Los ataques de pánico son muy incapacitantes. Estos limitan tu vida convirtiéndola en una prisión, ya que lleva consigo una gran desconfianza respecto a tus capacidades y el sentido de la limitación de la autonomía que trae.
Los que sufren de ataques de pánico y no toman ninguna decisión para resolverlos, saben que cada vez que aparezcan los mismos sentimientos, aparecerá el ataque de pánico y sus síntomas (palpitaciones, dolor en el pecho, dificultad para respirar, enrojecimiento de la piel, etc.).
En estos estados, es casi imposible aprender de esa experiencia pasada.
Carl Jung decía:
Somos un proceso psíquico que nosotros no controlamos. Como resultado, no podemos pronunciar un juicio definitivo sobre nosotros mismos o nuestras vidas. Los hombres no saben todo, sólo creen saberlo. Después de todo, nunca sabemos cómo se llevan a cabo las cosas.
Neurotransmisores que afectan a los ataques de pánico
Después de un ataque de pánico, aunque la crisis se normaliza, los parámetros de los neurotransmisores quedan desajustados.
Un neurotransmisor es una sustancia química que se encarga de transmitir las señales de una neurona a otra por medio de la sinapsis.
Veamos algunos de los neurotransmisores que juegan un papel importante a la hora de regular nuestros niveles de ansiedad.
Serotonina: La serotonina se asocia con el sueño influye directamente en la inhibición y control de la ira, en los cambios de humor, en la cantidad de apetito... Nuestros niveles de serotonina afecta directamente al estado de ansiedad.
Dopamina: La dopamina se relaciona con el sistema nervioso central, tiene varias funciones, ya que afecta a la cantidad de energía que una persona podría tener, la capacidad de atención y otras variables que, si no están equilibradas, se generan ansiedad.
Norepinefrina: Es otro neurotransmisor que controla la reacción al estrés, y que es responsable de la respuesta de lucha o huida en un momento de ansiedad.
GABA (ácido gamma-aminobutírico) equilibra la excitación, agitación con sentimientos de calma y relajación.
HLC: el funcionamiento anormal de la hormona liberadora de corticotropina (HLC) Sus niveles elevados, tiene una gran impacto en la ansiedad. Actúa como una hormona del estrés.
Las 4 cosas que hacer (no resuelven sino que ayudan a gestionar mejor el ataque de pánico)
Relajarse: Durante la crisis de algunas partes del cuerpo se contraen. Trata de familiarizarte con esa parte y relájalas.
Respirar: Respira lenta y profundamente. La falta de aliento, es un síntoma típico de la ansiedad, ya que sólo se oxigena la parte superior del pulmón.
Aceptar el ataque de ansiedad: La ansiedad no se detiene con la voluntad pero podemos aceptarlo y verbalizar "estoy teniendo un ataque de pánico". Tomar consciencia de ello, evita un mayor colapso.
Pedir ayuda: Solicitar la ayuda de un Terapeuta.
La crisis pasa, pero si no hacemos nada para solucionarlo, vamos a volver a ser la misma de siempre y probablemente continuar con ataques de pánicos no resueltos.