Qué son las emociones sociales
Existen distintos tipos de emociones, las más conocidas son aquellas que se etiquetan como positivas o negativas. Las emociones positivas son aquellas que nos hacen sentir vitales y saludables, por ejemplo, la alegría. Sin embargo, las emociones negativas se definen así porque nos hacen sentir de bajón anímico, por ejemplo, la tristeza o el rencor. Y en el plano de las emociones sociales también podemos encontrar claros ejemplos de emociones positivas y negativas. Por ejemplo, una emoción social positiva es la amabilidad.
También la solidaridad que muestra el valor de aportar a nivel individual fortaleza al bien común. Del mismo modo, otra emoción social negativa es la envidia, es decir, la tristeza por el bien ajeno, el malestar que experimenta una persona cuando observa un bien en el otro del que ella misma carece. Por tanto, las emociones sociales son todas aquellas que solo pueden entenderse en el contexto del grupo y la relación social. Es decir, son emociones que nos hacen darnos cuenta de nuestros vínculos con otros.
Las emociones sociales muestran la realidad de la propia vida. Y es que, podemos experimentar una fuente inagotable de felicidad gracias a nuestros vínculos con los demás. Pero también podemos sentir una fuente inagotable de tristeza y sufrimiento a partir de nuestros lazos sociales.
Vivimos en un constante equilibrio de soledad y compañía. Sin embargo, las emociones siempre son positivas. Incluso la envidia, la ira o el rencor. Ya que esta información nos está diciendo algo de nosotros mismos, de este modo, al asimilar esta información podemos poner en valor un hecho determinado. Algo que nos está ocurriendo en nuestra relación con los demás.
El ser humano es social por naturaleza una observación que ya quedó patente en la filosofía griega. Y esta observación sigue presente actualmente aunque la forma de socialización haya cambiado. Las redes sociales son un ejemplo de cómo el ser humano es social. Al igual que el nuevo lenguaje digital también da nuevas formas a esta valoración de los demás, por ejemplo, el gesto de un “like” tiene un efecto psicológico en quien lo recibe.
Las emociones sociales nos enseñan a mejorar nuestros lazos con los demás. Son una oportunidad para no tener asignaturas pendientes. Es decir, para vivir el momento presente con la ilusión y la alegría de conectar con el momento actual, potenciando lo mejor de cada vínculo.
Podemos experimentar emociones sociales no solo hacia personas que siguen vivas. Sino también, hacia seres queridos fallecidos gracias al vínculo emocional. Por ejemplo, una persona puede experimentar gratitud hacia un ser querido ausente y esa gratitud está ahí latente en todo momento.
Las emociones sociales nos ayudan a conectar con el lado positivo de la vida. Porque toda alegría se multiplica cuando se comparte y toda tristeza se alivia cuando se divide entre dos. Por tanto, cuida tus lazos sociales porque al hacerlo también estás cuidando de ti mismo.