Cuando el alma esta enferma, el cuerpo y la mente también lo están. Para obtener la sanación, es necesario participar activamente y buscar los medios de revertir este conflicto que afecta al ser humano en su totalidad.
Aunque no se sabe si alguien ha podido ver el alma, casi nadie duda de su existencia. Los científicos en su constante búsqueda, también han tratado de develar ese misterio.
Francis Crick (premio nobel de medicina por su descubrimiento del ADN), dedicó muchos años a buscarla e incluso detectar su peso.
La concepción holística actual, reconoce que el ser humana o está compuesto por cuerpo, mente y alma, y que estas tres partes o aspectos interaccionan constantemente como un todo.
Debido a esta interacción resulta que una enfermedad física tiene su correspondencia en el plano mental y en el espiritual. Si reconocemos al alma como parte integrante del ser humano, podemos entonces tratar sus enfermedades y revertirlas con métodos distintos a los que se utilizan cuando se trata de curar una enfermedad psíquica o física.
¿Qué es el alma?
Por lo general, el estudio del alma y sus condiciones ha sido reservada a las religiones, cuyo fin es, precisamente, rescatar las almas humanas para buscar el camino hacia la iluminación espiritual.
La psicología la considera parte de los procesos mentales, las emociones y los sentimientos, aunque no todos los autores admiten su existencia.
Como se ve, ciencia y religión jamás se han puesto de acuerdo totalmente. Sin embargo, cuando se alude a ella, la definen como una entidad invisible que habita el cuerpo y que trasciende a la muerte física.
¿Porqué se enferma el alma?
Las enfermedades del alma se originan por un desequilibrio serio. Se puede tratar de una deuda kármica, de una persona que todavía no ha desarrollado su espiritualidad, de la falta de ideales, egoísmo, miedo, fanatismo, violencia, rencor, vicios, traumas de la infancia, etc.
Un alma enferma puede producir dolencias físicas o psíquicas y estas últimas pueden aliviarse con medicinas, pero jamás se sanarán sin no se llega a revertir el conflicto que la ha generado con el alma. Ya sea recurriendo a sanadores o practicando las técnicas que se detallan a continuación, es necesario que la persona tome parte activa en la cura de su alma para poder liberarse de la enfermedad. Sea cual fuere el medio de curación, el objetivo es elevarse espiritualmente hacia Dios o hacia la Fuerza Suprema, fuente de toda salud y vida.
Las enfermedades del alma
Frases como me duele el alma, me llegó hasta el alma, etc. denotan verbalmente expresiones que indican que algún suceso ha comprometido seriamente a una persona en su constitución física, mental y espiritual.
Puede ser un desengaño amoroso, un conflicto familiar, una injusticia, un accidente o una catástrofe, etc. Muchos pueden ser los motivos que enferman el alma de una persona.
¿Cómo reconocemos la enfermedad del alma?
Hay muchos indicios que nos muestran que nuestra alma puede estar afectada:
Depresión y melancolía constantes: Hay situaciones de la vida cotidiana que nos entristecen, pero cuando la tristeza persiste, se intensifica, y se observa que la persona parece no interesarse en nada, que deja de sentirse capaz de amar, y que se abandona física, intelectual y espiritualmente, entonces hablamos de depresión, una auténtica enfermedad del alma.
Sentimiento de soledad o incomprensión: Es tan real la creencia de que se puede sentirse solo entre una multitud. Hay personas que dicen nadie me entiende. Sin embargo, son ellas quienes no se ponen en sintonía con los demás, pues su alma está dañada, quien sabe por qué razón. Si no se realiza una búsqueda profunda hacia su propio interior y se descubre la verdadera razón de esa falta de conexión con los demás, es probable que sigan su vida gritando a los cuatro vientos la misma frase, cuando son ellos mismos, quienes no son capaces de abrirse a sus conflictos y liberar su alma de la soledad.
Enfermedades físicas que aparecen y desaparecen sin causas ciertas: Los chamanes saben bien de qué se trata. Cuando alguien va a consultarlos, si son honestos, saben cuales son las enfermedades que pueden curar los médicos y cuales solo pueden curar ellos. La culebrilla, las verrugas, el empacho, el ojeo, la pata de cabra, el susto, etc. son las más comunes. Existen además, otras más misteriosas como la aparición y desaparición de sarpullidos, dolores inexplicables, etc. Estas enfermedades misteriosas son las que han abarcado, además de mente y cuerpo, una parte del alma. Es por eso que, desde el animismo y la magia telúrica, se logran mejores curas que a través de los métodos convencionales.
Vicios arraigados: Todo vicio tiene un fondo, un arraigo en el alma, que enferma de compulsión tan fuerte que, muchas veces, ha sido comparada con posesión demoníaca. Se sabe que ciertos espíritus del bajo astral, suelen alentar a jugadores, bebedores y adictos, a continuar con el vicio. Esos seres, denominados elementales de baja vibración, pululan por bares, salas de juego, etc. en busca de sus víctimas, para adherirse a ellas.
Curaciones espirituales
Estas formas de sanación pueden surgir r el poder de un sanador espiritual o de la propia persona. Este proceso de auto curación puede realizarse a través de distintas técnicas, cuyo objetivo es liberar el alma de remanentes negativos.
Una de las principales herramientas es el pensamiento. la fuerza de la mente creativa y positiva es el principal aliado para vencer el desánimo y curarse.
A continuación, algunas de las técnicas de curación para aplicar a las enfermedades del alma:
Curación cuántica: Uno de los mayores defensores de este método es el Dr. Deepak Chopra, médico de origen indio que rescató la antigua técnica Ayúrveda de curación, y aplicó esta sabiduría milenaria a sus pacientes con resultados sorprendentes.
Chopra propone, establecer a través del salto cuántico, las condiciones apropiadas para que la persona entre en el nivel más profundo de conciencia y llegue hasta su alma, pues es en ese nivel donde se producen las sanaciones milagrosas.
La oración: La oración es una enorme fuente de poder, a la que se han reconocido grandes logros y curaciones milagrosas. Todas las religiones profesan diversos métodos de orar para elevar el alma y unida a la divinidad, en busca de ayuda.
Si se logra elevar el alma hacia esos niveles de conciencia enlazándola con la Conciencia Divina, se puede esperar cualquier milagro. La herramienta fundamental es la fe, un don que no se consigue fácilmente, pero que puede solicitarse al mismo tiempo que se ora. Pedid y se os dará, dijo Jesús.
Las cadenas de oración son uno de los recursos que demuestran el alto poder que puede ejercer un ruego sincero en grupo.
La meditación trascendental: Meditar es concentrarse en lo más profundo de uno mismo, llegar al alma, y unirse al cosmos. Debería ser una práctica cotidiana para poder sobrellevar los avatares de la vida. Cuando alguien sufre una enfermedad espiritual la meditación positiva y tranquila puede llegar a resolver profundos enigmas y conflictos del alma.
Las terapias complementarias: Cuando el alma de una persona entra en conflicto, se desarmonizan cuerpo y mente. las terapias florales, la homeopatía, el reiki, el yoga, y otras prácticas, ayudan a equilibrar la energía del ser vivo y le permiten conectarse mejor con el entorno y consigo mismo. Todo ello ayuda a revertir procesos de enfermedad espiritual y sanarla.
Los sanadores espirituales: Entrar en contacto con algunas personas consideradas sanadores espirituales, hace que nuestra alma vibre en sintonía con la suya y se pueda reestablecer esa armonía que se ha perdido. Los guías espirituales existen en todo el mundo. Algunos ejemplos conocidos: Sai Baba (India), el Padre Mario (Italia), el Padre Pío (Italia), la madre Teresa (India), Ceferino Namuncurá, la Madre María o Pancho Sierra (Argentina), etc. Esos personajes tenían y tienen en común el don de la sanación y sus curas son fundamentalmente espirituales, pues remueven las emociones negativas que producen las enfermedades físicas. Ellos se valen de técnicas como la radiestesia, la imposición de manos, las abluciones con agua, oraciones y rezos esotéricos, chamánicas o espirituales, para liberar a la persona de sus dolencias.