Ser mayor no implica automáticamente ser sordo, o no enterarse de lo que se le dice. A lo mejor somos nosotros los que no nos explicamos bien.
Después de un parón de escribir (necesitaba una pausa para otras tareas personales y profesionales) vuelvo a la carga este 2015 en tufisio.net. En este caso, para continuar sobre la serie de entradas acerca de mitos sobre personas mayores, tratando de desmentir algunas creencias populares que no son más que prejuicios sobre las personas mayores.
En este caso, sobre que los ancianos”no se enteran de nada” simplemente por ser mayoreso bien por padecer algún tipo de enfermedad, ya sea física o de tipo mental. Del mismo modo que la edad no tiene por qué ir unida a sufrir limitaciones, ser anciano tampoco implica ser sordo, no comprender lo que se le dice, o no ser capaz de enterarse de aquello que queremos transmitirles.
Cumplir años no es una enfermedad, pero es innegable que hacerse mayor años da lugar a tener más oportunidades de sufrir enfermedades, lesiones o accidentes, simplemente porque más años de vida dan cabida a más experiencias, tanto positivas como negativas.
En el caso de la comunicación con personas mayores, ya hablamos de que no es adecuado tratarlos como niños, ni en cuanto a las órdenes que les damos, ni en cuanto a la forma en que les hablamos; ni es correcto asumir que una persona por ser mayor y tener limitaciones de tipo físico (dificultad para ver u o ir, desplazarse…) o mental (desde olvidos y problemas pequeños de memoria y comprensión hasta enfermedades como el Alzheimer) ya no es capaz de comprender nuestras explicaciones.
Cuando tratamos con personas mayores con alguna enfermedad, hay que desterrar comportamientos como hablar como si no estuvieran allí o como si no fueran capaces de enterarse de nada, simplemente por tener alguna alteración a nivel físico o mental.
Sentarnos a explicar con calma, poner ejemplos y asegurarnos de que nuestras explicaciones se entienden bien.
Cada persona necesita que nos adaptemos a sus capacidades. No es lo mismo dar una explicación sobre un tema filosófico a un niño pequeño que a un joven universitario. Tampoco es lo mismo hablar de viajes con una persona que ha recorrido medio mundo que con otra que no ha salido de su pequeña aldea. Hay que adaptar la forma en que nos expresamos para que nuestro interlocutor nos pueda comprender.
En el caso de los ancianos, ocurre igual. Si una persona tiene una limitación visual, auditiva o dificultad para comprender explicaciones complejas, debemos adaptar nuestra forma de comunicarnos para facilitarle que nos comprenda. Hablar alto y claro, pedirle que repita las indicaciones o ejercicios que le hemos enseñado para ver si los ha comprendido correctamente, animar a que pregunte si no comprende algo, hablar en un lugar calmado, sin ruido de fondo, y sin prisas ni distracciones…
Las personas mayores pueden tener limitaciones debido no a ser mayores, sino a padecer enfermedades o problemas, pero no por ello deben ser una barrera en nuestra comunicación con ellos. Las barreras están para superarlas ¿no creéis?
En el blog | El “qué dirán” y las residencias de mayores
Imágenes por Glenda y Miriam Doerr en Shutterstock
La entrada Mitos sobre las personas mayores (V): Los mayores no se enteran de nada ha sido publicada originalmente en Tufisio.net Blog de Fisioterapia.