Atravesamos hoy tiempos de profundos cambios en todos los órdenes de la vida en el que los seres humanos tenemos la necesidad de reubicarnos frente a una realidad que avanza imparable hacia no se sabe muy bien dónde.
Ya nada parece tener solución cuando buscamos soluciones, precisamente, en los paradigmas sobre los que veníamos sustentando toda nuestra realidad. Esto también es causa de dolor y es momento de aprender a superar el dolor emocional que ello nos trae.
En todo este proceso de cambio, la aparición y la existencia del dolor es normal, porque es él consustancial a la vida, pero la posición del sufrimiento, si es cierto que, por raro que parezca, depende tan sólo de nosotros tenerlo.
La vida es la que es; pero nuestras realidades cotidianas son, en realidad, la suma de todas las realidades con las que estamos interconectados. No estamos solos o solas aunque queramos. Dependemos también de todo lo que se mueve a nuestro alrededor. Y es que como señala Mihaly Csikszentmihalyi, autor de ?Fluir? en su libro ?El Yo Evolutivo.Una psicología para un mundo globalizado?: ?En la tierra no queda ningún sitio en el que uno pueda plenear el propio destino sin tener en cuenta lo que sucede en el resto del mundo?.
Superar el dolor emocional que nos supone esa nueva y necesaria reubicación en un mundo en cambio, es parte de nuestra labor como seres humanos que tienen a su disposición una herramienta tan potente como la atención y que, por nuestra tradicional forma de enfrentarnos a nuestros retos y problemas, apenas utilizamos por estar todos los días conectados con nuestro piloto automático y por ello no ser muy conscientes de lo que hacemos y de lo que ocurre en cada uno de los instantes que conforman nuestra vida.
Superar el dolor emocional tiene un primer paso obligado, que no es otro que aprender a resituarnos en el instante presente. Ese espacio natural de nuestra vida que es, justo, el que andamos viviendo en este preciso instante. Es desde ahí, desde esa nueva posición que debemos alcanzar, desde donde se abren nuevas ventanas para desarrollarnos como personas.
Cuando hablamos de la tan manida ?crisis?, los miedos nos atenazan y no nos permiten el normal avance que, como personas, tenemos derecho a conquistar y que no es otro que la libertad para elegir dónde queremos estar, cómo queremos estar, con quien queremos estar y, especialmente, hacia dónde queremos ir.
Como en el popular dicho; ?nunca es tarde si la dicha es buena? por lo que en el aprendizaje de la vida, superar el dolor emocional es una parte de nuestro trabajo que, aunque cueste, es la salida hacia un nuevo tiempo de paz y felicidad.
No solo es posible, sino deseable. ¿empezamos ya?.
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