Son muchos los detalles que puedes valorar en tu rutina de realizar ejercicio físico. La música es uno de esos elementos que cambia la experiencia deportiva. En la era visual por excelencia de Instagram, conviene recordar que la vista no lo es todo. La buena música te permite acompañar tu rutina de ejercicio de un compás que te motiva, de una melodía que te produce la adrenalina deseada para vencer la pereza.
1. Anclaje emocional
En el ámbito del coaching, un anclaje es un elemento que actúa como un refuerzo emocional para conectar con un estado de ánimo. Por ello, por medio de aquellas canciones que asocias de forma regular con tus instantes de deporte, puedes conectar casi de forma automática con ese estado de ánimo que te traslada hasta un universo de bienestar.
2. Cuidado emocional
Cuando practicas deporte, cuidas tu cuerpo y también, tu mente. Sin embargo, la música, en sí misma, nutre tu salud emocional. El concepto de salud no tiene una perspectiva reduccionista como tantas personas creen. Tiene una visión integral como muestra la importancia del bienestar completo. Por medio de la música reduces el estrés, mejoras tu concentración deportiva al poner la atención en el instante y te diviertes más.
3. Ritmo
El deporte está definido por un nivel de intensidad y un ritmo. Pues bien, gracias a la música puedes reforzar tu propio compás por medio de este elemento que te acompaña. La música tiene una métrica determinada, no solo una melodía. De este modo, puedes alinear tu propio ritmo interior a ese compás exterior que actúa como un estímulo importante.
4. Distracción positiva
Cuando practicas deporte, también convives con sensaciones desagradables como el cansancio físico. Evidentemente, tienes que escuchar tu propio cuerpo, sin embargo, algunas personas se dan por vencidas ante el menor síntoma de agotamiento. Por el contrario, cuando escuchas música, llevas tu mente a otro nivel de atención. Especialmente, cuando eliges tus canciones preferidas.
Mantener la atención dispersa en el deporte es complicado, es decir, fijarte en distintos aspectos es complejo. Por esta razón, la música te permite concentrarte en algo positivo de la actividad. ¿El punto negativo? Que te fijas menos en otros aspectos igualmente significativos, por ejemplo, el paisaje del entorno visual que te rodea.
5. Genera una actitud positiva para el aprendizaje
El aprendizaje es inherente a la propia práctica deportiva. Pues bien, por medio de la música como terapia, consigues interiorizar una disposición para ser un constante alumno sobre el terreno de juego. El deporte se convierte en un recurso pedagógico para fomentar el aprendizaje desde la diversión y el entretenimiento, una didáctica que hace que tu vida sea más fácil.
6. Alejar las ideas negativas
Existen distintos tipos de pensamientos. El optimismo es la actitud que te conduce al éxito por medio de una mentalidad de crecimiento, por el contrario, el pesimismo te limita. Pues bien, la música es una fórmula totalmente natural para reducir las ideas negativas y mimarte hasta el infinito mientras haces deporte ya que, incluso aunque entrenes solo, te sentirás acompañado.