La alcachofa carece prácticamente de grasas mientras que su contenido en hidratos de carbono y fibra es considerable, también es una fuente muy importante de vitamina C, vitaminas B y minerales como el potasio y el magnesio.
La ciarina, es un compuesto que junto a otros componentes hace que esta hortaliza sea protectora del hígado. También cumplen esta función sus flavonoides de efecto antioxidante y anti inflamatorio.
La alcachofa es baja en colesterol y activa las defensas, la fibra de esta verdura le confiere un efecto laxante y si comes algo graso puedes acompañarlo de alcachofas ya que consigue disminuir significativamente la absorción intestinal del colesterol.
Otro de sus componentes es la inulina, una sustancia que aumenta la flora bacteriana del intestino estimula el sistema inmune y regula el tránsito intestinal.
Alguno de sus compuestos actúan sobre las células del riñón provocando una mayor producción de orina. Por tanto no es de extrañar que sea un ingrediente casi obligatorio en las dietas depurativas
La costumbre de rociarlas con limón, una vez cortadas, no es ninguna excentricidad sino un gesto necesario porque así se evita que se ennegrezcan por oxidación de su vitamina C. Duraran más tiempo si no se le corta el tallo y si se colocan en un recipiente con agua se pueden mantener en perfecto estado durante siete u ocho días, eso sí, una vez cocinadas ahí que comerlas en 24 horas.
Si estamos mal del hígado, no debemos de dejar de tomar el agua donde las has dejado hervir, es una buena medicina para el hígado.
Recetas de cocina con alcachofas
Alcachofas con berberechos
Ensalada con alcachofas asadas y tomatitos
Garbanzos con bacalao y alcachofas