Hay ganas, ganas de pasar página, ganas de enviar al olvido el año que jamás nos planteamos vivir, el año del inevitable espejo de aumento. Podríamos tener la tentación de querer arrancar de nuestra memoria todo lo visto.
Las impactantes imágenes que se colaban por la televisión, mientras permanecíamos encerrados allá donde estuviéramos cuando el mundo se paró, sin posibilidad de elegir dónde o con quién reproduciríamos las angustiosas escenas de films apocalípticos hollywoodienses, incrédulos, asustados, confusos….
Arrancar de nuestra memoria la visión abrupta de nuestra propia vida, nuestros propios recursos, nuestra gestión emocional, nuestras relaciones…
En un abrir y cerrar de ojos fuimos lanzados sobre el alambre. Unos primeros momentos, en los que las personas con mejor gestión emocional partían con ventaja, se mantenían relativamente bien en esa cuerda floja, aunque cuando miraban a su alrededor y veían tambalearse a tantas personas, caer para siempre a otras sabiendo que ya no volverían, la gestión se hacia más complicada….
No pasó mucho tiempo antes de que, entre sacudida y sacudida, todo aquello a lo que mentalmente nos aferrábamos para mantenernos seguros, en el nuevo mundo de la incertidumbre, se manifestara ante nuestros ojos como una burda ilusión insostenible.
Y lo que nos ha tocado sostener es ni más ni menos que la verdad, la verdad de que no sabemos la verdad, no sabemos lo que es cierto o lo que es fake, nos guste o no, no tenemos la certeza de si algo nos salvará o nos matará y en ese contexto, a diario, nos vemos obligados a tomar decisiones…..
La verdad de nuestra insignificancia como especie y como individuos, el chiste del libre albedrío, lo poco que importa lo que tanto nos importa….
Momentos en los que los gestores de esta situación nos permitían hacer incursiones en la nueva normalidad “manteniendo las más estrictas medidas de seguridad”, y un nuevo espejo de aumento que nos mostraba nuestras incoherencias, la necesidad de canalizar todo ese miedo en el juicio al vecino, nuestros temores más profundos, la sombra amenazante de la muerte vislumbrada en cada rincón, nuestra capacidad o incapacidad para asumir riesgos, la necesidad de encontrar una voz “experta” que me dijera que hacer… todos y cada uno de los mecanismos de nuestra personalidad trabajando sin parar, nuestras sombras en primer plano…..
Toque de queda, confinamientos, todos al alambre otra vez mientras veíamos desaparecer relaciones, negocios, lugares, sustentos económicos…….
Y ese es el resumen del libro que queremos cerrar, el libro en el que este año nos hemos visto todos obligados a ser protagonistas.
¡Alto ahí! Antes de quemarlo, antes de comer cada uva deseando que acabe de una vez, detente un momento.
En este contexto común, en esta contraportada, sólo se refleja el contexto, los desafíos a los que cada protagonista de forma general se ha tenido que enfrentar, pero este libro cuenta con otros elementos comunes.
Nos describe la importancia de los pequeños grandes momentos vividos hasta marzo, quizá una animada charla de madrugada en un bar que ahora adquiere más valor, un día cualquiera en nuestro trabajo, las sonrisas, los abrazos….
Nos habla, en el transcurso de sus páginas, de cómo hemos solventado todas y cada una de las crisis a las que nos hemos visto arrojados fuera de nuestra zona de confort…. de la cantidad de habilidades que hemos desarrollado, de la cantidad de arte que hemos creado precisamente por amor al arte, de la presencia necesaria para darnos cuenta de lo importante, del calor que una voz nos puede transmitir, de la empatía de una mirada en un rostro enmascarado, de nuestro cuerpo, de la relatividad del tiempo….
Un libro en el que todos nos hemos visto obligados a hacer el viaje del héroe, nuestro viaje.
Antes de pasar página, antes de cerrar capítulo, detente…. Lee tu historia al completo y se benevolente, lo has hecho increíblemente bien con los recursos que contabas, no podías hacerlo mejor….
Así que, mi querido equilibrista, escribe y lee con atención esa parte de tu historia, este viaje por el 2020, todo lo que has conseguido, todos los lugares internos que has transitado, todo lo que has superado, y felicítate por ello, estás aquí, continuas valerosamente sobre el alambre y lo has conseguido sin ninguna de las ayudas a las que estabas acostumbrado….. Yo te felicito por ello.
Estamos en NaVIDAd, celebrando el nacimiento de ese que vino a decir, anunciado por una conjunción astrológica como la que acabamos de vivir, que la respuesta siempre es el amor….
Un re-nacimiento, un nuevo libro que escribir, una nueva historia que protagonizar, el contexto es el mismo, pero ¿queremos escribir el mismo libro?
Que mejor fecha que esta para el renacer de nuestro protagonista, el viaje de retorno con el elixir de la sabiduría, que no es otra que la aceptación de la incertidumbre, la presencia en el aquí y el ahora, el equilibrio y el amor….
Feliz nacimiento. (Rosa Ruiz Salmerón 24/12/2020)