Hoy abordamos una afección muy común, la dispepsia o el síndrome de las malas digestiones, que puede producirse de forma ocasional o llegar a convertirse en un problema crónico. Las comidas copiosas, determinados medicamentos, el tabaco o el alcohol pueden agravarla, así que no vendría mal conocer algunos hábitos saludables para aliviar sus síntomas y prevenir males mayores.
Para escribir esta entrada he contado con la ayuda de mi amigo Francisco Bellido, que es médico especialista en Aparato Digestivo. Además de comentarme el alcance que tiene la dispepsia -más de lo que podemos pensar-, me ha dado algunas pautas saludables que deberían seguir todas aquellas personas que la padecen.
Qué es la dispepsia y qué tipos hay
La dispepsia hace alusión a cualquier dolor o molestia que se localice en la parte superior y central del abdomen. Ahora bien, en función del origen de este dolor podemos establecer dos tipos de dispepsia:
a) ORGÁNICA: cuando se sabe el origen del problema, bien por una gastritis, bien por la toma de un determinado medicamento, una úlcera, etc. A medida que se resuelve la causa, va desapareciendo la dispepsia.
b) FUNCIONAL: cuando aparentemente no hay ninguna enfermedad que justifique los síntomas que tiene el paciente, que van desde un dolor en la parte alta del abdomen, pasando por ardor de estómago o una sensación de hinchazón hasta una pérdida del apetito, ganas de vomitar o los incómodos eructos frecuentes. En este tipo de dispepsia nos vamos a centrar a partir de ahora.
Gran parte de la población padece problemas de "malas digestiones" o dispepsia funcional. No se conocen todavía las causas reales del problema. Lo que sí se sabe es que los síntomas que se manifiestan se intensifican en épocas de estrés o tensión emocional, tal y como apunta el Dr. Bellido. Pero entonces, ¿no existe un tratamiento eficaz?
Tratamiento contra la dispepsia funcional
El médico, después de descartar cualquier causa orgánica (úlcera, gastritis, etc), diagnostica una dispepsia funcional, y el paciente espera con ganas el maravilloso medicamento que sea la cura de sus males. Pero en muchos casos, la cosa no es tan sencilla, ya que es complicado atajar un problema cuando se desconocen sus causas.
Lo único que se puede hacer es paliar los síntomas con algún medicamento y seguir una serie de hábitos saludables. Puede que con este tratamiento y siguiendo estos hábitos, el problema no se solucione totalmente, aunque sí se puede alcanzar un cierto alivio. No obstante, no todas las personas con dispepsia funcional muestran los mismos síntomas, por tanto, el tratamiento en cada caso debe ser individualizado.
Al igual que hacíamos con los consejos para adelgazar y quitarnos los kilos de más, en vez de hacer una lista con los alimentos permitidos y prohibidos, es mucho más eficaz llevar a cabo en el tiempo (y de forma constante) una serie de hábitos y pautas saludables, además de las indicaciones del médico. Aquí van algunos ejemplos:
10 hábitos saludables para evitar las malas digestiones
1. Suprimir el tabaco y el alcohol, porque irritan las mucosas del tracto gastrointestinal.
2. Evitar el uso prolongado de ciertos medicamentos, como los antiinflamatorios, los antirreumáticos o la aspirina, que suelen dañar el estómago.
3. Dividir la ingesta del día en 4 ó 5 tomas y evitar las comidas pesadas o abundantes. Es mejor comer menos cantidad, hacerlo en más ocasiones y quedarse siempre con un poco de hambre en lugar de saciarse. Además, se debe masticar bien, lentamente y sin prisas.
4. No tumbarse justo después de comer ni ingerir alimentos sólidos justo antes de irse a la cama.
5. Hay que evitar los alimentos muy calientes o muy fríos, ya que pueden irritar el estómago, sobre todo en las personas más sensibles o con un problema digestivo mayor.
6. No ingerir muchos líquidos -y evitar las bebidas con gas- durante las comidas para evitar sobrecargar el estómago y retrasar el proceso de la digestión.
7. Reducir los fritos y el exceso de fibra. Para aquellas personas con problemas graves, deben tomar la fruta y la verdura sin piel y las legumbres en puré.
8. Evitar el consumo de café, en la medida en que se posible, ya que provoca acidez. OjO, el café descafeinado y el té también estimulan en exceso la secreción gástrica y pueden causar molestias. Es preferible sustituirlo por infusiones suaves, como la manzanilla, la menta o el anís (además favorecerán la digestión).
9. Evitar las comidas demasiado especiadas y evitar los zumos de tomate y de cítricos.
10. Practicar técnicas de relajación y evitar los estados de estrés o tensión emocional. Aunque sea muy difícil hay que intentarlo, porque los síntomas pueden agravarse.
Existen alimentos protectores frente a las malas digestiones
Hay ciertos alimentos que crean una película protectora en el estómago, como por ejemplo, la manzana, el plátano o el arroz.
El plátano contiene sustancias protectoras como la leucocianidina, del grupo de los flavonoides, que protege a las células y actúa como antiinflamatorio.
El contenido de pectina de la manzana las convierte en un antiácido natural.
El arroz -sobre todo en su versión caldoso- alivia los problemas del tracto digestivo.
En líneas generales, los alimentos de consistencia blanda resultan menos agresivos para las paredes del estómago que los secos.
Estoy seguro que siguiendo estos hábitos saludables y las indicaciones del médico conseguirás aliviar tus "malas digestiones".
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Un saludín