Lo confieso: no siempre compro carne de animalitos criados en libertad como bien se recomienda cuando comienzas a seguir la dieta paleo.
Sobre todo es una cuestión de logística. Cada vez que intento hacer un pedido a una granja que suministre deliciosa carne de ternera/cerdo/potro feliz no consigo cuadrar horarios y no me aseguran poder entregarlo el día y la hora en la que hay alguien en casa, con lo cual nadie me asegura que no se rompa la cadena de frío.
Y sinceramente, la carne ecológica no es un producto barato como para recibirlo en mal estado.
Los motivos para comer animales críados en libertad en el campo son muchos. Como explica Marks Sisson en su web, la carne de los animales criados en libertad :
Es más rica en Omega 3.
Es rica en vitaminas B, beta-caroteno, vitamina E, vitamina K
Contiene trazas de minerales minerales como magnesio, calcio y selenio.
Mientras que en los animales de cría masiva el contenido en Omega 3 es prácticamente inexistente, y en general, es más pobre en nutrientes.
Aún así, si tienes problemas para conseguir carne ecológica, asegúrate de comprar cortes limpios sin grasa, como se recomienda en el whole30.
¿Cómo? ¿Alguien que sigue la dieta paleo me recomienda no comer grasa?
El motivo es que en los animales que se crían apiñados de forma masiva, y que no han pisado un prado en su vida, los antibióticos, esteroides y demás medicamentos que les inyectan quedan como residuo en la grasa del animal. Por lo que si dudas de la procedencia del animal, la grasa mejor del aguacate.
Pero sobre todo, no te obsesiones: haz lo mejor que puedas, con los recursos que tienes a tu alcance.
Aunque, los huevos siempre ecológicos, ni te lo pienses, porque las gallinas encerradas en jaulas (huevos con código 3), están en malísimas condiciones y la calidad nutricional del huevo es bastante lamentable.
Y tras los huevos: el pollo campero. Comprarlo entero y asarlo es la mejor manera de ahorrar, porque sale más barato y se aprovecha todo, incluso los huesitos para hacer caldo después.
Ingredientes
Un pollo campero entero, de unos 4 kilos
2 dientes de ajo
1 limón
2 cucharadas de comino molido
2-3 cucharadas soperas de tomillo
1 cucharada soperas de sal
2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
1/2 cucharada de sopera de Pimienta
Preparación
Comprueba el pollo, que no queden plumas.
Corta los dientes de ajo y frota la piel del pollo entero con ellos.
Mezcla la sal, la pimienta, el comino y el tomillo y frota toda la superficie del pollo con ellas.
Puedes añadir algunas especias más al gusto, o más cantidades sin miedo, porque se cocina durante 4-8 horas y si se añaden pocas es posible que no notes en el plato.
Corta el limón en cuartos.
En la olla lenta, las frutas tienen tendencia a quemarse por el elevado tiempo de cocción, por lo que en lugar de poner el limón en la superficie del pollo para que vaya escurriendo, pon un par de cuartos en el interior del pollo
y átale las patitas.
Conforme se haga el pollo, el jugo de limón se mezclará con el que va sudando el pollo dando una salsa riquísima.
Enciende la olla lenta a fuego lento y coloca el pollo en el interior de la olla de cerámica.
Ya puedes irte a entrenar,
comer algo,
echarte una siesta,
quedar con algún amigo para tomarte un café o un agua con gas
y 6 horas después (para un pollo de 4-5 kg), cuando compruebes que la superficie del pollo está doradita, puedes retirarlo de la crockpot.
La crockpot prácticamente funciona como un horno 60-70ºC. Y esta receta se podría hacer hacer al horno como toda la vida, y está muy rico, pero cuando se cocina en la olla lenta, el pollo mezclado con las especias tiene un sabor expectacular, además queda jugosísísimo y está tan tiernecito que se derrite.
Por si no lo habías notado, soy una fan enfervorecida de las crockpot y espero que te guste mucho la receta
Más recetas para cocinar sin prisa aquí.
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