Incorporar una rutina requiere un poco de dedicación y tiempo para que se asiente. No es difícil, solo necesita un tiempo determinado. A la mayoría de las personas nos cuesta incorporar hábitos o rutinas en gran parte, porque no dedicamos el tiempo necesario a incorporarlos. Al igual que las plantas florecen en primavera, después de perder sus hojas en otoño y apagarse durante los meses de invierno, las personas también necesitamos un periodo para desprendernos de creencias limitantes y malos hábitos, aprender a priorizar aquello que queremos incorporar y finalmente poner en práctica la rutina en cuestión.
Así que, antes de contarte mis rutinas de mañana, déjame que te explique cómo incorporarlas a tu vida para que realmente se conviertan en un hábito práctico y duradero:
Asegúrate de que sea una prioridad: de nada sirve que te lances a hacer esto y aquello sí realmente no lo consideras importante para ti. Yo te voy a proponer una serie de hábitos que son importantes para mi. Adaptamos y selecciona los que de verdad encajen con tu estilo de vida y tus valores.
Elige el hábito que quieres incorporar: yo te voy a hablar de cinco pero te recomiendo que los incorpores de uno en uno. Cómo te decía antes, debe ser importante para ti y elegir solo uno te ayudará a poner foco, dar prioridad a tu rutina nueva frente a otras tareas y dejar el espacio necesario para su desarrollo.
Crea ambiente: recrear tu nueva rutina siempre a la misma hora y del mismo modo te va a facilitar la tarea. Tu mente está programada para asociar tiempos a determinadas acciones, como leer antes de acostarte por ejemplo, o lavarte los dientes después de comer. Si un día no lo haces, sientes que te falta algo y lo haces.
Se constante: sin excusas. Cada día encontrarás motivos para saltarte tu rutina, y cada día debes tener un argumento constante para rebatirte y cumplir tu propósito.
Dicho todo esto, hoy quiero compartir contigo 5 rutinas de mañana que yo misma he incorporado a mi vida en los últimos meses y han marcado una enorme diferencia. ¡Vamos a verlas!
Rutina de buena cara: cuando trabajaba en oficina me maquillaba todos los días, así que cuando empecé a trabajar desde casa decidí no hacerlo como pequeño acto de liberación. Ahora he creado un hábito intermedio que deja mi piel respirar y al mismos tiempo me permite verme bien. Hidrato con serums, protejo con crema solar y aplico 3 básicos: corrector de ojeras, colorete y rímel. Fin. Trato de disfrutar del momento y me doy permiso para saltarme la rutina cuando tengo otras prioridades. Pero, sin duda, verme bien es una de las cosas que me hace llevar el día mucho mejor.
Desayunar sano: la primera hora del día para mi es complicada. Solo pienso en el café y siempre voy con cierta prisa. Así que hacer desayunos elaborados me cuesta un mundo y siempre termino por comerme dos galletas. Para evitarlo ahora, además de planificar las comidas y cenas en el menú semanal, también planifico los desayunos. Busco cosas sencillas como fruta o tostadas, pavo y me aseguro de tener provisiones. La sensación de haber conseguido cambiar este mal hábito y me da seguridad porque me siento capaz de lograr todo lo que me proponga.
Nada de móvil: es tentador echar un vistazo rápido al móvil mientras me tomo el café. Sin embargo, me generaba mucho estrés desde primera hora porque no tenía tiempo de responder e-mails o simplemente verlo todo. Así que ahora desayuno, solo desayuno y aprovecho esos minutos para repetirme un pequeño mantra que me anime para todo el día. La diferencia entre empezar el día con un montón de información y estímulos, a empezarlo con un mensaje positivo, es brutal.
Mantra del día: no imaginas el poder que tienen las cosas que te dices, lo que piensas sobre ti y tus capacidades. Resulta casi inevitable que determinados pensamientos negativos o falsas creencias te asalten de vez en cuando. Por eso, empezar el día con un mensaje positivo elaborado de forma consciente puede ayudar mucho a moldear tu día y actitud para afrontarlo. Frases como “hoy voy a sentirme feliz y en calma” pueden realmente ofrecerte un día así. Puedes escribirlo varias veces, repetirlo mentalmente o incluso decirlo en voz alta.
Visualización positiva: es un ejercicio que propongo en casi todos mis cursos porque ¡de verdad que funciona! Yo lo practico desde que era niña y me da mucha seguridad y mucha tranquilidad a la hora de afrontar el día. Consiste en hacer un pequeño ejercicio de relajación (con respiraciones profundas) e imaginar tu día perfecto con todos los detalles posibles. Qué llevas puesto, cómo te sientes De algún modo, tu mente se convence de que esto es real y tú día transcurre como lo imaginas, feliz, tranquila, con control
Como ves son rutinas muy sencillas, pequeños cambios que no llevan mucho tiempo y fáciles de aplicar. La clave está en encontrar aquellas que te resuenan y se ajustan a tus necesidades y deseos, y adoptar cada una poco a poco, para que puedan convertirse en auténticos hábitos.
Y ahora cuéntame, ¿tienes alguna rutina de mañana que te haga sentir genial durante todo el día? Cuéntamelo en comentarios para que todas podamos aprovecharlos. Y si crees que puede ayudar a alguien, envíale este post
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