Que levante la mano el que no haya caído nunca en la tentación de contar algún cotilleo. Que levante la mano quien nunca ni siquiera haya puesto la oreja para prestar atención a lo que otros cuentan?
Son irresistibles. Son...
LOS COTILLEOS
Pero... ¿por qué nos gustan tanto?
Los expertos dicen que los cotilleos son un desahogo para nuestras tensiones, que inconscientemente los utilizamos para compensarnos por nuestros propios fracasos, nuestras frustraciones (de ahí el éxito de los programas del corazón?)
A otros les sirven para crear expectación y ganar espectadores, es decir, son la base de su estilo, de su forma de comunicarse con los demás.
Sin embargo es muy importante distinguir entre cotilleos inofensivos y cotilleos malintencionados.
Porque sí, algunos cotilleos pueden incluso alegrarnos la vida, claro está si nos limitamos a contar pequeñas cosas sobre nuestros conocidos con pequeños toques de humor. Pero algo muy distinto es desvelar secretos, ser indiscreto, criticar a las espaldas, hacer comentarios cargados de envidia o de hipocresía, intrigar y conspirar para indisponer a unos contra otros?
¿Cómo actuar cuando tú eres "el blanco" de los cotilleos?
Primero, busca el origen del rumor y asegúrate de quién lo ha puesto en circulación. Afronta la situación con naturalidad, preguntando directamente. Por ejemplo así:
"He escuchado decir esto sobre mí y no es cierto ¿sabéis de dónde ha podido salir el rumor?"
Segundo, una vez encuentres al cotilla, habla con él cara a cara pero sin enfadarte.
Hazle ver que o bien está equivocado o bien ha mentido, y que no te agrada lo ocurrido. Un buen recurso es preguntarle: "¿cómo se sentirías tú siendo el objeto de ese rumor?" porque a menudo la gente no es consciente del daño que hace porque les falta empatía, no saben ponerse en la piel de los otros.
Tercero, no tomes represalies contra él, ni le devuelvas el golpe pagándole con la misma moneda, pregonando también tú chismes sobre él. No te pongas a su nivel ni siquiera cuando él persista en su actitud: la verdad siempre acaba saliendo a la luz, y el tiempo pone a todo el mundo en su sitio, créeme.
Cuarto, no dejes que las habladurías te afecten. Confía en ti mismo y piensa que es imposible caer bien a todo el mundo y que, especialmente cuando a uno le van bien las cosas, es fácil despertar envidias.
Es más, si lo prefieres haz tuya esta frase del genial Salvador Dalí:
"Lo importante es que hablen de ti, aunque sea bien"
póster creado por Adarve Photocollage, retoque fotográfico
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