La creencia que el pan engorda es algo que todavía está en la mente de muchas personas. El pan en sí no engorda, pero puede hacerlo todo aquello que lo acompaña, especialmente si son embutidos y otros alimentos ricos en grasa. Otra falsa creencia es aquella de que si evitamos alguna de las comidas regulares del día, ello nos hará adelgazar. Esto es falso, y mucho más si pensamos en no comer y luego hacer una cena abundante. Se recomienda hacer cinco comidas al día, (desayuno, comer a media mañana, comida, merienda y cena). Y además, la primera comida del día, es decir, el desayuno, deberá ser abundante, para ya pasar a la cena, o última del día como la más ligera. Hay que decir que esta regla es general, pues cada cuerpo y persona es diferente.
Mucho se ha hablado de la ingesta de frutas tras las comidas. Una gran parte de la gente piensa que esta acción puede engordar, pero no es así, puesto que el aporte calórico de la fruta es el mismo se coma cuando se coma.
Se dice también que si se bebe mucha agua en las comidas, se puede engordar. Ello es falso, el agua no engorda ya que es un nutriente acalórico, que no aporta calorías. Lo que sí puede ser verdad y confundir a aquellos consumidores que beben agua antes de comer es que se sienten saciados y eso les puede quitar el hambre, pero nada más.
Los alimentos frescos son siempre de alta calidad y es mejor comprarlos así, ahora bien no es cierto que sean más nutritivos que los congelados. Cuando los ponemos en la nevera conservan las mismas cualidades que el resto de alimentos.
También muchas personas se equivocan cuando creen que necesitan tomar suplementos vitamínicos. No es necesario siempre que llevemos una dieta variada y equilibrada, pues los alimentos ya tendrían que darnos las vitaminas necesarias.