Muchas personas piensan que dejar de comer, es la mejor solución a los problemas cotidianos de peso que se presentan en la actualidad, sin embargo no es la única solución a este mal que aqueja a más de la mitad de la población en el mundo. Está comprobado que el dejar de ingerir alimentos, sólo va a traer como consecuencia un desequilibrio energético que produce cansancio, ansiedad y fatiga que puede provocar ataques de ira y ánimo irritable.
Al querer perder grasa corporal, solo nos preocupamos por la cantidad de calorías que son ingeridas diariamente, pero al dejar de comer estamos perdiendo agua y masa muscular, ya que la grasa continúa alojada en nuestro cuerpo por lo que la pérdida de peso no es real. Este efecto ocurre muy claramente en las conocidas dietas milagrosas cuya duración es entre 4 a 5 días, y que suelen desencadenar en el famoso efecto rebote en el que se vuelven a recuperar los kilos anteriores a la dieta.
Es muy importante mantener una dieta equilibrada si lo que buscamos es perder peso de manera efectiva, lo que no implica que sea rápida ya que cada cuerpo tiene su propio ritmo. Esta rutina alimenticia debe incluir al menos 5 comidas en lapsos no mayores de 3 a 4 horas entra cada una; las mismas no debe exceder del consumo calórico diario.
Se debe comenzar el día con un buen desayuno rico en fibra y carbohidratos, lo cual va a reducir progresivamente, la ansiedad del consumo de estos rubros cuando ayunamos en lapsos de tiempo prolongados. El almuerzo debe estar acompañado de granos y verduras variadas, mientras que en la cena se pueden consumir proteínas y vegetales.
Recuerda que el ritmo de vida de las personas en la actualidad, requiere un gasto energético muy alto por lo que el dejar de comer, afectará el rendimiento en las actividades cotidianas. Sigue los prácticos consejos anteriormente descritos y lograrás óptimos resultados en un tiempo adecuado.