Existen expertos que afirman que la música influye de forma significativa en nuestra mente, motivándonos y haciendo más soportable el sufrimiento. Por lo general y de forma instintiva, solemos sincronizar nuestros movimientos con el tempo de la música.
Según un estudio realizado por la universidad de Sheffield en Reino Unido, demostró que los deportistas que siguieron el ritmo de la música durante el ejercicio necesitaron un 7% menos de oxígeno.
De igual forma, el El Dr. Costas Karageorghis, experto en psicología del deporte, se ha referido a la música como “un tipo de droga legal para mejorar el rendimiento”, pues escuchar música durante el ejercicio puede mejorar el rendimiento un 15%.
Muchos de los deportistas más famosos y profesionales de las grandes ligas han desvelado en varias entrevistas que siempre utilizan la música como un elemento motivador antes de sus competencias. Por ejemplo, la estrella del fútbol Cristiano Ronaldo se declara fan de escuchar Oasis y la música electrónica del DJ y productor Paun Van Dyk, antes de sus partidos de futbol.
Por otra parte, la estrella norteamericana LeBron James ha afirmado conocer toda la música de su amigo Jay-Z, aunque también se motiva para saltar a la cancha escuchando a otros artistas como Drake, Pharrel Williams, The Black Keys, Coldplay, Robin Thicke, Eminem o Kanye West.
5 beneficios de la música en el deporte
Tanto si eres de los que realiza ejercicio en casa, cómo de los que les gusta asistir al gimnasio y hacer zumba con equipos de sonido para eventos a muy alto volumen y sacarle todo el potencial a tu cuerpo, los aportes de la música en el deporte son muy beneficiosos para nuestra vida cotidiana. Compartimos a continuación los 5 principales beneficios de la música en el deporte:
Te ayuda a mantener el ritmo
La música estimula la corteza cerebral motora, lo que se traduce en bastante activación del cuerpo. El cerebro envía señales de movernos y estar enérgicos, lo que puede sincronizarse con el ejercicio que estamos realizando. De esta manera, estaremos llenos de potencia para asumir el ejercicio que venga.
Lo mejor es buscar música cuya cadencia y ritmo estén sincronizadas con la intensidad del ejercicio. Así, la canción tendrá el beat más alto cuando estés en el punto más difícil de la rutina, y bajará cuando sea el momento de descansar y mantener el cuerpo caliente.
Todos tenemos una canción
Aunque la ciencia no tiene una explicación certera al respecto, para todos existe una canción que es la adecuada. La misma nos traslada a un mejor lugar y nos hace sentir llenos de energía y vitalidad. Inevitablemente nos invita a levantarnos de la silla y movernos.
La mayoría de las veces, el impacto de esa canción tiene que ver con el momento y lo que estabas haciendo la primera vez que la escuchaste. Por lo tanto, vincular una canción que nos llena de vitalidad con el ejercicio es sencillo. Lograrás tu rutina sin mucha dificultad.
La música distrae
Como habíamos comentado, la música tiene potencial para distraernos y permitirnos aguantar mucho más el ejercicio. En efecto, hace que el cerebro destine gran cantidad de su energía y concentración al ritmo y, en muchos casos, a la letra, obligándonos a seguirla.
Cuando el cerebro esta inmiscuido en este proceso, se le hace sencillo ignorar el impacto físico que está teniendo la rutina. Puede pasar desapercibido el dolor, malestar o cansancio.
La música mejora el estado de animo
La combinación de música y ejercicio es una gran aliada del estado de humor. Ambas son capaces de inundar nuestro cerebro de serotonina, la hormona de la felicidad y el bienestar, por lo que dan resultados excelentes.
Una canción bastante animada y una buena rutina de ejercicio destacan entre las recomendaciones para combatir el estrés, la depresión, ansiedad u otros cuadros. Además, son amigas de tus relaciones interpersonales. En efecto, al estar de mejor humor, puedes lidiar mejor con el entorno y los retos que se presenten.
La música te hace moverte
El cerebro encuentra en la música un estímulo imposible de ignorar. Escucharla incita inmediatamente a querer movernos, puesto que activa receptores específicos. Normalmente, el movimiento desencadena en baile, que es una de las formas más divertidas de ejercicio.
Sin embargo, con un poco de determinación, la necesidad de movernos puede desembocar en la consecución de ejercicios. Como te habíamos comentado, es recomendable que los sincronices con la música.
Incluso la música puede ayudarte a llevar mejor tu rutina de caminata o trote, porque te ayuda a estar estimulado.
Ahora ya conoces los beneficios de escuchar música mientras haces ejercicio. ¡Ponlo en práctica!