Nos gustan las curvas, y esto no es casualidad. Si preguntamos a un grupo de hombres, estoy convencido de que 9 de cada 10 prefieren una mujer voluptuosa que una modelo de pasarela muy delgada. Señores, ¿qué opinan?
No sé cuántas veces me ha preguntado Jessica, mi mujer:
– ¿Me hacen gordita estos pantalones? - A lo que yo respondo – ¡Siiiiiiiií! – …
Rápidamente me explico – cariño…quiero decir, que te quedan genial y resaltan tu figura femenina que es como me gusta más.-
Hay demasiadas mujeres que se hacen daño psicológico y físico por intentar seguir unas tendencias y cánones de belleza artificiales que no se ajustan a la realidad. Y yo estoy aquí para poner mi granito de arena y convenceros, señoras y señoritas, de que lo bello y lo saludable van de la mano.
Las mujeres necesitan grasa
Quizás te preguntes por qué las mujeres son más eficaces que los hombres a la hora de almacenar grasa (la fuente energética más densa). El motivo es que las mujeres han evolucionado para ser capaces de nutrir un feto y amamantar a su bebe de sus propias reservas. Mientras que un hombre normal tiene entre 10 y 15% de su peso en grasa, el porcentaje de grasa corporal adecuado en una mujer es entre 18 y 20%. Esta “grasa femenina” les ayuda a estar preparadas metabólicamente para la tarea de procrear.
Un estudio reciente publicado en Why Women Need Fat, demuestra que las mujeres con un porcentaje de grasa adecuado no sólo están más sanas sino que además crían a niños más inteligentes. Resulta que los ácidos grasos esenciales que almacenan las madres en su trasero (particularmente DHA, ácido docosahexaenoico) son claves para tener una leche materna que nutra correctamente el sistema nervioso del bebé. Como diría Shakira: hips don’t lie (las caderas no mienten)
Por cierto, la epigenética empieza a moldear nuestro cuerpo desde que estamos en el útero materno. Si una mujer embarazada se esfuerza por no ganar peso y mantener la línea (en vez de mantener “la curva”), ¿qué mensaje le está mandando al feto?: querido hijo, la comida aquí fuera es muy escasa, prepárate para almacenar todo lo que puedas cuando salgas. Este niño tendrá predisposición a la obesidad, la diabetes…etc. ¡A comer mamás!
Está claro que la grasa corporal en las mujeres, en un porcentaje adecuado, es una señal de salud. De hecho, aquéllas que tienen un porcentaje de grasa inferior al deseado suelen desarrollar problemas hormonales y hasta de fertilidad (algo frecuente entre las corredoras de maratones).
El cuerpo es muy sabio y no favorece la reproducción si el medio ambiente es peligroso (digamos, si hay excesivo estrés en tu vida) o si el metabolismo no está preparado para la ardua y difícil tarea de traer niños al mundo. Antes de correr riesgos innecesarios trayendo descendencia al mundo, el cuerpo reduce la síntesis de las hormonas sexuales y de reproducción.
¿Tienes síndrome pre-menstrual agudo? ¿Períodos irregulares? ¿Falta de libido? Quizás debas irte de vacaciones y comer de buffet todos los días. Eso sería mucho mejor para tu salud que no faltar a tus clases de Pilates o evitar la comida procesada a toda costa.
Curvas para todos los gustos
Es interesante saber que el clima y la herencia genética también pueden modificar las zonas donde las mujeres acumulan la grasa. Mientras que en los países más fríos la grasa se acumula de forma más uniforme, en zonas de más calor la grasa tiende a acumularse en las nalgas (mujeres africanas), las caderas (mediterráneas) o en la zona del ombligo (asiáticas). El motivo es tener una regulación de la temperatura más eficaz. De cualquier manera, la grasa está ahí por algo, para asegurar la continuidad de la especie en tiempos de escasez.
¿Y qué pasa con las modelos? La mayoría de las modelos son chicas muy guapas, pero su cuerpo delgado no ha sido seleccionado por ser el paradigma de la belleza femenina. La auténtica razón es que los diseñadores prefieren que la audiencia se fije en sus vestidos y diseños y no en las modelos. ¡Imagínate a Marilyn Monroe de modelo! Nadie prestaría la más mínima atención al vestido…desde luego yo no.
Dietas: el caos metabólico
Seguir una dieta, es decir, restringir calorías a propósito y encima hacer “cardio” para perder peso es inefectivo y peligroso. Sí, puede que al principio perdamos un poco de peso, pero a medio y largo plazo el cuerpo recuperará todo lo perdido y más ya que la prioridad es sobrevivir. Esto se conoce como el efecto “yo-yo.”
Cuando reduces tu ingesta diaria de calorías, la glándula tiroides manda el mensaje de ralentizar el metabolismo y reducir la temperatura corporal. Si tu temperatura disminuye, el efecto inmediato es que quemas menos calorías y cada vez te va a resultar más difícil perder peso. Es así de sencillo. El cuerpo, en su infinita sabiduría, intentará acumular más grasa en cuanto haya oportunidad por si hay otra época de “escasez.”
Nunca hagas dietas ni cuentes calorías, a menos que sea para incrementarlas. Alcanzar tu peso ideal es consecuencia de seguir una vida saludable que incluya una alimentación sana y unas costumbres equilibradas. Si quieres aumentar tu metabolismo debes comer más no menos (¡en serio!) pero sólo de alimentos reales. Debes disminuir tu estrés y moverte de forma natural (nada de sufrir en un gimnasio, eso aumenta el cortisol). En este artículo puedes encontrar más consejos para adelgazar comiendo.
Conclusión
Si eres mujer, el mensaje que quiero dejarte es que no te dejes engañar por los medios de comunicación ni por las portadas retocadas por ordenador. Lo importante es buscar la salud, no los estómagos planos. Cuando te cuidas realmente y no te preocupas por cómo te ven otros, tu peso ideal se mantiene sin esfuerzos. Las mujeres necesitan grasa en ciertas zonas del cuerpo. Es lo que la Madre Naturaleza previó y lo que rompe corazones en las calles.
Y si eres hombre, pues dile a la chica de tu vida lo guapa que está cuando come bien, no se estresa y camina con la autoestima de saber lo que es una mujer de verdad: una mujer femenina y sin complejos.
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