A diferencia de otras reseñas de libros, en esta ocasión no es una publicación sobre fisioterapia o un libro técnico sobre salud, sino un libro de divulgación científica orientado a público general que leí hace unos meses y creo interesante compartir con vosotros. Trata sobre mitos relacionados con alimentación, productos químicos y naturales y dietas milagrosas que solo son sanas para las finanzas de quien las inventa y difunde.
En el libro, su autor, el bioquímico José Miguel Mulet, explica conceptos e ideas sobre cómo la agricultura y la producción de alimentos se han modernizado. Al añadirse ciertas técnicas y tratamientos, se ha hecho más segura, no es para envenenarnos ni nada parecido, sino precisamente al contrario. Voy a resaltar algunos de los puntos más interesantes, que trataré de explicar un poco:
Explica cómo tradicionalmente los agricultores han seleccionado frutas y verduras con mejor aspecto, color o sabor, pero que esta selección en ocasiones ha provocado (como en el caso de la berenjena) que el producto seleccionado tenga menos nutrientes que las variedades descartadas por tener un color o forma menos apetecible. En este caso, el proceso artesanal ha sido nefasto al eliminar, por desconocimiento, las variedades más saludables.
Algunos de los temas que aborda sobre los mitos es explicar cómo surgió la idea errónea de que la vitamina C ayuda a prevenir o tratar resfriados, algo totalmente falso pero que sigue muy arraigado (un aporte extra de vitaminas , salvo que haya una carencia de dichas vitaminas, no tiene ningún efecto en la salud). O los errores al considerar que todas las grasas son malas (no comer mucha carne, evitar los huevos…) porque suben el colesterol y pueden producir infartos, cuando la evidencia relaciona que la dieta rica en grasa es saludable siempre que las grasas sean de calidad (el huevo es un alimento excelente): hay más peligros en la bollería industrial que en comer varios huevos a la semana.
Se explica cómo se obtiene la catalogación de “producto ecológico”, que tiene más que ver con un sello que se paga y que implica -con unos controles bastante laxos- utilizar ciertos elementos (pesticidas químicos también) que están aprobados para ese tipo de producción, pero que no quiere decir ni que en su producción no se utilicen productos químicos ni que los alimentos sean más seguros o nutritivos.
También repasa los diversos procesos químicos que ocurren simplemente al cocinar, explicando por qué varía el sabor de ciertos alimentos, o la textura o el aspecto, debido a las reacciones químicas que ocurre al mezclar, batir, calentar y, en definitiva, cocinar los alimentos. Lo hace de forma detallada con el objetivo de explicar que las reacciones químicas son algo normal y deseable al cocinar, y que lo que se hace es una mezcla de diferentes productos (químicos) que contienen los alimentos para dar lugar a platos elaborados, nutritivos y saludables.
Muy interesante el capítulo donde explica los conservantes y los aditivos, esos números precedidos de la letra E que aparecen en las etiquetas de los alimentos, y que nos hacen pensar en que se le añade todo tipo de químicos a la comida para drogarnos y engancharnos… No es más que una catalogación de los productos aprobados que se usan en dosis seguras, siendo los E1XX colorantes, los E2XX conservantes y los E3XX antioxidantes y así un largo etcétera. Desde siempre se han utilizado conservantes como la sal, el vinagre, el aceite, ahumar los productos… Se les han añadido colorantes y otros productos por “sabiduría popular”, sin control sanitario. Ahora lo tenemos todo clasificado y controlado, y con la letra E se nombran no solo añadidos, sino también elementos presentes en el propio alimento de manera natural. La vitamina B12, presente en muchas frutas y verduras, es el E101. El E160d es el licopeno, que da color rojo al tomate. El E160a son carotenos (presentes en zanahorias…). El E120 es un colorante natural… que viene de un insecto (la cochinilla, natural natural). El E300 -dicho así parece algo feo- es la sana y natural vitamina C, presente de manera natural en ciertas frutas y verduras (por cierto, el pimiento tiene mucha más vitamina C que la naranja).
Después hace mención a diversas mal llamadas dietas milagro, que no son más que un timo peligroso que pone en riesgo la salud de quien lo practica. Mención especial a la dieta que promete “alimentarse de la luz”, así, tal cual. La persona que ideó dicha dieta se hizo de dinero vendiendo su método y sus libros. Cuando hubo muertes de alguno de sus seguidores, los responsabilizó por no haber seguido bien las indicaciones…
El libro lo podéis encontrar en cualquier librería, está disponible en papel y libro electrónico. Es ameno y fácil de leer, pero requiere una lectura reposada para asimilar y comprender todos los datos que aporta. José Miguel Mulet tiene otros libros de divulgación sobre medicina, productos naturales y timos, ciencia… Tengo ganas de poder leerlos y compartir mis impresiones con vosotros. Espero que os resulte útil.