Cada uno de esos lóbulos está constituido por unidades más pequeñas llamados lobulillos, los cuales tienen una vena que se encuentra rodeada por hepatocitos y en ellos, se dan varios procesos como: Purificación de la sangre, eliminación y desecho de toxinas y almacenamiento de de nutrientes, que serán usados cuando el cuerpo lo necesite.
La importancia de muchas de las enfermedades del hígado es su evolución crónica, lo que determina que haya afección permanente del órgano y por lo tanto, alteraciones en sus funciones; mientras que los procesos agudos que involucran al hígado ocasionan alteraciones pero transitorias.
El personal de salud se puede valer de un gran número de pruebas para establecer el diagnostico de las distintas patologías que afectan al hígado, desde estudios de laboratorio hasta biopsias para estudiar el tejido afectado y determinar específicamente la enfermedad que padece la persona.
En vista de la diversidad de las enfermedades, el tratamiento para ellas no es estándar. Primero se debe identificar el tipo de patología hepática que presenta la persona para luego escoger el tratamiento ideal según cada caso. Por fortuna, existen diversas alternativas que brindan no sólo una mejor calidad de vida, sino que representan la cura de la enfermedad.
Enfermedades del hígado más comunes:
1.- Insuficiencia hepática.
2.- Cirrosis hepática.
3.- Colestasias hepática.
4.- Hepatitis viral.
5.- Hepatopatía alcohólica:
Esteatosis alcohólica.
Esteatohepatitis alcohólica. 6.- Hígado graso no alcohólico.
7.- Nódulos y tumores benignos.
A continuación serán descritas cada una de esas patologías que afectan al hígado.
1.- Insuficiencia hepática:
Este es el estadio más grave que se asocia a las enfermedades del hígado, cualquiera que sea su causa.
Se define como la pérdida de la función hepática de un 80-90%, lo que representa una condición irreversible en la que el trasplante es la mejor alternativa terapéutica. 1.1.- Causas:
Las causas que se asocian a insuficiencia hepática se pueden dividir en función del tiempo en el cual evoluciona la enfermedad:
Insuficiencia hepática aguda:
Se presenta como consecuencia de una necrosis hepática masiva que puede ser ocasionada por:
Intoxicación hepática por fármacos: Los fármacos que en dosis tóxicas pueden causar insuficiencia hepática son: Inhibidores de la monoaminooxidasa, Acetaminofén, rifampicina, isoniazida, entre otros.
Infecciones virales fulminantes: Como las que se observan en algunos casos de hepatitis B y C. Insuficiencia hepática crónica:
Esteatohepatisis no alcohólica.
Hepatitis virales.
Hepatopatía alcohólica. 1.2- Manifestaciones clínicas:
Independientemente de la causa de la insuficiencia hepática, las manifestaciones clínicas son similares e incluyen:
Ictericia: Es el tinte amarillento que adquieren la piel y las mucosas producto de un incremento de la bilirrubina y dicha sustancia incrementa porque no puede ser metabolizada por el hígado.
Ascitis: Se refiere al incremento del perímetro abdominal producto de la acumulación de líquido.
Hipertensión portal: Cuyas manifestaciones incluyen esplenomegalia (aumento del tamaño del bazo) y derivaciones portales (cabeza de medusa, enfermedad hemorroidal, várices esofágicas).
Hiperestrogenismo: Algunos hallazgos que orientan son: Hipogonadismo, ginecomastia, angiomas en araña y eritema palmar.
Encefalopatía hepática: Condición grave que puede presentarse en casos de insuficiencia hepática, la cual ocurre como consecuencia de la incapacidad del hígado para metabolizar sustancias tóxicas, las cuales llegan al sistema nervioso central y producen alteraciones.
Síndrome hepatorrenal o hepatopulmonar: Ambos son condiciones más graves que la mayoría de las veces son mortales. 2.- Cirrosis hepática:
Esta constituye una de las enfermedades del hígado más frecuentes, representando el estadio final de diversas afecciones hepáticas crónicas.
2.1.- Causas:
Enfermedades de depósito: Como es el caso de la hemocromatosis.
Hepatitis viral.
Esteatohepatitis no alcohólica.
Consumo crónico de alcohol. 2.2.- Manifestaciones clínicas:
Son muy similares a las que se presentan en casos de insuficiencia hepática.
Esto se explica porque el hígado sufre modificaciones que impiden el cumplimiento normal de sus funciones. 2.3.- Cambios histológicos:
Algunos cambios observados en la morfología microscópica del hígado con cirrosis son:
Fibrosis en puente.
Nodularidades parenquimatosas que se disponen entre dichos puentes.
Lesión parenquimatosa difusa de todo el hígado. Dichos cambios son los que condicionan que la cirrosis hepática sea de carácter irreversible.
3.- Colestasias hepática:
La colestasis es la disminución o interrupción el flujo de la bilis, la cual puede ser producto de una obstrucción extrahepática o por la alteración de su producción en los hepatocitos.
3.1.- Causas:
Causas obstructivas:
Estas son las causas extrahepáticas e incluyen:
Atresia de los conductos biliares.
Colelitiasis: Se refiere a la presencia de cálculos en la vesícula biliar, los cuales pueden obstruir el flujo de la bilis, esta patología también recibe el nombre de litiasis vesicular.
Alteraciones congénitas.
Colangitis: Es la inflamación de la vesícula biliar cualquiera que sea su causa.
Neoplasias abdominales con compromiso de los conductos biliares: Como ocurre en casos de tumores de cabeza de páncreas.
Neoplasias hepáticas y de conductos biliares. Causas intrahepáticas:
Estas son las que involucran a los hepatocitos y entre ellas se encuentran:
Defectos congénitos en la secreción de bilis.
Fármacos.
Hepatitis virales. 3.2.- Manifestaciones clínicas:
Las manifestaciones clínicas ocasionadas por estas enfermedades del hígado son muy similares entre sí, independientemente de la causa e incluyen:
Malabsorción de grasas: Esto se debe a que la bilis es necesaria para el procesamiento adecuado de las grasas.
Ictericia: Producto de la hiperbilirrubinemia, que puede ser indirecta si la causa es intrahepática o directa cuando la causa es extrahepática.
Acolia: Son heces blancas que también se presentan como consecuencia de la hiperbilirrubinemia.
Dolor abdominal: El cual se localiza en el hepicondrio derecho, que es el lugar del abdomen en donde se localiza el hígado.
Coluria: Es el color oscuro de la orina, que parece del color del refresco de cola o del té.
Prurito: Se refiere al picor de la piel, que en estos casos es consecuencia de la ictericia por el acúmulo de bilirrubina en la piel. 3.3.- Cambios histológicos:
Degeneración plumosa de los hepatocitos.
Dilatación de los conductos biliares con pigmentos biliares.
Necrosis: Esta suele evidenciarse por hipereosinofilia y pérdida del núcleo de los hepatocitos.
Edema del espacio portal.
Duplicación de conductos y conductillos en el espacio portal.
Infiltrado neutrofílico predominante en el espacio portal.
Formación de células hepáticas gigantes. 4.- Hepatitis viral:
A pesar de que estas enfermedades del hígado pueden ser ocasionadas por un gran número de virus, los más frecuentemente asociados son los virus de la hepatitis (A, B, C, D y E), además de que son los más importantes debido a la posible cronicidad que pueden presentarse en casos de hepatitis B y C.
4.1.- Hepatitis A:
El virus de la hepatitis A ocasiona un cuadro de hepatitis autolimitado, presentándose endémicamente en zonas donde hay condiciones higiénicas deplorables.
Tiene un período de incubación que va de 15 a 50 días.
Por fortuna, es el tipo de hepatitis viral más frecuente, ya que no suele revestir ningún tipo de gravedad y en casos excepcionales se asocia a hepatitis fulminante.
El período de contagio se extiende a 2 semanas antes y 1 semanas después del inicio de los síntomas.
La resolución de los síntomas y del proceso va de 3 a 12 semanas, lo que coincide con la elevación de anticuerpos IgG. Vía de transmisión:
Fecal oral.
Por lo que suele adquirirse al consumir alimentos o agua contaminada con heces que contienen el virus. Manifestaciones clínicas:
Fiebre.
Malestar general.
Náuseas.
Vómitos.
Anorexia.
Diarrea.
Tríada clásica sintomática: Esta puede llegar a presentarse y consiste en: Orinas colúricas, ictericia y dolor en hipocondrio derecho. Diagnóstico:
A pesar de la sospecha clínica, el diagnóstico debe confirmarse mediante una serología.
Se debe solicitar la determinación de IgM anti VHA, que es positiva si la infección esta presentándose actualmente.
Tanto las enzimas hepáticas como la bilirrubina se encuentran elevadas y ambos son parámetros usados para el seguimiento del paciente afectado. 4.2.- Hepatitis B:
Ésta constituye una de las enfermedades del hígado con las que se debe tener mayor cuidado debido a la posibilidad de cronicidad y a su relación con el desarrollo de carcinoma hepatocelular.
La infección por el virus de la hepatitis B se asocia con una gran incidencia.
El período de incubación va de 45 a 165 días. Vías de transmisión:
Tener contacto con objetos inanimados infectados.
Contacto sexual.
Contacto con sangre contaminada: Esto puede ocurrir mediante vía percutánea (infección de heridas en la piel, uso de agujas infectadas), transfusiones sanguíneos o por vía perinatal. Manifestaciones clínicas:
Estas enfermedades del hígado pueden manifestarse de distintas formas que incluyen:
Infección activa: Esta puede ser sintomática o asintomática; teniendo resolución de los síntomas. La mayoría de los pacientes (90%) pasan por esta forma clínica. Estos síntomas son inespecíficos e incluyen: Letargia, anorexia, náuseas y malestar general.
Infección activa con progresión a hepatitis fulminante: La hepatitis fulminante es una condición muy temida, ya que las tasas de mortalidad que se asocian a ella son muy elevadas y se refiere a un proceso en donde se produce insuficiencia hepática aguda debido a la necrosis que genera el virus.
Hepatitis crónica con resolución.
Hepatitis crónica con progresión a cirrosis.
Portador asintomático. Diagnóstico:
Establecer el diagnóstico de infección por el virus de hepatitis B resulta un poco más complejo en vista de los distintos anticuerpos que pueden ser determinados:
HBsAg: Este es el antígeno de superficie, el cual se encuentra positivo cuando hay infecciones agudas o crónicas.
Anti-HBs: Se refiere al anticuerpo contra el antígeno de superficie, que es positivo en aquellas personas con infecciones pasadas.
HbeAg: Este es el antígeno de replicación, el cual se encuentra positivo en personas que están actualmente infectadas y que tiene alto riesgo de transmitir el virus.
Anti-HBe: Este es el anticuerpo contra el antígeno de replicación; lo poseen aquellos portadores del virus que tienen un menor riesgo de transmisión.
Anti-HBc: Utilizado para determinar infecciones agudas, estableciéndose el diagnóstico de hepatitis B cuando el IgM Anti-HBc es positivo. 4.3.- Hepatitis C:
Esta es otra de las enfermedades del hígado más importantes debido a su alta prevalencia de evolución crónica (70-80% de los casos).
Al menos el 20% de los paciente con hepatitis C desarrollarán cirrosis hepática en los 5-20 años posteriores.
En estos casos, las formas autolimitadas son poco frecuentes, sólo representando el 15-20% de los casos.
No son comunes los casos de hepatitis fulminantes. Vías de transmisión:
Son las mismas que las del virus de la hepatitis B.
Diagnóstico:
En la fase activa, se establece por la presencia del ARN correspondiente al virus de la hepatitis C.
Para establecer el diagnóstico de hepatitis C crónica, los valores del ARN deben estar elevados incuso después de los 6 meses de la infección aguda.
4.4.- Hepatitis D:
El virus de la hepatitis D también puede producir hepatitis, siempre y cuando se asocie con el virus de la hepatitis B. Pudiéndose presentar los siguientes casos:
Coinfección:
Ocurre la infección simultánea por ambos virus, es decir, el VHB y el VHD.
Esto genera un cuadro de hepatitis aguda autolimitada, de forma similar al que se presenta cuando ocurre la infección por el virus de la hepatitis B sola. Superinfección:
En los casos de superinfección, se pueden presentar dos situaciones:
Un paciente que sea portador de VHB y sufra una superinfección por el VHD, presentará un cuadro agudo grave con una posible progresión hacia hepatitis crónica.
En el paciente con hepatitis B crónica, la superinfección por el VHD producirá exacerbaciones graves, manteniendo la cronicidad. 4.5.- Hepatitis E:
La hepatitis agua producida por el virus de la hepatitis E es muy parecida a la ocasionada por el VHA y no progresa hacia una hepatitis crónica.
Vía de transmisión:
Contacto con heces contaminadas.
Una particularidad del virus de la hepatitis E es que posee mayor cantidad de reservorios, que incluyen: Puercos, perro, gatos y changos. Manifestaciones clínicas:
Este tipo de hepatitis también es autolimitado, con una tasa de mortalidad muy baja.
En el caso de las embarazadas es todo lo contrario, ya que se presentan tasas de mortalidad que alcanzan el 20%. Diagnóstico:
Se basa en la determinación de anticuerpos IgM contra el virus de la hepatitis E.
A medida que pasan los meses, dichos anticuerpos desaparecen y aparecen los IgG contra el VHE.
5.- Hepatopatía alcohólica:
En este grupo de enfermedades del hígado se incluyen tres patologías, las cuales se superponen y relacionan entre sí; todas ellas dependen de los hábitos en el consumo de alcohol de los pacientes.
5.1.- Esteatosis alcohólica:
También conocida como hígado graso alcohólico.
Se refiere al cambio reversible que ocurre luego de la exposición a una cantidad considerable de alcohol.
Suele ser asintomática y sólo se demuestra su presencia por la elevación transitoria de enzimas hepáticas y bilirrubina.
Aunque normalmente no suele progresar hacia la cirrosis hepática, se puede condicionar su progresión hacia ella si la enfermedad perdura por un largo periodo de tiempo. Cambios macroscópicos:
Hígado aumentado de tamaño, de color amarillento y de aspecto grasiento.
Cambios histológicos:
Acumulaciones lipídicas macro y microvesiculares.
Las mismas se encuentran dentro del hepatocito, por lo que el núcleo es desplazado hacia la periferia.
5.2.- Esteatohepatitis alcohólica:
Se presenta posterior a la ingesta de una cantidad muy elevada de alcohol, lo que determina un episodio de hepatitis aguda, que es de severidad variable.
Algunas veces, el episodio puede ser tan grave que se presenta una hepatitis fulminante. Manifestaciones clínicas:
A pesar de que puede haber formas graves de la enfermedad, las manifestaciones clínicas no suelen serlo y entre ellas están:
Ictericia.
Malestar general.
Dolor en hipocondrio derecho.
Anorexia.
Hepatomegalia: Aumento del tamaño del hígado. Cambios microscópicos:
La Esteatohepatitis hepática puede identificarse histológicamente por cuatro características que son:
Cuerpos de Mallory: Ellos son agregados de citoqueratina que se encuentran dentro de algunos hepatocitos.
Alteraciones de los hepatocitos: Entre ellas están la necrosis, esteatosis y balonización.
Reacción neutrofílica con polimorfonucleares que se disponen alrededor de los hepatocitos necróticos.
Fibrosis en grados variables. 6.- Hígado graso no alcohólico:
Estas enfermedades del hígado son aquellas esteatosis hepáticas que se presentan en pacientes que tienen bajo o nulo consumo de alcohol.
A pesar de que no se conoce su causa específica, se ha relacionado con el síndrome metabólico, por lo que es posible que se deba al almacenamiento excesivo de grasas, especialmente triglicéridos. Tipos:
En realidad, se distinguen dos formas de esteatosis hepática no alcohólica y son:
Esteatosis hepática con o sin inflamación que no se asocia con progresión a cirrosis.
Esteatohepatitis no alcohólica que tiene progresión hacia la cirrosis en el 10-20% de las personas afectadas. Manifestaciones clínicas:
La mayoría de las veces, estas entidades son asintomáticas, pasando desapercibidas, lo cual dificulta el diagnóstico.
Algunos pacientes pueden presentar manifestaciones clínicas leves, como: Malestar general, hepatomegalia y dolor en hipocondrio derecho.
Normalmente, este constituye un hallazgo casual al explorar otras patologías mediante la realización de una ecografía abdominal. Cambios macroscópicos:
Se observan los mismos que ante una esteatosis alcohólica, es decir, un hígado grande de color amarillento y grasiento.
En vista de esto, es imposible establecer el diagnóstico morfológicamente, por lo que para poder establecerlo, sólo se basa en el interrogatorio y al estar ausente el antecedente de consumo de alcohol. 7.- Nódulos y tumores benignos:
7.1.- Hiperplasia nodular focal:
Hay nódulos que pueden aparecer en el hígado y no se corresponden a la cirrosis; se caracteriza por la aparición de una masa que tiene un color más claro que el resto del hígado.
Dicha masa tiene una cicatriz central de color gris o blanco, que se irradia hacia la periferia y que corresponde al tejido conectivo. Causa:
Aún no se conoce la causa de estas enfermedades del hígado, sin embargo, se han asociado al consumo de anticonceptivos orales y uso de anabolizantes.
Manifestaciones clínicas:
Esta condición no se asocia con ningún tipo de síntoma.
Constituye un hallazgo casual en pacientes sin hepatopatías de base, especialmente en adultos jóvenes.
Su verdadera importancia radica en diferenciarla de otros tipos de masas hepáticas. Cambios histológicos:
Tejido conjuntivo abundante que se irradia a la periferia de la lesión.
Lesión de bordes mal definidos.
Abundantes vasos sanguíneos con proliferación fibrovascular.
Proliferación de conductos biliares.
Infiltrado inflamatorio difuso.
Tejido hepático normal dispuesto en forma de placa engrosada que se localiza entre tabiques de tejido conectivo.
7.2.- Tumores benignos:
Hemangioma cavernoso:
Es la neoplasia benigna del hígado más común.
Se observa como una masa pequeña que no sobrepasa los 2 cm, de color rojo o azulado y suele encontrarse debajo de la cápsula.
En cuanto a los hallazgos histológicos, destacan: Lechos vasculares dilatados, los cuales pueden llegar a estar trombosados y se encuentran separados por tejido conjuntivo. Adenoma hepático:
Este tipo de tumor benigno se presenta con más frecuencia en mujeres que en hombres y se asocia al uso de anticonceptivos orales.
Características macroscópicas:
Pueden ser masas únicas o múltiples, en este último caso se conoce como adenomatosis.
Los bordes son bien definidos y casi siempre se encuentran rodeados de una cápsula.
El tamaño de las lesiones es variable, pudiendo llegar a mediar hasta 30 cm.
Su coloración puede ser amarilla-verdosa o blanca. Características histológicas:
Hepatocitos aparentemente normales, los cuales se disponen unos muy cerca de los otros hasta formar cordones gruesos.
No hay triadas portales, observándose vasos aislados a lo largo del tejido. Importancia de su identificación:
Hay tres aspectos por los cuales es sumamente importante reconocer un adenoma hepático y son:
Por su bajo riesgo de progresión hacia la malignidad.
Para diferenciarlo del carcinoma hepatocelular.
Hay riesgo de ruptura durante el embarazo, particularmente cuando su localización es subcapsular. Las enfermedades del hígado son un grupo de patologías que tienen en común la afección del hígado y pueden deberse a diversas patologías. La mayoría de ellas, si se presentan de forma grave, pueden ocasionar una insuficiencia hepática, que se refiere a la pérdida de la capacidad del hígado para cumplir con sus funciones.
Hay algunas, que por su evolución crónica, pueden determinar la aparición de cirrosis hepática, la cual es irreversible, siendo la hepatopatía alcohólica su principal causa. Otras patologías hepáticas frecuentes son las hepatitis producidas por los virus de la hepatitis A, B, C, D y E.
Para saber más acerca de los síntomas de las distintas enfermedades del hígado, te recomiendo ver el siguiente vídeo:
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