Hay una ley mental que es enunciada así: lo semejante atrae lo semejante, o, en otras palabras, lo igual
atrae lo igual.
Esto quiere decir que el pensamiento atrae la realidad de su contenido.
A partir de esta verdad, usted se estará dando cuenta de que los pensamientos de fracaso atraen el fracaso, pensamientos de éxito atraen el éxito, pensamientos de amor atraen el amor, pensamientos de celos atraen el contenido del celo, pensamientos de alegría atraen la alegría, pensamientos de tristeza atraen la tristeza, y así
sucesivamente.
El pensamiento es una realidad mental que atrae a la realidad física.
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