El hígado contiene una gran porción del sistema reticuloendotelial en el cuerpo humano y por tanto es capaz de controlar la exposición continua, de baja intensidad a bacterias entéricas que recibe a través del sistema venoso portal. Por la gran cantidad de células del sistema reticuloendotelial en el hígado, las infecciones no víricas son poco comunes. El hígado inflamado o la hepatomegalia es una enfermedad que debes tomar siempre en cuenta, esto sucede porque principalmente este órgano indispensable juega un papel interesante, que hoy debes conocer varios de ellos, te queremos informar para el bien de tu salud y de los tuyos. Así que descúbrelo a continuación.
Síntomas de la infección de hígado
Hinchazón del abdomen
Problemas intestinales
Fiebre
Ganas de vomitar
Dolor muscular
Problemas intestinales
Sabor metálico
Piel amarilla Conoce un poco mas sobre este tema con solo un click ¿Como Diferenciar La Ictericia Fisiológica de la Patológica?
Dolor y malestar
Principales infecciones
1.Absceso hepático
Con anterioridad se creía que era consecuencia de infecciones portales pero a menudo ocurre en pacientes jóvenes como consecuencia de apendicitis aguda. Sin embargo, con el diagnóstico más temprano de esta causa ha disminuido la frecuencia del absceso.
El absceso hepático piógeno también ocurre como consecuencia de alteración del drenaje biliar, infección hematógena que se origina por ejemplo por el abuso de drogas intravenosas y limpiezas dentales y diseminación local de infecciones (diverticulitis o enfermedad de Crohn). Los pacientes también pueden desarrollar absceso piógeno como complicación de la endocarditis bacteriana subaguda y la infección de catéteres a permanencia.
Parece haber una mayor incidencia por infecciones por microorganismos oportunistas en individuos con inmunodepresión, lo que incluye receptores de trasplante e individuos que reciben quimioterapia, así como la población conocida. El absceso hepático piógeno puede ser único o múltiple y más a menudo se encuentra en el lóbulo derecho del hígado.Las cavidades del absceso son de tamaño variable y, cuando son múltiples, pueden coalescer para dar origen a un aspecto en panal de abeja.
Casi 40% de los abscesos son monomicrobianos, casi 40% son polimicrobianos y en 20% de los casos los cultivos son negativos. El agente causal más común son los microorganismos gramnegativos. Escherichia coli se encuentra en casi 66% de los casos, aunque también son comunes Streptococcus faecalis, Klebsiella y Proteus vulgaris. Asimismo, se observan con frecuencia microorganismos anaerobios como Bacteroides fragilis. Staphylococcus y Streptococcus son más comunes en pacientes con endocarditis y catéteres a permanencia infectados.
2. Absceso hepático por parásitos
Entamoeba histolytica es un parásito endémico de todo el mundo, que afecta a casi 10% de la población mundial. La amebiasis es más común en climas subtropicales, en especial en áreas con bajos niveles sanitarios. E. histolytica existe en forma vegetativa y los quistes son capaces de sobrevivir fuera del cuerpo humano.
Te interesara leer: Las complicaciones más frecuentes de una Amibiasis
La forma quística pasa a través del estómago e intestino delgado sin ser lesionado y más tarde se transforma en el interior del colon en un trofozoíto. De ahí invade la mucosa colónica formando las úlceras que de manera clásica tienen forma de matraz, penetra al sistema venoso portal y alcanza el hígado.
En ocasiones el trofozoíto pasa a través de los sinusoides hepáticos y llega a la circulación sistémica, dando origen a abscesos pulmonares y encefálicos. La ameba se multiplica y obstruye raíces portales intrahepáticas con el infarto focal subsiguiente de los hepatocitos. Contiene enzimas proteolíticas que destruyen el parénquima hepático. Los abscesos formados tienen tamaño variable y pueden ser únicos o múltiples.
El absceso hepático se ubica más a menudo en la cara anterosuperior del lóbulo hepático derecho, cerca del diafragma y tiene una porción central necrótica que está ocupada por un material purulento de color pardo-rojizo, viscoso. Se ha hecho referencia a que el material tiene el aspecto de pasta de anchoas o de salsa de chocolate. El absceso amebiano es el tipo más común de absceso hepático en todo el mundo.
Debe sospecharse amebiasis en pacientes que viajaron en fechas recientes a regiones endémicas y que presentan dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen, fiebre, hepatomegalia y absceso hepático Es común la leucocitosis, en tanto que la alteración de las concentraciones de transaminasas e ictericia aparecen con poca frecuencia.
La anomalía bioquímica más común es la elevación leve de las concentraciones de AP. Incluso aunque esta enfermedad es consecuencia de infección crónica, es poco común la presencia de diarrea. En la mayor parte de los casos las pruebas de anticuerpos fluorescentes contra E. histolytica son positivos, y permanecen positivos tiempo después de la curación clínica. Es poco probable que exista amebiasis si las pruebas serológicas son negativas.
3. Enfermedad hidatica
La enfermedad hidatídica es ocasionada por la infección en etapa de larva o de quiste por la tenia Echinococcus granulosus, que vive en el perro. Los seres humanos, ovejas y ganado son hospedadores intermedios. El perro se infecta al consumir vísceras de oveja que contienen quistes hidatídicos.
Los escólices contenidos en los quistes se adhieren a la pared del intestino delgado del perro y se transforman en tenias adultas que se fijan a la pared intestinal. Cada Tenia arroja unos 500 huevecillos en el intestino. Las heces del perro que están contaminadas con huevecillos contaminan el pasto y los terrenos agrícolas y los huevecillos son ingeridos por ovejas, cerdos y seres humanos.
Los huevecillos tienen una cubierta quitinosa que es digerida por los jugos gástricos. Los huevecillos liberados perforan la mucosa intestinal y son transportados a través de la vena porta hacia el hígado, donde se desarrolla en un quiste adulto. La mayor parte de los quistes quedan atrapados en los sinusoides hepáticos y 70% de los quistes hidatídicos se forman en el hígado. Unos cuantos huevecillos atraviesan el hígado y alcanzan el lecho capilar pulmonar o llegan a la circulación sistémica formando quistes en pulmones, bazo, encéfalo o huesos.
4. Ascariosis
La infestación por ascaris es en particular común en el Lejano Oriente, India y Sudáfrica. Los huevecillos de la lombriz Ascaris lumbricoides llegan al hígado por flujo retrógrado en los conductos biliares. El gusano adulto tiene 10 a 20 cm de longitud y puede alojarse en la vía biliar común, donde produce obstrucción biliar parcial y abscesos secundarios por colangitis. El ascáride puede ser el núcleo para el desarrollo de cálculos biliares intrahepáticos.
Las manifestaciones clínicas en un individuo afectado pueden incluir cólico biliar, colecistitis aguda, pancreatitis aguda o absceso hepático. Las radiografías simples de abdomen, ecografía abdominal y colangiografía endoscópica retrógrada (ERCP, endoscopic retrograde cholangiography) pueden mostrar la presencia del ascáride como un defecto de llenado lineal en la vía biliar.
En ocasiones puede observarse el desplazamiento de los gusanos hacia dentro y hacia fuera de la vía biliar desde el duodeno. El tratamiento consiste en la administración de citrato de piperacilina, mebendazol o albendazol en combinación con la extracción de los gusanos por ERCP. El fracaso en la extracción endoscópica es indicación para la extirpación quirúrgica de los áscaris
5. Equistosomiasis
La esquistosomiasis hepática suele ser una complicación de la enfermedad intestinal, porque los émbolos de huevecillos de esquistosomiasis alcanzan el hígado a través del sistema venoso mesentérico. Los huevecillos escrutados en las heces se incuban en el agua para liberar embriones de vida libre, los cuales parasitan a los caracoles y desarrollan una cercaría con cola en forma de trinche. Más tarde penetran a través de la piel en seres humanos cuando éstos tienen contacto con agua infectada. Perforan hacia el lecho capilar y desde este punto se diseminan por vía hematógena.
Aquellos que alcanzan el sistema portal intrahepático crecen con rapidez y ocurre una reacción granulomatosa. El grado de fibrosis portal resultante está relacionado con la carga de gusanos adultos.
La esquistosomiasis tiene tres etapas de sintomatología clínica: la primera incluye prurito después de la entrada de la cercaria a través de la piel; la segunda incluye fiebre, urticaria y eosinofilia mientras que la tercera consiste en fibrosis hepática seguida de hipertensión portal presinusoidal.
Durante esta tercera fase el hígado reduce su volumen, hay aumento del tamaño del bazo y el paciente puede desarrollar complicaciones de la hipertensión portal al tiempo que se conserva la función hepática. La infección activa se detecta por examen de heces. Las pruebas serológicas muestran exposición antigua sin permitir la especificación con respecto al tiempo.
6. Cistadenoma biliar
Los cistadenomas biliares son lesiones poco comunes, de crecimiento lento, benignas, que más a menudo se presentan como lesiones grandes en el lóbulo hepático derecho; aunque suelen ser benignas, pueden sufrir transformación maligna.
Los cistadenomas biliares por lo común se presentan con dolor abdominal. En la exploración física en ocasiones se identifica una tumoración abdominal. A diferencia de los quistes simples, los cistadenomas biliares tienen paredes de aspecto más grueso con nódulos de tejido blando y formación de tabiques en el interior de los quistes. El contenido de proteínas de líquido puede ser variable y afectar el aspecto radiográfico en la CT y MRI. El tratamiento preferido es la resección quirúrgica
7. Hepatitis vírica
La participación del cirujano en el tratamiento de la hepatitis vírica es algo limitada. Sin embargo, deben tenerse en mente a las hepatitis A, B y C durante la valoración de individuos con hepatopatía.
Las manifestaciones de hepatitis A en muchos casos serán de carácter agudo, inespecíficas y similares a las relacionadas con metástasis hepáticas, obstrucción biliar y cirrosis. Las hepatitis B y C ocasionan enfermedad hepática crónica, cirrosis y carcinoma hepatocelular (HCC, hepatocellular carcinoma). Los programas actuales de vacunación contra la hepatitis B y los protocolos de tratamiento que incluyen análogos de nucleósidos e inmunoglobulina contra hepatitis B han mejorado en forma espectacular las opciones terapéuticas para individuos afectados.
No debes preocuparte la mayoría de los problemas del hígado tienen tratamiento y puedes recuperarte fácilmente. El medico se encargara en primer lugar de hacer el examen físico y sabrá cual es el tratamiento indicado para ti, si presentas algunos de los síntomas que te mencione anteriormente no dudes en ir al especialista; la medicina disponen de grandes avances para resolver cualquier tipo de afección. Si leíste nuestro tema te recomiendo: Manifestaciones cutáneas de enfermedades internas
Incoming search terms:
manifestaciones de infeccion en el cuerpo
La entrada 6 Infecciones del Hígado que Deben Tenerte Alerta! aparece primero en Mega Medico.