Antes de empezar, déjame contarte que son y por qué las llamo así. Todo empezó con un cambio radical en mi vida. Un salto de una cómoda rutina de oficina a la incertidumbre de una nueva vida como emprendedora. Fue una situación límite en la que sentí la necesidad de romper con una inercia que me estaba llevando a un lugar en el que no quería estar.
Fue un cambio difícil, que me llevó varios años y logré gracias a pequeñas acciones que fueron dando forma, casi sin darme cuenta a lo que terminó siendo mi gran revolución. Aquí puedes leer más al detalle mi historia y aquí tienes algunas ideas de todo lo que hice para lograr mi objetivo: sentirme plena.
Las pequeñas revoluciones son gestos, momentos, acciones, a veces muy cotidianas, otras completamente nuevas, que cambian tu forma de sentir y apreciar tu vida. Puede ser algo tan sencillo como contemplar a tus hijos jugar, observando cada movimiento, disfrutando de sus risas o escuchando como solucionan sus conflictos. O tomarte el café de media mañana en una taza bonita sin mirar el móvil, saboreando cada sorbo y pensando simplemente en el momento. O puede ser algo completamente loco como cogerte un año sabático para viajar.
Lámina de la colección REVOLUTION
Hoy quiero contarte cuales serán algunas de mis revoluciones para este otoño y espero y deseo que me cuentes las tuyas en los comentarios!! Me encantará leerte ;)
1. Hacer un diario de cuidados de plantas: hace un par de años decidí que quería tener plantas pero siempre se me morían. No sobrevivían ni los cactus! Así que lo convertí en un reto personal y este año por fin he logrado mantener todas mis plantas como el primer incluso en verano! Ahora quiero mantenerlo y aumentar la familia así que he pensado en crear un diario donde poder tener a mano los nombres y cuidados de cada planta para poder consultar cuando lo necesite. Ya lo tengo en marcha así que espero poder enseñároslo muy pronto.
2. Leer en familia: mis hijos tienen que leer a diario para aprender y coger fluidez, pero hacerlo antes de dormir no funciona del todo. Además, una de las cosas que más les motiva a hacerlo, es vernos a nosotros (los adultos). Ya lo hemos hecho alguna vez y les encanta, además de ser un tiempo muy agradable en familia. De modo que este otoño vamos a ver si lo convertimos en una rutina de fin de semana. Quizá después de comer, o como actividad alternativa a ver la tele.
3. Celebrar el día del reciclaje: es un tema del que hablo muchas veces con mis hijos y siempre están pensando en nuevas formas de reutilizar el plástico que inevitablemente llega a casa. Me propusieron celebrar "El Día del Reciclaje" y me parece una idea fantástica para profundizar en el tema y trabajar con ellos soluciones para el día a día. Dejaré que ellos se encarguen de la decoración, y yo prepararé algún taller para reutilizar materiales. También haré bolsas de tela para regalar, quizá con una ficha de recomendaciones. ¿Qué os parece?
4. Aprender a cocinar rico: nunca me ha gustado cocinar. Me aburre jajaja Sin embargo me gusta mucho comer, y comer rico. Tengo la suerte de tener un marido al que le encanta la cocina, y la desgracia de que no puede dedicarle tiempo entre semana. Así que he decidido asumirlo y aprender a disfrutar de la cocina. He empezado a darle "un toque" a mis recetas de siempre, añadiendo algún ingrediente nuevo o modificando la presentación. Ahora estoy fichando algunos libros de cocina con recetas sencillas, sanas y apetitosas. Así que ¡cualquier sugerencia será bienvenida!
5. Preparar una escapada de cumpleaños: ya lo hicimos con mi hijo mayor cuando cumplió 6 años y ahora le toca al pequeño. Los juguetes siempre gustan pero ser el protagonista en un viaje con toda la familia es algo que no se olvida jamás. Así que antes de Navidad, nos haremos una escapada a algún lugar mágico. Y por supuesto, será sorpresa ;)
6. Escuchar más música y ver menos tele: Lo cierto es que ya lo hago. Desde que me regalaron un tocadiscos las pasadas navidades, cada vez escuchamos más música. A veces ponemos discos antiguos que me dieron mis padres hace años. Otras veces escuchamos nuevas adquisiciones. Sea como sea, empieza a convertirse en un ritual que anuncia un tiempo de calma, en familia o cada uno a lo suyo. Pero con la música de fondo.
7. Plantar el huerto de invierno: una de mis revoluciones favoritas ha sido tener un huerto. Se trata de un terreno cedido por el ayuntamiento para este fin. Lo llevo a medias con mis vecinos desde hace un par de años y se ha convertido en una actividad social de lo más enriquecedora. Además de comer más sano y rico que nunca, el placer de comer lo que que tú misma has plantado y cuidado, no tiene precio. Ahora toca preparar la tierra para la cosecha de invierno y estoy deseando ponerme a ello. Es casi como una terapia para reconectar con la naturaleza.
¿Qué otras revoluciones harías tú este otoño? Cuéntamelas que igual me las apunto también yo ;)
¡Un abrazo enorme!