La felicidad es nuestro motor, es nuestro hogar, ese anhelo que mueve la mayor parte de nuestras decisiones. Sin embargo, en ese universo de ideas, no todo es de color de rosa. Existen verdades de la felicidad que duelen y mucho. ¿Cuáles son esas ideas que nos cuesta asumir? En este post enumeramos cinco puntos.
1. Buscamos la felicidad en el lugar equivocado
Podemos estar empeñados en algo, querer alcanzar un objetivo determinado, y una vez conseguido, sentirnos totalmente vacíos porque hemos confundido la felicidad con algo que no lo era en realidad. Por ejemplo, podemos confundir el ser con el tener. Podemos confundir la felicidad con la apariencia. La vida es compleja y no siempre estamos en el punto deseado.
2. Existen elementos que trascienden a tu control
Piensa en ese momento de tu vida en el que te enamoraste de una persona que fue especial para ti, y sin embargo, tú no lo fuiste para ese alguien en la forma en la que te hubiese gustado. Esto no es un drama, pero duele. Y en el camino de la felicidad puedes vivir límites de este tipo. Puedes enamorarte, expresar tus sentimientos de forma sincera hacia esa persona, y recibir indiferencia a cambio, o simplemente, recibir bonitas palabras por parte de alguien que no está en el mismo punto.
3. Querer no es poder
Piensa en tantos objetivos, tantos sueños que sí has deseado de verdad y definitivamente no has podido cumplir. Por distintos factores, en algunos casos incluso, factores económicos. La realidad es que más allá de este mensaje tan repetido en los libros de autoayuda, la voluntad se encuentra con muros. Y de hecho, es un signo de humildad y sabiduría dejar de desgastarte con un objetivo que ya has intentado en varias ocasiones y siempre se muestra lejano.
4. Cuanto más amas, más sufres
Cuanto más quieres a las personas que están a tu alrededor, más feliz eres, pero también, sufres más. ¿Por qué motivo? Por ejemplo, sufres ante la muerte de un ser querido. Sufres con las tristezas que afectan a aquellos que son verdaderamente importantes para ti.
5. La felicidad no depende del dinero
Esta verdad es relativa, y sin duda, duele. Duele que el acceso a la felicidad esté tan condicionado por la posición económica. Cómo muchas personas viven en una especie de cuerda floja por la incertidumbre de llegar a final de mes. Así que, es cierto que el tener no da la felicidad, sin embargo, ayuda en gran medida. Garantiza el acceso a recursos importantes como la educación, por ejemplo.
6. Es una suerte envejecer, pero también asusta
Es cierto que cumplir años es un privilegio de la vida. Sin embargo, cualquier persona de 80 años sabe que en ese momento tiene más pasado que futuro. Y esta perspectiva crea una connotación concreta de la existencia humana. La muerte produce sentimientos encontrados en la mayoría de los humanos.