, dificultando nuestra postura y las funciones de los órganos a los que rodea (útero, ovarios, trompas, vejiga, intestinos…), pudiendo dar lugar a menstruaciones dolorosas, problemas digestivos, dolores de espalda, ciáticas, etc.
Movilizar la cintura, el vientre y el útero como se hace en esta danza, ayuda a ejercitar y oxigenar los músculos y órganos. A muchas mujeres les ayuda a equilibrar su ciclo hormonal ¡y hasta sube la autoestima!
La danza oriental y la salud pélvica
La danza oriental no es la panacea que cura todos los males, ni mucho menos. Pero sí que es cierto que vivimos en una sociedad en la que las mujeres pasamos la mayor parte del tiempo haciendo trabajo sedentario en despachos, oficinas…, y normalmente nuestra pelvis y todo lo que en ella habita se moviliza mas bien poco.
Si a eso le sumamos falta de ejercicio físico, con el tiempo esa estaticidad, se traducirá en falta de flexibilidad, acortamiento muscular, etc… Y puede estar relacionada con cierto tipo de molestias pélvicas e incluso dolor menstrual.
– Con el bellydance nos movemos suavemente casi masajeando el psoas, el abdomen, las caderas y todos los órganos que se encuentran en el interior de nuestro vientre.
– Estimulamos el movimiento de fluidos, favoreciendo la circulación sanguínea y ayudando a irrigar con oxígeno la zona.
– Fortificamos los músculos del periné y prevenimos el descenso de la vejiga, muy importante para prevenir y/o mejorar la incontinencia urinaria causada por debilidad muscular .
– Mejoramos la recuperación de una cirugía en el área de la vagina. Esta práctica fortalece los tejidos y un tejido fortalecido se recupera mejor y mas rápidamente.
– Recuperamos mejor nuestro suelo pélvico en el postparto y nuestro abdomen posterior tras una cesárea.
– Estimulamos los intestinos con el movimientos ondulatorio de la pelvis, lo cual ayuda a su mejor funcionamiento y a la eliminación, mejorando así el estreñimiento.
Imagen de la web Crianza Natural
En el documental “La luna en tí” se invita a que las mujeres con molestias menstruales experimenten la danza del vientre como terapia para el dolor menstrual. Los resultados dependerán de cada mujer, lo que sí está claro es que la combinación descanso, ejercicio habitual, alimentación saludable y mejora del estilo de vida, pueden mejorar mucho nuestra salud pélvica.
Si te ha gustado este artículo compártelo en tus redes sociales. Y si quieres atención personalizada en alimentación y salud femenina, recuerda que puedes encontrarnos aquí
Quieres saber mas…
– Nugent MM, Stapley PJ, Milner TE. Independent activation in adjacent lumbar extensor muscle compartments. (2012) J Electromyogr Kinesiol 22(4):531-9.
– Vaziri F, Hoseini A, Kamali F, Abdali K, Hadianfard M, Sayadi M. Comparing the effects of aerobic and stretching exercises on the intensity of primary dysmenorrhea in the students of universities of bushehr. (2015) J Family Reprod Health 9(1):23-8.
– Diana Fabianova. La luna en tí. Ubak Producciones
Filed under: Natural Health Tagged: bellydance, danza del vientre, danza oriental, embarazo, estreñimiento, menstruación, mujer, periné, utero