La indefensión aprendida se entiende en la actualidad como un estado psicológico en el que una persona, tras enfrentarse a numerosas exposiciones ante eventos incontrolables para ella, aprende a inhibirse. Es decir, aprende a dejar de actuar incluso cuando las situaciones pueden ser controladas. Quizás lo antes explicado sea demasiado técnico, pero centraremos este artículo en poner ejemplos y ayudar a que se conozca a fondo este concepto y por qué esta condición puede limitarnos en nuestra vida.
Concepto de indefensión aprendida
El término indefensión aprendida fue descrito por Seligman y Maier en 1967. Éstos establecieron que la exposición repetida a eventos incontrolables impide la exploración y el aprendizaje futuro.En la vida, a veces suceden cosas que no están en nuestra mano controlarlas; situaciones graves que nos llevan al límite, que nos hacen daño o incluso situaciones que no esperábamos que sucedieran de forma repentina. Son impredecibles e incontrolables, por lo que puede aparecer esa sensación de que no tenemos el control de lo que nos rodea, ni del futuro ni de nosotros mismos.
Cuándo y qué nos produce esta indefensión
Cuando estamos en cualquiera de las situaciones descritas anteriormente es cuando puede aparecer la indefensión aprendida. Es cuando nos enfrentamos a acontecimientos nocivos para nosotros que consideramos que no podemos controlar y nuestra motivación para responder queda drásticamente reducida. Dejamos de actuar y de intentar solucionar los problemas que acontecen.Esta indefensión aprendida produce también una disposición cognitiva negativa. Esto quiere decir que afecta de manera negativa en la forma que pensamos y en la forma en la que nos sentimos. El aprendizaje es un proceso acumulativo, por lo cual, los aprendizajes previos interfieren con la adquisición de nuevos.
¿Cómo puede limitarnos?
Es por eso que, ante estímulos aversivos como acontecimientos incontrolables o que nos hacen daño, puede interferir en el aprendizaje de nuevas respuestas. Es decir, no nos deja actuar y hacer aquello que esté en nuestra mano para intentar salir de estas situaciones. Por tanto, cuando una persona se enfrenta a un acontecimiento que considera independiente de las respuestas que realice o piensa que no está bajo su control, aprende que este acontecimiento es incontrolable. De esta forma, llegaremos a pensar, actuar y sentir de una manera determinada.
Con respecto a la forma de actuar, encontramos diferentes áreas:
En el área conductual, la persona va a tender a disminuir la iniciación de una respuesta para controlar lo que sucede.
En el área cognitiva, con respecto a cómo pensamos, tenderemos a creer que da igual lo que hagamos; es ineficiente todo aquello que pongamos en práctica.
En el área emocional, cuando el resultado es traumático y la situación nos lleva a ese límite, puede llegar a producir una fuerte ansiedad seguida de un proceso depresivo.
Comprendiendo el fenómeno de la indefensión aprendida
En resumen, la indefensión aprendida sería la expectativa de que un determinado resultado es independiente de las propias respuestas que realicemos. Esto reduce la motivación para controlar este resultado e interfiere el aprender que las respuestas controlan el resultado. Si el resultado es traumático, produce miedo que desemboca en depresión.Consideramos muy importante la comprensión de este fenómeno, ya que puede arrojar luz sobre muchos problemas sociales y conductuales importantes; como la depresión, el fracaso escolar, el burnout, permanecer con una pareja abusiva etc.
Ejemplos actuales
Para entenderlo mejor expondremos varios ejemplos relacionados con situaciones preocupantes actualmente:Violencia de género
En la violencia de género, por ejemplo, a veces la persona agredida deja de actuar, aprende que haga lo que haga no está en su mano escapar de la situación que le ha tocado experimentar. Puede que al inicio del maltrato intente actuar, defenderse o cambiar la situación. Sin embargo, puede llegar a sentir que esa situación es incontrolable. Llegará a la conclusión de que haga lo que haga no va a parar el abuso, lo ha intentado pero no lo ha conseguido, y así aprende a dejar actuar.Bullying
En el bulling la situación es similar a la anterior. Un niño puede aprender que tiene agresores en el colegio y, aunque en un primer momento quizás se defiende de los mismos y hace todo lo posible para escapar, puede que lo consiga o que no. Si la situación se repite constantemente, pensará que no está en su mano el control y que, cuando suceda un proceso agresivo, simplemente decida no actuar y esperar a que el suceso simplemente suceda.Como podemos ver en los ejemplos anteriores, es fácil desarrollar la indefensión aprendida. Todos somos vulnerables y podemos adoptar este tipo de esquemas negativos. Se puede adquirir simplemente exponiendo a una persona a circunstancias que no puede controlar, reduciendo su moral. Se puede sobrecargar de preocupaciones, quedarse sin apoyos y encontrarse perdida para poder escapar, para poder enfrentarse a lo que le sucede. La persona que ha sido tratada de esta forma puede experimentar muchos déficits como los que hablamos, a nivel afectivo, cognitivo y emocional.
Sin embargo, este es un proceso de aprendizaje y con la ayuda psicológica adecuada, se puede desaprender esta situación. La víctima de indefensión aprendida ha perdido la búsqueda de soluciones y considera que no puede cambiar nada pero, si se le reafirma que es capaz de hacerlo, trabajando su autoconcepto y autoestima, puede volver a tener el control. Logrará tener las riendas de su vida en sus manos, lo que creía sin solución sí la tiene, y se sentirá realizado.
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