¿Quieres decir NO, sin sentirme mal?
¿Quieres poner límites a los demás?
Siguiendo los tres pasos siguientes, podrás hacerlo sin sentirte mal, con asertividad, y sabiendo que estás en tu derecho de decir NO, cuando lo consideres oportuno.
Hay tres normas básicas y muy sencillas para decir que no a algo que nos piden.
1. Lo primero es agradecer a quien te lo está proponiendo. El hecho de que esté pensando en ti, puedes interpretarlo cómo que confía en tu forma de hacer algo.
Aunque en algunos casos pueda sonar a broma, es fundamental empezar agradeciendo.
Seguro que tienes mil ejemplos a la cabeza de lo que te han pedido esta semana, y posibles respuestas de agradecimiento serían:
- Muchas gracias, Pepe por haber pensado en mí para que te traiga el café.
- Muchas gracias, María por haber pensado en que vaya a dar de comer a tu gato.
- Muchas gracias, hijo por haber pensado que sea yo la que te haga la cama.
- Muchas gracias, jefe por haber pensado en mí para que haga el informe que debería hacer mi compañero Juan.
Seguro que te vienen otros mil ejemplos a la cabeza!
2. El siguiente punto es: dar una respuesta rápida, corta, concreta y tajante, sobre el motivo por el que no lo haces.
No busques, ni des largas explicaciones de los motivos. Será necesaria sólo una razón muy breve, por la que no podemos hacerlo, poniendo de esta forma un límite claro, aunque suene algo absurdo!
Una vez hayamos dicho el motivo, que probablemente sea el primero que nos cruza por la cabeza, no debemos cambiarlo ni meter más datos. ¡No!
Y como insistirá, utiliza la técnica del "disco rayado" cada vez que te lo pida, es decir, repite tantas veces como te insista la razón que dijiste antes. Sin añadir datos. Sin dar más explicaciones. Sin enfadarte. Sin levantar el tono. Tan solo repítelo la una y otra vez.
Lo siento, no puedo hacerlo porque...
Lo siento, no puedo hacerlo porque...
Lo siento, no puedo hacerlo porque...
Siguiendo los casos anteriores, podrías decir:
- Lo siento, Pepe. No te puedo traer el café porque me duele la mano.
- Lo siento, María. No puedo ir a dar de comer a tu gato, porque he quedado.
- Lo siento, hijo. No puedo hacer tu cama, porque es tu tarea hacerla.
- Lo siento, jefe. No puedo hacer el informe, porque estoy terminando otro tema. *Ojo con las respuestas en el trabajo; cada uno conocemos a nuestros jefes, y elegir las palabras adecuadas, es un arte!
(*Si quieres que te ayudemos en el tema laboral, ponte en contacto con nuestro equipo y hablamos de tu situación concreta. El tema del trabajo es delicado).
3. El tercer paso es posponer, en el caso de que te interese hacerlo en otro momento. Si no tienes intención de hacerlo nunca, este punto no lo tendrás en cuenta.
Así que un ejemplo completo de cómo poner límites, desde la asertividad y el buen humor, podría ser:
- Muchas gracias, Pepe. No puedo traerte el café ahora porque me duele la mano, sin embargo mañana espero que me duela menos, y quizás pueda hacerlo por ti.
- Muchas gracias, María por pensar en mí para que alimente a tu gato. Sin embargo he quedado y no podré hacerlo hoy. Quizás la semana próxima que estaré más libre pueda. Llámame y comentamos.
- Muchas gracias, jefe por haber pensado en mí para que haga el informe. Sin embargo estoy terminando otro tema, y ahora no podría hacerlo con la calidad a la que estamos acostumbrados en esta empresa. En cualquier caso, trataré de ponerme con ello mañana si mi compañero no ha podido ponerse con ello antes.
Con estas simples pautas, siguiéndolas a rajatabla cada vez que alguien te haga una propuesta o una petición a la que quieras decir que no, será sencillo mantener los límites claros de lo que sí haces (porque te apetece, porque quieres... ), de las cosas que no tienes porqué hacer, porque no te apetece, porque consideras que no está en el alcance de tus funciones (en el entorno laboral).
Cuando ponemos límites y decimos que no, el resto de las personas que nos rodean empiezan a valorarnos más, y además ocurre algo muy importante: empezamos a tener más tiempo para dedicarnos y esto es súper positivo.
Tener tiempo para ti y para hacer las cosas que te gustan, te ayudará a tener la mente clara, a bajar tú nivel de estrés, a relajarte... Sentarte y no hacer nada. Leer un libro, una revista. Dar un paseo. Ir de tiendas.
Dime que no sonríes solo de pensarlo!
Recuerda:
1. Agradecer
2. Respuesta corta y rápida
3. Posponer
Saludos de Ana Llorens, escribiendo para el equipo de empoderateconmigo.com
Sentarte y no hacer nada, leer un libro, dar un paseo, ir de tiendas...