Detesto etiquetar a las personas por gustos y preferencias, no le veo ningún sentido práctico si no es para guardar a la gente en el cajón de mi ropa. Tal vez en Facebook o en Twitter tenga algún sentido para lograr tener a los amigos ordenados y clasificados, pero fuera de lo mundano de una red social , no tiene ninguna aplicación práctica.
Distinguirnos entre hombres y mujeres quizás tenga un importante interés puramente biológico, o distinguirnos entre creyentes y no creyentes sea útil para elegir el lado del banco donde nos vamos a sentar.
Para ser padres en esta vida nadie nos hace una entrevista, nadie nos exige nada. La vida y la naturaleza sólo nos ofrecen ser padres si nuestras gónadas son aptas para ello, la ironía de la capacidad de supervivencia.
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