Estoy convencida de ello, contra lo que muchos creen. Sí, después de la menopausia, cuando los hijos ya están grandes, y a veces hasta nos hicieron abuelas, es tiempo de pensar en el futuro y cómo queremos llegar a él. Si lo hiciste antes y ya llevas una rutina que cuida lo que comes y lo que haces, posiblemente este post no es para ti (busca otro tema para leer). Pero si no estás en la mejor de las condiciones, te cansas con sólo subir al siguiente piso y ya tienes algunos dolores o “achaques” que fastidian tus días, no dejes de leerlo.
Es cierto que es justo en este tiempo que resulta más difícil conservar la condición física pues la tonicidad disminuye reduciendo la fuerza muscular, el metabolismo se hace lento dejándote con menos energía, la osteoporosis se cierne como una sombra nefasta sobre tu cabeza y aumentas de peso con sólo pensarlo. Pero si bien esos aspectos no te ayudan mucho, depende de ti utilizarlos con un estímulo para que esa situación se revierta, y en el peor de los casos, que no aumente, limitando tu calidad de vida.
Yo he escribo ya varios artículos al respecto, pero no me cansaré de hacerlo una vez más: el ejercicio es algo primordial si deseas gozar de la vida en los años que vendrán. Yo quiero disfrutar de mi familia, de viajar, de descansar, de mis amigos… pero sin una buena condición física no será algo muy probable. ¿No crees?
Por eso es vital que comprendas que si no lo hiciste antes, no importa: puedes iniciar ahora.
Y te doy cinco razones por las cuales es conveniente que inicies una rutina de ejercicios:
Controlar tu peso: La disminución en los niveles de estrógeno suele facilitar no sólo que los tejidos se vuelvas más flácidos sino que se transforme en aumento de peso. El ejercicio se vuelve especialmente importante para una mujer pasados los 50, y es el momento perfecto para realizar cambios que contribuyan a un mañana feliz y sin dolores. No se trata de volver a la silueta de los 30, pero sí de tener un peso adecuado a un estado saludable.
Mejorar tu salud: Las mujeres mayores que no hacer ejercicio tienen mayores probabilidades de sufrir enfermedades coronarias, presión alta, diabetes, osteoporosis, dolores de espalda y de articulaciones, mala circulación, etc. Nada de eso te ayudará a disfrutar de un viaje o de tus nietos, y en cambio te obligarán a ir limitando tus actividades y, finalmente, tu vida. Hacer ejercicio mejora tu actividad cardiopulmonar, limpia tus arterias, mejora el funcionamiento de tu sistema digestivo y hasta la calidad de tu piel.
Alejar la depresión: Nada es más efectivo para perder el tiempo (que es lo que no te sombra), hacerte sentir miserable y malograr tus relaciones con los demás, como el sentirte deprimida. Muchas veces los cambios hormonales afectan negativamente tu estado anímico, pero hacer ejercicio aumenta tu producción de endorfinas (unas hormonas emitidas en el cerebro) que favorecen el buen ánimo y la energía, ayudándote a mantener el autoestima en alto y con ello tener un mejor día y una actitud más positiva en la vida.
Prevenir la Osteoporosis: Entre los 30 y 35 años, el cuerpo comienza a perder masa ósea más rápidamente de lo que puede formarla, y en las mujeres, la menopausia (alrededor de los 50) incrementa ese proceso por la reducción de estrógeno. Eso contribuye a estados de Osteopenia (disminución de la masa ósea) que pueden llegar a Osteoporosis, cuando los huesos se vuelven frágiles y las posibilidades de fracturas aumentan considerablemente. Hacer ejercicio fortalecerá tus huesos aumentando tus posibilidades de una vejez saludable y sin fracturas.
Mejorar tu flexibilidad: Muchas mujeres mayores se van limitando en las cosas que pueden hacer porque ciertos movimientos que antes eran cotidianos, se convierten en empresas imposibles. Incluso la actividad sexual se va reduciendo porque las articulaciones no ayudan mucho y el cuerpo se hace cada vez más rígido. Hacer ejercicio regularmente te mantiene flexible, y la flexibilidad es un síntoma inequívoco de juventud.
¿Qué actividades son las más recomendadas para mujeres mayores de 50?
En términos generales, cualquiera que sea de tu preferencia y que puedas practicarla regularmente (3 veces por semana como mínimo) estará bien, incluso el Yoga o Pilates, que son de muy bajo impacto, son fabulosos y te traerán muchísimos beneficios. Sin embargo, muchos especialistas recomiendan, si la condición física lo permite, realizar actividades aeróbicas como caminar, trotar, nadar, montar en bicicleta y bailar.
Los ejercicios aeróbicos te ayudan a mejorar sistema cardiovascular, favorecen la producción de colesterol “bueno” o HDL, y contribuyen a aumentar la densidad ósea evitando la osteoporosis.
Que quede claro que no se trata de volverte una atleta competitiva, ni de hacer algo como si fueras una jovencita. Se trata de tener la mejor condición física que puedas tener (con un esfuerzo mínimo) y así disfrutar de la mejor calidad de vida a la que se pueda aspirar.
Como es de sentido común, si tienes un estilo de vida actualmente sedentario (no importa lo que hacías a los 15!), es importante consultar a tu médico antes de comenzar un programa de ejercicios.
Más información en:
http://felicessincuenta.blogspot.pe/2014/02/el-ejercicio-y-el-bienestar-despues-de.html
http://felicessincuenta.blogspot.pe/2013/11/la-felicidad-de-correr.html