” Por sus frutos les conoceréis”. Escribe Mateo en sus Evangelios…
Creemos saber quién somos, y sin embargo, en muchas ocasiones nos sorprendemos de los frutos que emergen de nuestras ramas: ” Ah, bueno, entonces serán las circunstancias”….
Creemos saber quién somos, y sin embargo, en muchas ocasiones nos sorprendemos de las reacciones que provocamos en el otro: ” Tú eres miope, amigo, soy un manzano, no un peral….y esto….ummm…¿ esta pera?…. Ah, bueno, serán las circunstancias…”
Mi anterior entrada era una cita que servía como preámbulo al artículo que hoy escribo:
” Tú no eres tu personaje pero tu personaje sí eres tú”
Extraída del libro ” Decálogo del caminante” ( el que por cierto recomiendo).
El verbo SER está completamente asociado a nuestra identidad, pero en mi opinión va mucho más allá. Nuestra IDENTIdad no deja de ser aquello con lo que nos IDENTIficamos, y, aunque la mayoría de las veces se nos pase por alto, aquello con lo que nos IDENTIfican.
Cuando decimos: ” Soy alegre” Nos identificamos con una persona alegre, mientras que si escuchamos ” Eres un gruñón”, alguien está identificándonos con una persona gruñona. Y si son muchas las personas que nos identifican como gruñón, amigo mío…. o empiezas a dar manzanas o asumes que eres un peral…
Lo que trato de decir es que tenemos una visión muy subjetiva e incompleta de nuestra Identidad. Categorizamos a los demás rápidamente, en función de sus comportamientos. En contadas ocasiones y normalmente porque queremos justificarles, podemos definirles en función de sus valores:
– Mi hijo es muy buena persona, tiene unos valores inmejorables. ¿ Qué quemó un contenedor? Ah…bueno serán las circunstancias….
Pero si lo ha hecho alguien a quien no pretendamos justificar, lo inmediato que viene a nuestra mente es:
– Ese chico es un gamberro, quemó un contenedor
¿ Entonces porqué nos sorprende que nos llamen peral cuando estamos dando peras?.
No debemos olvidar ni por instante que nuestros compartimientos hablan de nuestra identidad, ( seamos conscientes de ello o no) . Que a los ojos de los demás eres lo que haces y que en función de eso que haces, y de esa identidad que proyectas, el ambiente responderá ante ello.
Hablaré más adelante de una herramienta muy utilizada en Coaching, La Ventana de Johari, que parcela en 4 cuadrantes lo que en realidad SOMOS.
Esta herramienta o alguna de sus versiones, es utilizada a modo de colofón en muchos de los cursos a los que asisto y en base a esa experiencia, puedo asegurar que, como bien anuncian en el citado libro ” Decálogo del Caminante”, el personaje es más real que la persona.
Cada vez que he realizado el ejercicio, la palabra con la que más me han identificado es SEGURA DE SI MISMA. Reconozco que la primera vez que lo oí, pensé : ” Amigo, tú eres miope”, la segunda no me quedó más remedio que pensar: ” Ah, bueno, serán las circunstancias”… Pues si de algo estaba segura es de no estaba segura de mi misma….
Sin embargo, descubrí, que la gente me trata en función de mis peras,( uy, eso suena raro…, ) y no de mis supuestas manzanas… Busqué en mi historia personal, encontré frases que me habían dirigido que iban en esa línea, las personas me tratan como a alguien seguro de sí mismo, como me vea yo, las circunstancias que me lleven a comportarme como si lo fuera, no importan.
Precisamente el miedo, la inseguridad, conduce a las personas a adoptar una actitud de fortaleza, aunque quien la porte no sea consciente de ello o tenga claro que sólo se trata de una máscara. Pero no somos conscientes de que los resultados que vayamos a obtener, en todos los terrenos, van a ser consecuencia de nuestros actos públicos.
Así que si los frutos que estamos cosechando, no se corresponden con lo que creemos que somos, va a ser fundamental enfrentarnos a esa incoherencia y decidir, de una vez, si somos cisnes o patitos feos y comportarnos como tal.
Una buena forma de enfrentarnos a ello es por medio de la Ventana de Johari
La ventana de Johari
Cómo adelantábamos antes, esta herramienta, reúne las cuatro partes de lo que verdaderamente SOY. Por lo general se utiliza para fomentar la comunicación en equipos, pero además es un excelente ejercicio para alinearnos y elegir conscientemente que tipo de árbol soy.
Área Libre
Es lo que tanto yo como el resto conocen de mí. Son las cosas con las que ambos IDENTIFICAMOS a mi persona. En este área entran por un lado todas aquellas características evidentes ( sexo, raza, comportamientos habituales) y toda aquella información que mostramos sin tapujos: opiniones, ideas, sentimientos, gustos…
Evidentemente, según el contexto en el que nos encontremos, la información que compartamos será mayor o menor en función de lo ” seguro” que nos resulte. ( Nuestra área libre es mucho mayor con las personas que sentimos más cercanas)
Área oculta
Es todo lo que nosotros sabemos de nosotros mismos pero ocultamos, o inconscientemente no mostramos, a los demás.
Cómo ocurre con todas las áreas, obviamente mi área oculta será mucho mayor ante un entrevistador para un posible empleo, que ante mi mejor amiga.
Aquí es donde encontramos lo que consideramos sobre nosotros mismos pero no queremos que otros conozcan ( como la inseguridad personal de la que hablábamos)
Área ciega
Es todo aquello que los demás ven en nosotros pero que nosotros no vemos.
Aquí es donde vamos a encontrar las respuestas de porqué los demás, actúan con nosotros de manera incoherente a nuestra autopercepción.
Es el área en el que los demás infieren, en función de tu comportamiento, quién eres tú.
Para mi es sin lugar a dudas, el área que más información nos puede dar respecto a la imagen que proyectamos, y por la que los demás se van a regir a la hora de interactuar conmigo.
Así que cuando descubras tu área ciega, ahórrate lo de pensar que se trata de miopía ajena, ni de culpar a las circunstancias, y pregúntate qué tipo de árbol eres en realidad si lo que estás ofreciendo son peras. Si descubres que te gusta seguir fructificando peras, deja ya de creerte un manzano, pero si tienes claro que lo tuyo son las manzanas, empieza a comportarte como un manzano desde ya.
Área desconocida
Es todo aquello que tanto los demás como nosotros mismos desconocemos.
Todo lo perteneciente al mundo del inconsciente, nuestras potencialidades, nuestros miedos ocultos, nuestras motivaciones inconscientes, traumas, carga transgeneracional….
Así que cualquier trabajo que libere cosas del inconsciente y las traiga al consciente hará que este área disminuya.
Como aplicar la herramienta en el caso que nos ocupa
Podemos hacer una ventana generalizada o alguna para una situación concreta, aunque en mi opinión, lo más completo sería hacer una para cada rol que tengamos en nuestra vida, porque es lo que más información nos va a aportar. ( Una para lo profesional, una para lo familiar, una para las relaciones de amistad…. cada uno las que considere, siendo interesante centrarse en las áreas que sentimos como más incoherentes)
Para rellenar el área libre, apuntaremos en ella las cosas con las que claramente nos identificamos, tanto nosotros mismos como los demás. Todas aquellas cosas sobre nuestra persona en las coincidiríamos a la hora de definirnos, nosotros y el entorno sobre el que hacemos la ventana.
( Recuerda, en la ventana que realices sobre tus amistades habrá muchas más características en este área, que en la que realices sobre un entorno menos seguro como puede ser la relación con tu jefe)
El área oculta, necesita de un ejercicio de introspección. Rellenarla no suele ser muy agradable ya que si son cosas que ocultamos por algo será… Tranquilo, este ejercicio es sólo para ti, así que pregúntate sinceramente cuales son esas cosas de ti, que tú conoces pero ocultas al resto. De momento no tienes porqué preguntarte porqué lo ocultas ni nada similar, tan sólo regístralo en el papel.
El área ciega es la más divertida y sorprendente. Recuerda: Es lo que los demás saben de ti pero tú no…. Lo fundamental para que esta herramienta sea útil en lugar de minar tus relaciones personales, es que aceptes de buena gana lo que los demás te vayan a decir. No vale juzgar. Igual que no te has juzgado a ti mismo en el área oculta, no puedes juzgar ahora la información que recojas del resto, porque hable de tí o de tu personaje, es sobre ella sobre la que gente actúa sobre ti.
Para rellenarla debes pedirle a las personas implicadas en tu ventana ( si es en la familiar a tus familiares, en la laboral a tus compañeros, jefes, clientes…., en la de los amigos a estos…) que digan varías características sobre ti. Apunta sólo las que no coincidan con las ya anotadas en el área libre, y en el caso de que alguna coincida con las anotadas en el área oculta, bórrala de allí y colócala en el área libre, eso sí, quédate con el detalle de que no estaba tan oculto como creías.
Y aquí tienes el retrato de lo que estás proyectando en ese contexto determinado. Por sorprendentes que te parezcan los resultados obtenidos, te está dando las claves para tener un comportamiento coherente con tu verdadera identidad.
Para que esto funcione, las personas a las que preguntes deben tener la certeza de que al proporcionarte esa información, no se va a crear un conflicto. Deben sentirse seguras y no juzgadas en sus apreciaciones. Si no estás seguro de encajar lo que venga con agradecimiento, en lugar de con mecanismos de defensa, mejor no lo hagas, se trata de mejorar, no de enrarecer el ambiente.
El Área desconocida, por definición, no se puede rellenar. Aunque en modo retrospectivo, para personas que están trabajando con bloqueos del inconsciente, sirve para mirar atrás y ver qué cosas que ahora son accesibles a la conciencia ( ya sean traumas o talentos desconocidos), en su día estaban ocultos, y cómo ha influido eso en nuestra historia personal. Hacerse consciente permite responsabilizarse y tomar el control de nuestras vidas, y a todo buen caminante, cuando se encuentra cansado, le reconforta saber cuánto camino lleva recorrido.
Pues ya tienes toda la información que necesitas, examinándola y actuando en consecuencia, conseguirás que nadie más busque tus peras cuando lo que ofreces son manzanas…