El autocuidado tiene mucho que ver con el Stress, Ansiedad, Frustración, Caos son términos que encajan perfectamente si de describir tus días se trata. Estás sobreestimulada, frenética, agobiada, exhausta, fatigada y desesperada mientras intentas hacer frente a los desafíos de la vida moderna. Si esto te suena de algo, bienvenida a bordo! No estás sola. Vives en una cultura de actividad compulsiva: una sociedad impulsada a trabajar más duro, más rápido y durante más tiempo para lograr más en menos tiempo. Hasta cierto punto, puedes sentir que la vida no tiene un interruptor de apagado. La peor parte es que puedes pensar que sentirse así es normal y pasamos al modo de vida en PILOTO AUTOMÁTICO.
La cultura de la ambición de conducción y la actividad sin parar está afectando enormemente tu salud, felicidad y bienestar general. Si bien los seres humanos son adaptativos y resistentes, no debes operar a este ritmo ininterrumpido. Es como si hubieras conectado una cadena de luces navideñas a una planta de energía nuclear; sin una forma de regular y administrar la energía que ingresa al sistema, terminarás frita. Afortunadamente, hay una manera de encontrar el equilibrio que buscas: el autocuidado.
¿Cómo definimos el término autocuidado?
Originalmente fue un concepto médico, el cuidado personal se refiere a asumir conscientemente la responsabilidad de satisfacer sus necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales. Es el acto deliberado de pasar tiempo participando en esas cosas y actividades de cuidado personal que lo nutren en todos los niveles del ser, así como evitar situaciones y experiencias que agotan su energía y felicidad. El cuidado personal no implica egoísmo o narcisismo; más bien, es tanto la validación como el permiso a atender sus necesidades en lugar de minimizarlas o ignorarlas.
Cualidades del autocuidado: El cuidado personal presenta las siguientes cualidades.
El autocuidado es un cambio de paradigma
Debes aceptar que la filosofía de “trabajar más duro, más tiempo y más rápido” te hace sentir más enfermo y más miserable. Debes comprender que ignorar sus necesidades de salud y equilibrio no es sostenible y, en última instancia, te hará sufrir, aunque ello implique una desviación radical del modelo convencional de éxito establecido por el “deber ser” social. Sin embargo, si te hablas con honestidad, tu intuición te desvelará la verdad detrás de las palabras del filósofo y maestro espiritual Jiddu Krishnamurti: “No es una medida de salud estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”. Solo cuando cambies tu perspectiva podrás hacer del autocuidado una prioridad.
El autocuidado adopta un enfoque holístico
Se aplica a todos los niveles de la vida: físico, mental, emocional y espiritual. Significa darle a cada aspecto de tu vida la atención que merece para ayudarlo a regresar a un lugar de equilibrio y vitalidad.
El autocuidado es una estrategia preventiva y recuperativa para el bienestar
De acuerdo a las modalidades médicas complementarias como el Ayurveda y la medicina tradicional china, el autocuidado puede adoptar un enfoque proactivo para la salud y la felicidad. Con el autocuidado, te conviertes en participante de tu bienestar y asumes la responsabilidad de cuidarte antes de que el agotamiento se convierta en enfermedad. Este también es un concepto útil cuando necesitamos recuperarnos de una lesión, enfermedad o exceso de trabajo. El autocuidado viene con el reconocimiento de que para volver a una vida de equilibrio y vitalidad, debes hacer el esfuerzo de darte lo que necesitas para sanar.
El autocuidado es una habilidad y una disciplina
El cuidado personal no es la norma en la sociedad; se sentirá antinatural tomarte un tiempo para tu bienestar. Se necesita práctica y compromiso para alejarse cuando el resto del mundo sigue esforzándose y esforzándose. Se requiere de que hagas de tu vida prioridad para favorecer lo que la sabiduría tradicional enseña: salud física y mental, felicidad y satisfacción en todos los niveles.
El autocuidado es un acto vital de amor propio
Si bien el cuidado personal puede parecer un concepto esponjoso, perezoso o autocomplaciente, en realidad es un acto imperativo de darse el regalo de amor incondicional, aceptación y alimentación. El cuidado personal consiste en ponerse la máscara de oxígeno primero antes de intentar ayudar a otro. Es el reconocimiento de que ayudar a los demás no tiene que ser a expensas de tu felicidad y bienestar. Al final, si no te cuidas, es poco probable que alguien más lo haga por ti.
6 consejos para el autocuidado
¿Cuáles son, entonces, las herramientas para practicar el autocuidado? El cuidado personal abarca muchas disciplinas y prácticas variadas que cubren varios aspectos de su vida. Lo que sigue son seis consejos de autocuidado que forman un modelo integral. Considera cada uno como una puerta de entrada a la vida de equilibrio y bienestar que busca.
Descanso y recuperación
Además de dormir, dele a su cuerpo el regalo de una conciencia reparadora en forma de meditación. A diferencia del aburrido descanso del sueño, la meditación permite que su cuerpo descanse mientras la mente está consciente. Este es un estado profundamente restaurador cuerpo – mente que puede animar tu energía al mismo tiempo que ayuda a regular los ritmos de sueño de tu cuerpo, lo que permite una noche de sueño más reparador.
Manejo del estrés
El estrés crónico es un adversario insidioso en la búsqueda del bienestar y no debe tomarse a la ligera. Aprender a controlar el estrés en el mundo acelerado, frenético y turbulento de los asuntos cotidianos y las listas de tareas rutinarias debe ser alta prioridad en tu búsqueda de autocuidado. Sin una estrategia de manejo del estrés suficiente, los efectos de la lucha o huida y las respuestas reactivas causarán estragos en tu salud y tranquilidad.
Además de la meditación, existen varias otras herramientas poderosas para ayudar a mitigar la respuesta al estrés, como el yoga, el masaje, la acupuntura, el tapping de meridianos y el qigong. Independientemente de la técnica o herramienta que utilices, la clave es crear un programa de manejo del estrés como componente fundamental de tu plan de autocuidado.
Equilibrio trabajo-vida
El equilibrio entre la vida laboral y personal también requiere que conozcas tus limitaciones. Quedarse tarde en el trabajo para impulsar un proyecto puede parecer la mejor manera de hacer las cosas. Sin embargo, cuando lo haces agota mental y físicamente, ha llegado al punto de rendimientos decrecientes de los que sufre la calidad de tu trabajo. Hacer que el autocuidado sea una prioridad significa aprender a trabajar de manera más inteligente, no más difícil. Si no estás desempeñando un papel que honre la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida, considera buscar otras oportunidades que otorguen un mayor valor a la necesidad de bienestar personal.
Alimento
Para cuidarte, necesitas alimentarte. Tu cuerpo anhela alimentos sanos y saludables que te brindan la abundante energía que necesita. Sin embargo, cuando renuncias al cuidado personal, a menudo es a expensas de tus hábitos alimenticios saludables. A veces puedes comer tus sentimientos o alimentar la respuesta de lucha o huida sucumbiendo al estrés comiendo carbohidratos o grasas simples que pueden conducir a un mayor desequilibrio. El cuidado personal se aplica a:
Consumir alimentos nutritivos
Mantenerse adecuadamente hidratado.
Minimizando la cafeína y el alcohol
Minimizando los alimentos azucarados o procesados refinados
Evita los alimentos que son tóxicos y agotan tu energía. Reconoce que lo que comes hoy literalmente se convertirá en una parte de tu cuerpo y comprométete a alimentarte para mantener la salud y el equilibrio.
La nutrición también se aplica a lo que entra a tu conciencia a través de los cinco sentidos. Lo que consumes a través de tus ojos, oídos, nariz y piel se convertirá en una parte tan importante de ti como la comida que ingieres. Asegúrate de ser igualmente selectivo en lo que permites en tu ser en forma de transmisiones de noticias, redes sociales, películas o televisión. Gobierna tu conciencia y elige solo esas experiencias que traen salud y nutrición a tu vida.
Practica Ejercicios
Tus antepasados no se quedaron en sus cuevas todo el día. Estaban activos: cazando, recolectando, cultivando, cuidando rebaños o cultivos, o migrando de un lugar a otro. Del mismo modo, tu cuerpo está diseñado para moverse, tanto para mantenerse sano y equilibrado, como para generar y mantener la energía biológica y la vitalidad. El cuidado personal incluye darle a tu cuerpo el don del movimiento para cultivar y mantener la fuerza, el equilibrio, la flexibilidad y la energía. Aunque el autocuidado incluye una cantidad dedicada de descanso y tiempo de recuperación, eso no significa que debas convertirte en un adicto a la televisión. Después de dormir bien por la noche, levántate, mueve el cuerpo. Practica yoga, tai chi, artes marciales u otras actividades de movimiento basadas en la atención plena. Sal a caminar, nadar, correr o montar bicicleta. Libera el potencial de tu cuerpo como ser físico.
La frase familiar “úsalo o piérdelo” se aplica aquí. Darle a tu cuerpo el movimiento que necesita puede ayudarlo a mantener un rendimiento óptimo mientras trabaja para retrasar la progresión de las lesiones y enfermedades relacionadas con la edad. Como siempre, el equilibrio es clave. La cantidad adecuada de ejercicio y sudor puede llevarlo lejos en el camino hacia el autocuidado.
Gestión energética
En ausencia de autocuidado, usualmente usas tu energía física, mental, emocional y espiritual de una manera frívola e ineficiente. Puedes atravesar tu vida con “energía perdida” que podría asignarse mejor a la salud, el equilibrio, la felicidad y la satisfacción. Practicar el autocuidado significa consolidar tu energía al evitar actividades que agotan o agotan su fuerza vital. Inviertes tu energía en lo que haces a diario. Si pasas tiempo sin pensar navegando por las redes sociales o mirando fijamente la televisión, está invirtiendo tus recursos en actividades que generan poco o ningún beneficio. Sin embargo, si utilizas tu conciencia de manera deliberada, organizada y eficiente, aumentarán tus recursos y reservas de energía en todos los niveles.
Al convertirte en la sanadora de tu conciencia, aprovechas tu energía y la pones a trabajar. Administra su tiempo y haz espacio para leer literatura inspiradora, practicar afirmaciones, meditar, entablar un diálogo significativo con amigos y seres queridos, y practicar la gratitud. Evita la negatividad y el juicio. Busca maneras de poner tu atención en experiencias, actividades y que te ayuden a crecer y expandir tu conciencia.
A través de estas herramientas de autocuidado puedes equilibrar todos los aspectos de tu vida: salud, relaciones, trabajo, felicidad, satisfacción y crecimiento espiritual. Cuidar de una misma es, en última instancia, cuidar de tu ser superior o alma. Cuando escuchas los impulsos de tu alma por el equilibrio y la integración, el cuidado personal es más que una herramienta para la salud y la restauración: es un catalizador para tu evolución consciente en curso.
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