Si la celiaquía ha cambiado tu forma de comer, seguro que te has encontrado con el siguiente problema: la pasta sin gluten es uno de los platos más complicados de preparar. Te daremos una serie de consejos prácticos para evitar este problema con facilidad.
Cómo cocinar pasta sin gluten
Dos son los problemas a la hora de cocer la pasta: se pega y cuando se enfría, se queda como una piedra. Para evitarlo no dudes en:
Usa una olla alta y añade una gran cantidad de agua. Por encima de la pasta debe haber un mínimo de cuatro dedos del líquido elemento para evitar que se pegue.
No uses jamás de los jamases aceite. Uno de los fallos más típicos y menos lógicos. El aceite no emulsiona con el agua, por lo que el resultado es el mismo que si no lo pusieras. Usa solo agua y añade la pasta cuando esté hirviendo y tras haber añadido un generoso puñado de sal.
Remueve con una cuchara o espátula de madera. Lo dicen los italianos y tienen razón, el hierro no flota. Además, usar la clásica espumadera libera una serie de sustancias que alteran el resultado final. Mueve de forma suave de vez en cuando y respeta los tiempos de cocción que vienen descritos en el paquete. Recuerda que esta pasta tarda entre 8 y 11 minutos de media en cocerse. Si la has hecho tú mismo/a, en cinco minutos estará lista.
Tira un poco de pasta al azulejo de tu cocina. Si no se pega, está hecha.
No vuelques la pasta sin gluten en el escurridor directamente. Al haber parado la cocción, sí podrás usar elementos metálicos para sacarla con mucho cuidado del agua. Es entonces cuando puedes escurrirla. Ni se te ocurra echarle agua fría porque entonces habrás hecho un pan como unas tortas.
Las salsas también influyen. Tras escurrir el alimento, llega el momento de echarlo en una sartén al fuego en el que ya esté la salsa correspondiente. Es la mejor manera de lograr que se fundan todos los sabores con naturalidad. Deja a un lado las salsas con demasiados elementos sólidos, vulgo tropezones, si vas a preparar espaguetis o tallarines. Úsalas mejor con macarrones o pastas algo más potentes. Si tu elección lleva relleno, usa la clásica opción de la salsa de tomate casera.
Atención al queso rallado. En demasiadas ocasiones se añade ya en la mesa y en cantidades industriales. Recuerda que la pasta ha de estar muy caliente para que el queso se derrita. De lo contrario, lograrás crear una bola incomible y muy complicada de digerir.
Ante la celiaquía, imaginación
Esperamos haberte ayudado a descubrir que la pasta sin gluten puede cocerse sin dificultad. Solo necesitarás algo más de mimo, de control de los tiempos y de los ingredientes con los que la vayas a acompañar. El resto depende de tus innegables dotes para cocinar sin gluten, de tu imaginación y de las ganas que tengas de probar nuevas recetas. Ánimo y a disfrutar.
Si necesitas más información sobre qué es la celiaquía, cómo se diagnostica y mucho más, no dudes en ir a mi súper GUIA SIN GLUTEN ¡Espero que te guste!
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