Desde que tengo el blog he tenido la suerte de conocer a muchísimas personas, que como yo, viven con diabetes y conocer sus casos, su vida, que llevan bien o mal y aprender mucho de ellos y ellos de mi. Ha sido muy gratificante, pero también me ha servido para ver fallos en el control generalizado y por eso este post.
No pretendo meter miedo, ni mucho menos, pero muchas veces nos olvidamos de que vivimos con diabetes, esto puede ser bueno en la medida de que lo llevamos con normalidad. A mi me pasa incluso. Pero cuando afecta a nuestro control no es tan bueno. Quizá lo que pretendo es que reflexionéis conmigo :)
Existe una diabetes mala y otra buena?
Definitivamente no, existen diferentes tratamientos, situaciones, casos clínicos pero no una diabetes mala y otra buena. La diferencia está en el control y educación del paciente. Es cierto que algunas enfermedades derivadas provocan mayores desajustes, pero esto a lo que nos va a llevar es a cuidarnos más, a hacer más ejercicio, comer mejor, etc, pero al final de todo un proceso de hábitos saludables, la diabetes se controlará.
Esto es importante porque puede que lo escuchéis mucho: “tengo una amiga con una diabetes malísima, tengo un familiar con una diabetes muy grave…” cuando la diabetes es mala, es porque no existen los cuidados necesarios detrás de ella y cuando es buena es porque detrás hay una persona que come 5-6 veces al día, hace deporte a diario (aunque sea mínimo), no olvida su tratamiento, come equilibradamente y se preocupa por revisarse de manera rutinaria.
Mientras que respecto a Somos conscientes de por qué es importante ir preparados?
Me planteo esta pregunta porque no es la primera vez que escucho, que como esta chica, hay personas que se desmayan porque no llevaban su medidor encima, ni glucosa y sufrieron una hipo grave. Hay ciertas situaciones, que parece que no son peligrosas para nosotros pero que si lo son y aquí os hago una pequeña lista:
El ascensor: Lo cogemos por inercia cuando vivimos o trabajamos en un piso alto, es totalmente normal. Pero pensad un momento, si vamos a comprar el pan que no son más de cinco minutos, si está la panadería cerca ¿te llevarías glucosa y tu medidor? la respuesta puede ser sí o no, ¿por qué? pues porque yo por ejemplo, vivo en un primero y bajo por las escaleras y si me encuentro bien no lo bajo para cinco minutos, pero si tuviese que coger el ascensor, sería un rotundo sí. ¿Y si me quedo encerrada y se me baja el azúcar o yo creo que estoy baja por los mismos nervios? nos estamos poniendo en riesgo sin necesidad. Llévatelo.
La carretera: muchas veces cuando vamos a la universidad, el colegio, el trabajo o una cita, llevamos un zumo y listo, o si vamos a hacer un pequeño recado, ni eso! Es muy peligroso, hay miles de factores que nos pueden afectar: una caravana, que se pinche una rueda, que nos tomemos lo que llevamos pero no sea suficiente… Parecen tonterías pero estas cosas pasan, a mi incluso me pasó hace ya más de dos años. Iba camino de Cádiz con mi hermano por la autopista y llevaba un zumo y tres galletas. Antes de llegar al peaje se me bajó a 40, me tomé el zumo y las galletas y a los 15 minutos seguía en 53. Casi que me da un infarto porque no tenía nada más! empecé a sudar, mi hermano se puso súper nervioso (para los que no lo sepan, esa autopista tiene gasolineras pero cuando vas llegando al peaje hay un tramo que no hay nada), yo cada vez me sentía peor y no había ningún sitio para comprar nada. Pusimos el coche a más velocidad a riesgo de que nos pasase algo y cuando llegamos al peaje, allí le preguntamos a los trabajadores si había posibilidad de conseguir algo con azúcar. Nada!! no había nada, por suerte una chica tenía un refresco de su almuerzo y me lo dio y ya me recuperé. Pero prometo que desde ese día jamás he ido en el coche con un simple zumo.
Los conciertos: A mi no me gustan las aglomeraciones, pero la música me encanta y por ello siempre que puedo voy. Ya sabemos que en los conciertos no se pueden meter bebidas, pero si pastillas de glucosa, geles, barritas energéticas, etc. Yo siempre me pongo en el caso de que “y si por lo que sea se me baja la glucosa más de lo previsto y no me da tiempo de llegar a la barra, esperar la cola y pedir?”. No olvidéis ir preparados.
Las discotecas: más de lo mismo. Sobre todo los chicos cenáis fuerte y claro ir sin nada es mucho más cómodo, pero es realmente seguro para nosotros? pues no, porque bailamos, nos movemos y aunque no bebamos, la glucosa se puede bajar y quizá no te da tiempo de pedirte nada o cuando te mides (si te has llevado el glucómetro) estás demasiado bajo de glucosa, asustándote e incrementando tu sensación de hipoglucemia. Al igual que en los conciertos, hay muchas formas de glucosa que no abultan, como son las pastillas. No lo olvides.
Barcos, yates, barcas, deportes de agua: Aquí es muy importante medirse antes y durante la actividad, pero sobre todo llevar glucosa, sea de la forma que sea. El medidor si vamos a hacer surf, obviamente no lo podemos llevar encima pero si podemos tener en la orilla un buen refresco y nuestra máquina de glucosa al lado para ir controlándonos. Si vamos a hacer una escapada en yate, no te quedes corto, no lleves un refresco o una tableta (estamos en el mar, no lo olvidemos) llévate una botella o dos de cocacola, que si pasa algo inesperado no te quedes sin nada en alta mar o lo mismo pasa con los hidropedales. Aunque el paseo sea corto, no olvides que la hipo siempre puede aparecer.
Yo jamás me he desmayado tras 17 años con diabetes y esperemos que siga así, ya que jamás he olvidado por qué es tan importante ir preparado en cualquier situación :)