Algunas teorías indican que sería posible alimentarse del sol.
¿Alimentarse del sol? El Sungazing es una técnica defendida por distintos grupos espirituales, como por ejemplo aquel que sigue al maestro hindú Hira Ratan Manek. Básicamente consiste en la idea de mirar al sol en horas que no sean problemáticas para nuestra salud, sobretodo al amanecer. Según los defensores y practicantes de esta técnica, observando al astro rey y recibiendo su energía con la predisposición necesaria mediante relajación, respiración y uso de los pensamientos es posible sanar nuestra mente y nuestro cuerpo.
La meditación y la respiración consciente ayudarían a captar la energía del sol.
ALIMENTARSE DEL SOL: SUS DEFENSORES
No es posible poner en duda los amplios beneficios de una exposición moderada a la luz solar para nuestra salud mental, física y espiritual, más aún si la combinamos con técnicas milenarias como la meditación o la respiración consciente, pero Manek y algunos de sus seguidores van más allá, indicando que se podrían suplir todas las necesidades alimenticias del cuerpo humano a través de la luz del sol.
El propio Manek ha expresado a los medios de comunicación que lleva más de 10 años viviendo únicamente de la energía solar. No es el único, ya que el químico suizo Michael Werner y el yogui indio Prahlad Jani han relatado experiencias similares, incluso Jani dice no haber ingerido alimentos físicos ni líquidos en los últimos 70 años. El problema principal no sería descubrir si estos relatos son una realidad o una falacia, sino las reacciones que pueden provocar en otras personas.
La energía del sol posee amplios beneficios, pero: ¿podemos alimentarnos de ella?
ALIMENTARSE DEL SOL Y SUS PELIGROS
En 2012, Anna Gut falleció en Suiza por las consecuencias de practicar el respiracionismo o inedia, una técnica similar a la aplicación del Sungazing en la alimentación, que sostiene el ayuno y la abstinencia total de alimentos para vivir únicamente del aire y del sol. Su familia no pudo convencerla de dejar de lado esta práctica, comprobándose que falleció por los efectos relacionados al hambre.
Además de Anna, Timo Degen murió por la misma causa en Alemania en 1997, con 31 años de edad. En Nueva Zelanda, Lani Morris falleció en 1998, en tanto que Verity Linn pereció a los 48 años en Escocia. Todas estas personas fueron víctimas de una práctica que parece no ser demasiado conveniente para nuestra salud, o que hasta el momento solamente funciona con los maestros o gurús. ¿Será necesario alcanzar un nivel más elevado de conciencia para alimentarse del sol o estaremos en presencia de otra moda o engaño relacionada con la nueva era y su poderoso marketing?
La realidad es que prácticamente toda la comunidad médica a nivel mundial vería como algo absurdo y verdaderamente peligroso para nuestra salud la idea de alimentarse únicamente del aire y del sol, porque no existe ningún tipo de comprobación científica que indique que siguiendo estos preceptos es posible cubrir nuestras necesidades nutricionales básicas. No debe menospreciarse, por supuesto, el impacto positivo de la luz solar. Pero el extremo de utilizarla como fuente única de alimentación suena más a una moda peligrosa que a una posibilidad cierta.
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Fotos Por Cortesía: Pixabay.