Pero no solo el sabor es su única función. El emperador Carlomagno le confirió carácter sagrado. Los árabes la cultivaban en sus jardines y los chinos la consumían en infusión, mucho antes de que el té ganara popularidad.
La salvia es una planta perenne de la que se conocen en torno a mil especies, pertenece a la familia de las Lamiáceas (Lamiaceae) como la menta, el orégano, el romero o el tomillo. Su nombre deriva del latín y significa ‘salud’ o ‘curar’, es una de las plantas más utilizadas en la medicina natural, se le otorgan múltiples propiedades para tratar distintas enfermedades.
Aquí les traigo dos recetas muy interesantes:
Bocaditos de Salvia
Ingredientes
Hojas de salvia: 20-30 hojas
Huevos: 2
Sal: a gusto
Pan rallado: cantidad necesaria
Aceite de oliva: cantidad necesaria
Preparación
Lavar bien las hojas de salvia en agua fresca y secarlas con ayuda de un paño limpio o papel absorbente. Pasar cada hoja por el huevo batido con la sal y luego por el pan rallado. Freír en el aceite y servir como una entrada liviana o para acompañar un aperitivo.
Salsa de Salvia para pastas
Ingredientes
Manteca: 50 g
Salvia: 4 hojas
Jamón cocido: 150 g
Queso rallado tipo gruyer: 100g
Ricotta: 100 g
Huevos: 2
Preparación
Derretir la manteca a fuego moderado. Incorporar la salvia limpia y finamente picada, el jamón en tiritas, el queso rallado y la ricotta. Mezclar suavemente.
Cuando esté a punto de ebullición, incorporar los huevos, revolviendo hasta que se mezcle y retirar del fuego.
Volcar la salsa bien caliente sobre la pasta cocida y perfectamente escurrida. Servir de inmediato.