Una vez en el exterior seguimos absorbiendo información influenciados por todo lo que hay a nuestro alrededor y, poco a poco, creando nuestros propios pensamientos y experiencias hasta que nos desarrollamos totalmente y nos vamos convirtiendo en la persona que somos.
El cuerpo y el alma forman un bloque indivisible, no pueden funcionar el uno sin el otro. El alma necesita un cuerpo en el que vivir, y este último necesita un alma que le guíe, le cuide, le proteja No podemos cuidar a uno y olvidarnos del otro. Si nuestro organismo enferma, tardamos poco en deprimir o perder la confianza; si la psique no va bien, el cuerpo termina por caer. Es vital conseguir un equilibrio entre ambos para estar bien y poder ocuparnos de lo que realmente cuenta, vivir feliz y compartir.
Todo lo que nuestros progenitores nos transmiten, así como las experiencias y emociones que vamos acumulando a lo largo de nuestra vida, tienen una gran influencia en lo que nos sucede posteriormente. Por ese motivo, no tenemos más remedio que trabajar y esforzarnos constantemente para mantener una armonía en nuestras vidas. Esto es importante a cualquier edad, pero deseo hacer hincapié en que la infancia es un periodo especialmente sensible y que corresponde a los adultos la responsabilidad de velar por los más vulnerables durante esa etapa. Si he comenzado mi artículo hablando de la conexión que establecemos con los padres desde nuestra edad más temprana es por la gran influencia que ésta ejerce.
Una buena alimentación es indispensable para nuestro cuidado y desarrollo, pero para que las experiencias difíciles de nuestra vida no terminen por afectar negativamente a nuestro organismo no podemos dejar de lado nuestra mente. Por ese motivo, además de temas relacionados con la alimentación, encontraréis en este blog algunos artículos sobre cuestiones relativas al impacto de nuestras emociones en nuestra vida. Al fin y al cabo, una de las formas más naturales de cuidarse es a través de lo que tenemos en la cabeza. El objetivo es reavivar ciertos hábitos e ideas saludables que a veces descuidamos ya sea por falta de tiempo, por desmotivación o incluso porque simplemente nos olvidamos de cuidarnos a nosotros mismos.
No dejéis de prestar atención a lo que necesita el alma, lo demás no puede funcionar por mucho tiempo sin ella.