Fumar es una causa importante de morbimortalidad. De todos es conocido que los fumadores tienen mayor probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares, de contraer enfermedades cardíacas, EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y determinados cánceres que los no fumadores.
Los componentes del tabaco
La nicotina es el componente esencial del tabaco y el componente que justifica su consumo. Ésta es una sustancia con propiedades estimulantes, que resultan placenteras, y es altamente adictiva. Y es, por tanto, la sustancia responsable de la dependencia al tabaco.
La nicotina posee acciones directas e indirectas sobre neurotransmisores como dopamina, opiáceos endógenos, acetilcolina, noradrenalina y serotonina. Su abstinencia se caracteriza por deseo urgente de consumo, ansiedad intensa, intranquilidad, irritabilidad, frustración, ansiedad, inquietud, impaciencia, dificultad para concentrarse, depresión, ira, sensación de hambre o aumento del apetito, insomnio, humor disfórico, cefalea, estreñimiento o diarrea y/o bradicardia. No obstante, no es la nicotina la única sustancia perjudicial del tabaco, si bien es la sustancia que produce la dependencia.
Al tabaco se le añaden aditivos. Ejemplos de tales aditivos son:
los que facilitan la absorción de la nicotina (consiguiendo una mayor rapidez y una mayor cantidad total de nicotina absorbida) como son los compuestos de amoníaco;
los aditivos que reducen la irritación que produce el humo en la garganta, como es el mentol;
y los aditivos saborizantes y endulzantes para mejorar las cualidades organolépticas del humo, como son compuestos azucarados, regaliz, cacao, vainilla...
Además, se suele encontrar aditivos humidificantes, conservantes y reguladores de la combustión. Todos estos aditivos están autorizados por considerarse no nocivos para la salud. Pero, lo que no se tiene en cuenta es que se inhalan tras un proceso de combustión lo que produce importantes cambios químicos que transforman, a muchos de ellos, en sustancias tóxicas.
Así pues, el tabaco es un producto altamente adictivo que contiene una gran cantidad de sustancias muy perjudiciales para nuestra salud. De modo que el pasar de un consumo esporádico de tabaco a un consumo habitual, fácilmente puede caer en la adicción al mismo.
Es importante tener en cuenta que las adiciones son situaciones que implican cronicidad y, por lo tanto, su resolución implica tiempo. Una adicción se adquiere a través de un proceso de habituación a un nuevo comportamiento que aporta una determinada satisfacción. De modo que, para resolver una adicción hay realizar un re-aprendizaje de una conducta adecuada que evite los comportamientos asociados al hábito. Y esto no es una cuestión de días, sino que es un proceso que abarca más tiempo. Es decir, para poder afirmar con rotundidad que se ha superado completamente la adicción se estima que se ha de superar tres años sin ninguna recaída. No obstante, es un índice muy bueno si no hay recaída al cabo de tres meses. Se consideran tres años, porque se está superando un hábito crónico. Durante, todo ese período de tiempo, el sujeto se ha enfrentado a casi todas las situaciones que le podrían incitar a recaer en la adición. Por lo tanto, se puede decir que una persona ha superado totalmente la adicción al tabaco si consigue pasar tres años sin fumar.
Tratamientos para superar la adicción al tabaco
El tratamiento farmacológico de la dependencia a la nicotina se puede realizar con sustitución de nicotina o con medicamentos antidepresivos, ansiolíticos, agonistas alfa-2-adrenérgicos, agonistas nicotínicos, antagonistas nicotínicos o antagonistas opiáceos. Este tratamiento se debe asociar con intervenciones psicoterapéuticas para alcanzar mejores resultados.
La auriculoterapia destaca por ser una terapia muy eficaz para lidiar con el problema del tabaquismo gracias a que es una terapia que aborda tanto los aspectos psíquicos (ansiedad, estrés, autoestima, …) como físicos (dependencia y habituación a la nicotina).
La auriculoterapia, mediante la estimulación de determinadas zonas de la oreja, activa la producción de endorfinas para evitar el síndrome de abstinencia. También la auriculoterapia facilita el cambio de los patrones de conducta adictiva, mediante la estimulación de otras zonas determinadas del pabellón auricular. Y además, se favorece que los principales órganos del cuerpo se empiecen a desintoxicar, particularmente los pulmones y las vías respiratorias.
Los tratamientos de auriculoterapia para superar la adicción al tabaco se puede realizar de diversas maneras: con agujas, semillas, chinchetas. Hay incluso varios protocolos, todos ellos eficaces.
La auriculoterapia es una técnica muy interesante por su eficacia, seguridad y por sus efectos equilibradores del organismo. Con la auriculoterapia no se aportan sustancias al cuerpo que podrían tener efectos secundarios, sino que se actúa movilizando la energía y la psique para lograr la armonización del conjunto en pro de una mejor salud.
No podemos olvidar que, sea cual sea el tratamiento o terapia que se escoja para conseguir la deshabituación al tabaco, es fundamental, para dejar de fumar, el tener la convicción de que se desea dejar de fumar.