El organismo femenino tiene unas características especiales y para funcionar bien requiere una selección adecuada de alimentos, de esta manera podrás mantener el peso ideal y también sentirte ligera y llena de energía.
El cuerpo de la mujer está preparado para formar un nuevo ser humano. Y su fisiología particular está relacionada con una mayor facilidad para ganar peso, una tendencia a sufrir anemias y a retener líquidos o con la vulnerabilidad de sus huesos, entre otros muchos aspectos.
EVÍTA LA ACUMULACIÓN DE GRASA CORPORAL
Sin embargo, siguiendo una dieta adecuada no tienes por qué sufrir ninguno de estos problemas, ni a corto ni a largo plazo.
Dos tazas de té verde al día pueden ayudar a que el metabolismo queme las grasas en lugar de acumularlas. Ten en cuenta que el efecto solo se consigue con el consumo diario y prolongado. Sustituye arroz y pan blancos por presentaciones integrales para aumentar las dosis de vitaminas del grupo B. Estas regulan el sistema nervioso y reducen la producción de cortisol, relacionado con la acumulación de grasas y la retención de líquidos.
PROTÉGETE DEL COLESTEROL ALTO
Incorpora las legumbres a tu dieta habitual. Sus nutrientes ayudan a prevenir y reducir los niveles de colesteroles altos, con frecuencia vinculados al sobrepeso y la obesidad, y, por lo tanto, a evitar las enfermedades cardiovasculares. Además, tanto "lentejas come garbanzos son igual de ricos en flavonoides que la tan promocionada soja y forman parte de nuestros hábitos alimentarios. Cinco nueces al día te aportan ácidos grasos omega 3 y fitosteroles, cuyos beneficios en la reducción del colesterol están demostrados.
FLAVONOIDES PARA EVITAR LA CELULITIS
Las uvas negras son muy ricas en flavonoides y proantocianidinas, que mejoran el estado de los vasos sanguíneos y la circulación. Esto, además, resulta beneficioso para prevenir la celulitis y mejorar el aspecto de la piel. Reduce la cantidad de sal ya que un abuso de ella, además de incrementar las probabilidades de sufrir hipertensión, aumenta la retención de líquidos.
ASEGÚRATE DE TENER EL HIERRO NECESARIO
El mijo te da un aporte extra de hierro que te vendrá muy bien, sobre todo si tienes menstruaciones abundantes. Puedes prepararlo de igual manera que el arroz o la pasta. Y también puedes añadirlo, por ejemplo, a sopas o incluso a guisos de carne y de verduras.
Utiliza ajo en todos los platos en los que se preste porque sus compuestos azufrados ayudan a eliminar toxinas. Esto contribuye a mejorar el metabolismo y, por lo tanto, a que la pérdida de hierro sea menor.
HUESOS MÁS FUERTES CONTRA LA OSTEOPOROSIS
Las verduras de hoja verde, así como las hortalizas en general y frutas como el plátano o el kiwi, son muy ricos en magnesio, un mineral que es imprescindible para que el calcio que se obtiene de los productos lácteos y de otros alimentos se pueda fijar en los huesos.
La leche y el yogur de soja, los garbanzos, la avena, los frutos secos y el maíz poseen sustancias similares a los estrógenos, que actúan favoreciendo la asimilación del calcio.
El fósforo es otro mineral que, junto con el calcio y el magnesio, interviene en la formación de los huesos. Procura que no falte en tu dieta pescado azul, carne de ave, huevos y frutos secos.
Coles, tomates, pimientos y otras hortalizas te proporcionan vitamina K, necesaria para que los huesos no pierdan densidad mineral con el paso de los años.
EQUILIBRIO EMOCIONAL
Pescado azul y nueces no solo benefician al sistema cardiovascular por su contenido en ácidos grasos omega 3. Según un estudio de la Universidad de Montreal (Canadá), también previenen la depresión, trastorno que afecta más a las mujeres que a los hombres. Espinacas, endibias, brécol, remolacha y naranja son alimentos muy ricos en ácido fólico, esencial para la estabilidad nerviosa. Las patatas asadas frías, el pan integral, las frutas o las legumbres te aportan hidratos de carbono de absorción lenta, que ayudan a evitar los bajones de energía.
Todo lo contrario que los dulces.
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