Las corazas energéticas son protecciones que vamos creando a lo largo de toda nuestra existencia para sentirnos más seguros y resguardados.
Si pudieras verlas, percibirías una especie de muros energéticos de diferentes estructuras y grosores que rodean tu cuerpo físico o tus cuerpos energéticos como si de armaduras se tratasen. Agobia un poco, ¿verdad? Solo visualizarlo ya hace que tu cuerpo se sienta más oprimido, más encerrado.
Estas corazas energéticas no sólo pueden estar alrededor de tu cuerpos energéticos, sino que también pueden estar envolviendo algún órgano interno, alguna capa del aura o alguno de tus chakras, especialmente el 4º, localizado a la altura del corazón.
Estas corazas llevan asociadas todos los sentimientos, pensamientos y emociones que experimentamos cuando las creamos, de modo que en cualquier parte de nuestro sistema energético queda bloqueado todo esto, generando no solo la coraza en sí misma, sino bloqueos emocionales y mentales de todo tipo que pueden estar afectándonos en nuestro día a día.
¿Cómo y cuándo generamos estas corazas?
Hay que tener en cuenta que estas protecciones son totalmente inconscientes. En un determinado momento, cuando nos hemos sentido atacados o hemos sentido emociones como miedo, rabia, vulnerabilidad, creamos este tipo de bloqueo para que la próxima vez que nos encontremos en una situación similar no nos afecte, o eso es lo que nuestro subconsciente nos quiere hacer creer claro.
La mayoría de estas corazas tienen su origen durante nuestra infancia y adolescencia, teniendo incluso alguna de ellas desde la estancia en el vientre de nuestra madre, así como del momento del nacimiento. Y cómo muchas de ellas las llevamos ya con nosotros desde que nacemos y sentimos que nos han protegido en más de una ocasión a lo largo de nuestra vida, las continuamos usando a diario ahora siendo adultos.
Aunque a priori nos pueda parecer que son una contribución para nosotros ya que podemos pensar que nos están siendo útiles para protegernos de algo externo que nos puede hacer daño, esto no es real y no hacen otra cosa que hacernos funcionar en piloto automático, creyendo que tenemos el control sobre las situaciones que nos ocurren en nuestro día a día.
“Podemos sentirnos más seguros con ellas, pero al mismo tiempo, están impidiendo que nuevas energías beneficiosas lleguen a nosotros. Incluso están bloqueando que nuestra propia energía generadora pueda manifestarse.”
Pero continuar generando estas corazas y mantener las que ya tenemos sin ser conscientes de ellas puede estar creando el efecto contrario, limitando situaciones, personas o energías que sí son una contribución y una ayuda para nosotros.
Identificar y liberar estas corazas a través de la conexión con tu campo energético y el acceso a tu Registro Akáshico es ahora fácil y rápido, funcionando estas terapias también a distancia, sin necesidad de largos procesos o de tener que experimentar de nuevo situaciones o emociones traumáticas.
¿Cuántas corazas energéticas tienes limitándote que ya es hora de romper, de destruir y así liberarte para comenzar a ser tú?
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.
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