A esto es a lo que se le denomina como flora intestinal, la cual es como una especie de ecosistema de gran complejidad en donde viven microorganismos que contribuyen para tener un bueno estado de salud.
De manera específica, la parte interna de la boca, intestinos y estómago forman parte de la extensión externa del cuerpo, y por lo tanto están propensas a tener contacto con el entorno. Asimismo, la piel posee un área bastante extensa, y de hecho los intestinos cuando se despliegan pueden llegar a alcanzar los 400 metros cuadrados.
Cuando las personas nacen, son estériles, pero luego al solo haber transcurrido algunas horas el tracto digestivo empieza a llenarse de los microorganismos, los cuales primeramente se encuentran en su mayoría en los alimentos y deben pasar primero por la boca hasta llegar a los intestinos.
Cuando la persona cumple los dos años de edad, la flora intestinal se encuentra ya en su estado definitivo de por vida. Aunque a veces puede que ocurran algunas modificaciones, pero lo común es que éstas solo sean temporales, como por ejemplo cuando se realiza algún cambio en la alimentación o cuando se consume algún antibiótico, esas alteraciones se pueden revertir luego, de manera tal que cada persona cuenta con una flora intestinal predominante y con estabilidad.
Funciones de la flora intestinal
La labor principal de la flora bacteriana es fermentar los alimentos que no se pueden digerir, tales como la fibra vegetal; y también fermenta el moco que produce el epitelio intestinal. Inclusive, los microorganismos del tubo digestivo se encargan de producir ácidos grasos, vitamina D y vitamina K, que contribuyen a que se recupere y absorba el calcio, magnesio y hierro, además de que también pueden prevenir las invasiones de microbios patógenos que se ingieren con los alimentos. Esto significa que, las bacterias que son buenas forman parte de un elemento fundamental del sistema inmunológico.
Otra gran función de la flora intestinal es que cumple un papel muy importante para que funcione el sistema inmune, de manera específica lo que hace es de especializa el tejido linfoide que se asocia con la mucosa intestinal. Esto puede explicarse de una forma mucho más fácil, las bacterias que se encuentran en la flora intestinal están encargadas de especificarle a los linfocitos cuáles son las cepas que sirven para el organismo y cuáles no, esto es muy ventajoso ya que también es posible así que el sistema inmunológico reconocerá a los antígenos que lo invadan.
Y sus funciones van mucho más allá que todo esto, debido a que ciertos tipos de flora intestinal cuentan con enzimas que son de gran utilidad para digerir los carbohidratos, sobre todo cuando se trata de carbohidratos como es el caso del almidón, los oligosacáridos y determinados azúcares, que a pesar de todo el organismo no es capaz de absorberlos en el metabolismo.
La importancia de cuidar la flora intestinal
Considerando las funciones que cumple la flora intestinal, las cuales fueron mencionadas anteriormente, se puede decir que es esencial cuidarla para así poder contar con un buen estado de salud y que además el sistema inmune funcione correctamente, tal como es debido.
Con tan solo tener en cuenta tales funciones, es posible determinar la importancia del cuidado de la flora intestinal. Un gran ejemplo de esto es que incrementa la capacidad de resistir ante procesos infecciosos de manera tal que brinda protección ante infecciones de virus o bacterias, impidiendo así que se desarrollen bacterias que puedan ocasionar problemas en el sistema digestivo, asimismo contribuye en el proceso digestivo y facilita la absorción de los nutrientes.
Hay ciertas formas mediante las cuales es posible cuidar la flora intestinal, y la verdad es que es muy sencillo hacerlo. Entre las cosas que puedes hacer para cuidar tu flora intestinal está ingerir yogurt, prebióticos y probióticos: esto es una forma muy simple porque el yogurt está conformado por microorganismos y bacterias vivas que benefician a la flora intestinal, por lo tanto también se sugiere ingerir yogurt para el fortalecimiento del sistema inmune.
Asimismo, es crucial llevar a cabo una alimentación en donde estén presentes cantidades considerables de fibra, la cual puede encontrarse en diversos alimentos como las verduras, hortalizas, frutas, legumbres, cereales integrales y frutos secos.
La flora intestinal y la salud de los adultos mayores
Para que un adulto mayor pueda tener en buen estado a sus intestinos, es fundamental que ingieran la cantidad adecuada de alimentos. Es importante que se tome consciencia de que con el hecho de comer alimentos light o que tengan bajo valor calórico no es suficiente y tampoco tan necesario, lo primordial es tener una alimentación variada y equilibrada. Gran parte del cuerpo humano se compone de microorganismo y el estado de salud depende de estos. Por lo tanto, se debe tener una buena dieta en donde estén presentes los distintos grupos de alimentos y disminuyendo la ingesta de alimentos muy procesados y controlando las porciones de carnes y pescados.
Los adultos mayores por lo general suelen presentar alteraciones en las bacterias que se encuentran en la flora intestinal. La buena noticia es que según investigaciones que se han realizado, el grupo de microorganismo que se encuentran en el intestino se basa según la alimentación y está directamente relacionado con el síndrome de fragilidad.
Está comprobado que la manera de alimentarse puede afectar a la salud de las personas, sobre todo la de los adultos mayores, todo esto por medio de ese conjunto de microorganismos del intestino. Por ende, mientras más variedad de alimentos haya en la dieta, mayor serán la diversidad de bacterias del intestino y por lo tanto, se tendrá un mejor estado de salud.
Las bacterias se encargan de descomponer a los alimentos transformándolos en ácidos grasos para que posteriormente el colon haga uso de estos como fuente de energía para cumplir así las funciones del organismo. Mientras más bacterias se tengan, más provecho le sacarás a tu alimentación respecto a la energía.