Existe una clara vinculación entre el autoestima de las personas y el correcto funcionamiento de su sistema inmunológico. Las personas que tienen un autoestima elevada cuentan con un sistema inmunitario más fuerte, esto se ha comprobado en diferentes estudios. En este caso hablaremos de un trabajo realizado por las universidades de Oxford y Exeter.
Cuando una persona es calma y feliz cuenta con un sistema inmunológico más sano. Existen diferentes razones por las que es necesario reforzar el autoestima, una de ella es porque las personas que cuentan con amor propio tienen su frecuencia cardíaca más baja y un sistema inmunitario más fuerte, lo que genera que las personas se enfermen menos.
En la investigación realizada le solicitó a los voluntarios que escucharan clips de audio y que intenten ser más compasivos con ellos mismos. Después de 11 minutos la frecuencia cardíaca de los participantes fue notablemente más baja que la de las personas que mantuvieron su crítica interna o no prestaron atención a los audios.
Los expertos en la materia señalaron que el ritmo cardíaco bajo nos permite estar en un estado de relajación, esto nos da una oportunidad de curarnos y estar en mejores condiciones de salud.
El trabajo estuvo dirigida por el Dr. Anke Karl, profesor titular de psicología de la Universidad de Exeter. Quienes trabajaron en la investigación separaron a los 135 participantes en cinco grupos, cada uno de los que escuchó un conjunto diferentes de instrucciones.
Uno de los grupos fue guiado por un escaneo corporal compasivo en el que se les dijo que prestaran atención a distintas sensaciones en sus cuerpos con una actitud más tranquila y de interés. Al segundo grupo se los invitó a hacer un ejercicio de bondad amorosa que se enfocara en sí mismos, teniendo pensamientos positivos sobre ellos mismos y sobre sus personas queridas.
Un tercer y cuarto grupo debieron escuchar grabaciones que activaron la voz interior crítica o los colocaron en un modo positivo pero competitivo y que se mejora a sí mismo. Como control se tuvo un quinto grupo al que se le solicitó que imaginara que estaba en un entorno emocionalmente neutral.
Los resultados de la investigación revelaron que los corazones de las personas que escuchaban los mensajes amorosos latían dos a tres veces menor por minuto que la de los grupos con pensamientos negativos.
En una segunda investigación se pudo ver que las personas que se enamoraban y se ponían en pareja a los 20 años tenían la capacidad de dormir mejor a mediana edad y sufren mucho menos estrés. Los estudios dicen que ahí puede haber una explicación de cómo el matrimonio reduce las posibilidades de muerte prematura.
Estar cerca de personas queridas mejora notablemente el funcionamiento del sistema inmunológico al exponerlo a más bacterias y protegiendo el cuerpo de infecciones.
Desde la Universidad de Minnesota señalaron que las personas que tienen relaciones positivas y duraderas en la edad adulta son menos ansiosos, especialmente después de los 32 años de edad.
Si el corazón late demasiado rápido no tiene la capacidad y se vuelve menos eficiente para bombear el caudal de sangre necesario y por ende oxígeno, alrededor del cuerpo. Con el paso del tiempo las células del corazón pueden sufrir la falta de oxígeno y morir, lo que incremente la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco.
El amor propio condujo a una mayor variación entre los latidos del corazón de los participantes, lo que es una muestra de que el corazón tiene la capacidad de adaptarse a distintas situaciones.
En la investigaciones quienes fueron obligados a pensar negativamente tenían mayor frecuencia cardíaca y transpiraban más, en ambos casos se sentían amenazados y angustiados. Cuando se desactiva nuestra respuesta de amenaza el sistema inmunológico y se tiene una mayor posibilidad de curarse.