El mundo se transforma cuando nos damos cuenta que existimos en medio de una danza mágica, continua y armónica de milagros.
Los momentos ordinarios son exclusivos de visiones limitadas. Para una mente preparada tan sólo existe la fascinación, ya que todo nace en medio de un tejido de milagros.
Todo momento es en realidad maravilloso. Cuando asumimos la posición de extasiarnos con todo momento, con cada segundo, nace aquello que los orientales llaman ILUMINACIÓN. Que no es otra cosa que conectarse al fluir natural y fascinante de la vida. Es reconocer en cada cosa su propia historia.
¿Y cómo se logra?
En alguna oportunidad me encontraba sentado en una de las hamacas de mi apartamento y comencé a observar la mesa del televisor, me pregunté sobre todos y cada uno de los procesos realizados para que ella estuviese allí, desglosando el proceso de la siguiente forma:
1) Debió de existir un árbol que evolucionase a través de los años para que la madera fuese posible.
2) Alguien la cortó.
3) Otros más procesaron la madera.
4) Se conjugó la experticia heredada de generación en generación, para lograr armarla.
5) Una historia similar sucedió con cada una de las herramientas necesarias para su elaboración.
6) Cada célula de los seres humanos que participaron en el proceso, se sincronizaron para lograr el resultado. A través de miles de años nuestro cuerpo y cerebro evolucionaron para poder funcionalizar cada movimiento.
7) Se tuvo el sueño y se creó el medio económico para comprarla.
8) Alguien la transportó, podríamos cobijar allí, la historia de las calles y el vehículo.
9) Existió el espacio (también con su propia historia) para ubicarla.
10) El ojo humano evolucionó para poder apreciarla.
Y en fin podría continuar enumerando pequeñas particularidades…
Ese día, ese mágico día me encontré de nuevo con el asombro, y me permití recrear la visión infantil, reconociendo que cada cosa y persona por el mero hecho de existir ya esta cobijada por un manto infinito de milagros. Por ello, cada cosa que es y cada historia de vida son de carácter invaluable.
El sufrimiento nace precisamente de allí, de la desconexión con el fondo. En muchas ocasiones nos quedamos apreciando la forma de los acontecimientos y en situaciones complejas éste el prisma menos adecuado para observarlo.
Que los seres humanos, nos permitimos levantarnos cada día con la mirada limpia.
Que al mirarnos al espejo, sólo apreciamos las maravillas de nuestro ser.
Que rompemos las cadenas que nos encadenan y somos libres,de las verdades que históricamente, han limitado nuestras posibilidades de relación.
Que un día, nos levantamos con la valentía, de ser verdaderamente humanos.
Que flexibilizamos nuestro ser, bajo la única disculpa, de poder acercarnos más asertivamente al otro.
Que entendemos, de una vez por todas, que nuestro pasado, no tiene que ser nuestro presente y mucho menos nuestro futuro.
Que podemos actualizarnos y así, saber, que el ser, que somos hoy en día, no cometerá los mismos errores, del pasado.
Que comprendemos, que cada ser humano esta haciendo lo mejor que puede, con las herramientas que posee en el momento.
Que el perdón si es posible, y que podemos sentirnos mucho mas cómodos cuando dejamos de vernos como vencedores y vencidos.
Que sabemos que no se trata de perdonar y olvidar… si no tal vez, simplemente… de ver la situación desde una perspectiva diferente.
Que los seres humanos dejamos de IMPONER nuestra verdad y generamos creativas formas de relación.
Que el Apocalipsis, si es verdad… y que llego el fin de la oscuridad de pensamiento…
TÚ y YO somos parte de esa nueva luz.
Que un día nos levantamos con la convicción… que una nueva lógica de relación ¡¡Sí, es posible!! … Siendo completa y afortunadamente AUTÉNTICOS.
Que una sola golondrina SÍ es capaz de seducir al verano.
Que dejamos de esperar al otro… y forjamos desde nuestra propia iniciativa, los senderos del cambio que el mundo necesita.