I love discovering and trying new wellness trends, but sometimes I feel that I dont have enough time (nor money and hunger) to practice all of them. Which ones should I be adopting, then? Read on to know my thoughts.
Soy la primera a la que le encanta descubrir, investigar y poner en práctica nuevas tendencias de bienestar y salud. Pero me ha dado por calcular la cantidad de tiempo que necesito y cosas que tengo que comer para poner todas en práctica, y no me da la vida. ¿Cuáles merece la pena, entonces, hacer? Os doy mi opinión.
Todo lo que sea un hábito o alimento que pueda incorporar a mi día a día que sirva para mejorar la salud llama mi atención. Y, si puedo, lo pongo en práctica. Pero como quiera hacer todos voy a necesitar días de 27 horas, una despensa como mi salón y un presupuesto que no tengo. Sólo por calcular así por encima:
Meditar nada más levantarme: 10 minutos
Hacer unos estiramientos o saludos al sol: 15 minutos
Hacer oilpulling antes de beber agua si quiera (os he hablado de ello en este post): 10 minutos
Preparar y tomarme agua templada con limón (y si puede ser con jengibre, vinagre de manzana sin filtrar y cayena, mejor): 5 minutos
Hacer ejercicio antes de desayunar: 45 minutos
Hacer el cepillado en seco (del que también os he hablado aquí) antes de la ducha: 5 minutos
Hidratarme la piel con aceite de coco: 3 minutos
Desayunar de manera saludable y pausada, practicando mindfulness: 10 minutos
Total, que antes de prácticamente empezar a funcionar, necesito 1 hora y 45 minutos para cumplir con los objetivos wellenes del día. Y, sinceramente, a veces podré madrugar para hacerlos pero otras veces no.
Por otro lado, si me pongo a repasar todos los alimentos y superalimentos que debo comer cada día para llevar esa alimentación súper sana, tampoco tengo tiempo (ni hambre suficiente) para tomar aguacate, arándanos y otros frutos rojos, avena, clara de huevo, pescado azul, brócoli, kale, aceite de coco, quinoa, bok choi, espinacas, judías verdes, manzana, apio, zanahoria, arroz integral, batata, levadura nutricional, coliflor, moringa, té matcha, té verde, café verde, shots de cúrcuma o golden lattes, batidos de proteína, chupitos de hierba de trigo, pollo de corral, salmón salvaje, nueces, semillas de chía...
¿Cómo incorporar entonces todos estos buenos hábitos y alimentos? Pues lo que hay que hacer es simplificar y seleccionar:
En el caso de las rutinas, intento meditar antes de dormir, porque al estar ya en la cama ayuda mucho a conciliar el sueño. Los estiramientos o saludos al sol los hago el día que no entreno por la manana, y suelo entrenar tres días a la semana. El oilpulling, sinceramente, lo hago cuando me acuerdo, y normalmente aprovecho el rato de la ducha después de entrenar. Lo del cepillado en seco, tres veces a la semana. Y lo de hidratar la piel, el agua con limón y desayunar de manera saludable sí que lo hago el 99% de los días.
Sobre la alimentación, lo que procuro es incluir siempre verduras en la comida y la cena, y las voy variando. Obviamente, no como brócoli todos los días pero sí que intento tomar eso o verduras de hoja verde, además de otras verduras como la zanahoria, el calabacín, la berenjena o los pimientos, por ejemplo. También me ayudan a tomar verduras los greensmoothies que tanto me gustan. En mi desayuno los arándanos son un fijo, y las proteínas que tomo en la comida o la cena procuro que sean de pescado como el salmón, de atún, de huevos ecológicos o de pollo de corral. Los hidratos de carbono que suelo tomar son avena, pasta integral, legumbres o quinoa.
Esto no quiere decir que nunca tome patatas ni harinas refinadas ni dulces o grasas. Eso para mí sería imposible y muy triste. Pero sí que procuro tomarlos de vez en cuando nada más.
Y luego, en cuanto a los suplementos, los añado a mis batidos verdes y ahora he descubierto una marca que se llama Navit Plus y que me hace más fácil la tarea de tomarlos porque vienen en cápsulas y me las puedo llevar donde quiera. Estoy probando en concreto las cápsulas de Maca, que tienen también zinc, vitamina B6 y ginkgo, las cápsulas de Cúrcuma orgánica (super cómodas teniendo en cuenta lo que mancha esta especia y que su sabor no gusta a todo el mundo) y las de Colágeno (que además llevan ácido hialurónico y llevaba mucho tiempo queriendo probar).
En definitiva, creo que se trata de no volvernos locos con las modas y querer probar y adoptar todas las rutinas de wellness que aparecen por ahí. Primero, porque hay que investigar y confirmar que son realmente beneficiosas. Segundo, porque tenemos que ver si se adaptan o no a nuestra forma de vida y a nuestro bolsillo. Y, tercero, porque a veces tenemos al alcance de nuestra mano los efectos que prometen muchas modas sin caer en ellas. Es decir, la dieta mediterránea bien llevada, el ejercicio físico y unos cuantos hábitos de belleza normales nos pueden asegurar mantenernos con un buen estado de salud y belleza. Todos los extras que queramos añadir bien están, pero no son fundamentales. Ah, y también conviene informarse bien de todo, especialmente en el caso de los suplementos alimenticios.
Hace poco, por ejemplo, una amiga nutricionista me dijo que la espirulina, un alga que yo tomo porque se supone que tiene muchos beneficios para la salud, dificulta la absorción de la vitamina B12. Y hay estudios que dicen que el colágeno, por mucho que se tome de manera oral, no llega a nuestro organismo para aportar los beneficios que tiene. Así que... informémonos, seleccionemos, alternemos y, en definitiva, usemos el sentido común. Que no por ser los más wellness del mundo seremos inmortales con cuerpos y caras de veinteañeros