Con la llegada del verano, la radiación solar se vuelve mucho más intensa y debemos proteger nuestro cuerpo adecuadamente tanto de las altas temperaturas como de la incidencia de los rayos ultravioletas (UV). Al igual que para la piel son imprescindibles las cremas solares, para nuestros ojos, no debemos olvidarnos de disponer de unas buenas gafas de sol.
El utilizar una gafas adecuadas, sobre todo entre las horas en las que el sol es más perjudicial, puede ayudarnos a prevenir la aparición de algunas enfermedades de la vista, tales como cataratas o degeneración macular. No obstante, debemos saber elegir las que necesitamos, puesto que llevar unas no homologadas puede terminar siendo contraproducente e incluso generar daños en nuestra visión.
?Qué gafas elegir?
Lo primero a tener en cuenta es el propósito para el que las queremos. No podemos usar las mismas lentes para caminar por la ciudad, conducir, ir a la playa o a la nieve. En especial, estos dos últimos ámbitos requieren de cristales mejores, puesto que la exposición al sol es mucho mayor. Por tanto, para protegernos en estos dos lugares deberemos gastar un poco más de dinero para evitar que nuestros ojos puedan resultar dañados. Dicho esto, también cabe insistir en la idea que, aún sabiendo que hay situaciones de mayor incidencia solar, no debemos comprar gafas que no estén homologadas con el sello de la Unión Europea (CE).
En segundo lugar hay que saber que, por encima de las modas, está la salud. Por ello, el color de los cristales debe ir acorde con la protección que precisemos en cada momento, y no por lo que se lleve o deje de llevarse. En cuanto a esto, debemos escoger lentes muy oscuras que son las que mayor acción de bloqueo de los rayos UV nos proveen, si vamos a estar muy expuestos. Para la ciudad, podemos escoger tonalidades más claras o marones.
Unido al color de las lentes, cabe mencionar que los cristales de otros colores (rosas, amarillos, azules, etc.) no cumplen una labor de protección, sino meramente estética, por lo que llevarlas cuando la acción solar es muy alta puede ser contraproducente y terminar generando lesiones que podríamos evitar.
Los niños también
Como las gafas de sol están íntimamente ligadas a la moda, existe la creencia de que pueden ser un accesorio más sin reparar en la necesidad de comprar unas por salud. Con esto, en ocasiones, olvidamos proteger la visión de los más pequeños, sin tener en cuenta que a edades tempranas las lesiones por la inadecuada exposición al sol, pueden ser mucho mayores.
Acudir aquí en la ayuda de un experto es un paso muy importante, incluso cuando nuestro hijo no esté afectado por otros problemas de visión. No obstante, para niños y mayores, las gafas de sol graduadas son la mejor opción para mantener una buena salud para nuestros ojos si tenemos algún defecto, al menos durante los meses de verano y en las horas de mayor incidencia del sol. Tu óptico o tu farmacéutico te podrán asesorar sobre cuáles son las lentes que más te convienen.