Si aprendiéramos a deshacernos de los pensamientos inservibles, nuestra existencia sería mucho más sencilla, y además podríamos enfocarnos más fácilmente en todo lo que hacemos, ¿no crees?.
Para alcanzar nuestras metas, es imprescindible poner el foco y la energía en lo que es verdaderamente importante. Pero entre tanta basurilla mental resulta muy complicado conseguirlo.
Nuestra mente es como nuestra casa, – bueno, más importante todavía, porque de ésta última no podemos salir-. Cuando acumulamos objetos que no nos hacen falta, se nos hace muy complicado encontrar lo que verdaderamente necesitamos. Además, invertimos mucho más tiempo en mantener el orden.
Para evitar el caos mental, a mi me resulta muy práctico aplicar la filosofía minimalista. Hace apenas 6 meses que la descubrí y he podido experimentar los primeros cambios.
Cuando nuestra vida está estructurada exteriormente, también lo está en nuestro interior, y lo mismo ocurre a la inversa. Mantener este orden es mucho más sencillo si nos quedamos sólo como lo imprescindible.
¿Por qué es tan importante ordenar nuestro pensamiento?
Tu pensamiento crea tu realidad. Según sean los pensamientos que generas, éstos te llevarán a unas acciones, y estas acciones a unos resultados. Por eso, el resultado que obtengas, estará directamente vinculado a tu pensamiento. Del enfoque que des a tus pensamientos, dependerán las decisiones que tomes.
Organizar nuestros pensamientos es un proceso largo y complicado, y requiere de perseverancia y paciencia. Tu mente, no está acostumbrada a que la entrenes.
El objetivo de aplicar el minimalismo mental a tu vida, es que identifiques los pensamientos que de verdad te son de utilidad, para poner orden y foco en tu vida.
De esta manera, te será más fácil asumir los retos que se te presenten, y tomar, en consecuencia, las decisiones correctas.
Cuida tus pensamientos, ellos se convierten en palabras. Cuida tus palabras, ellas se convierten en acciones. Cuida tus acciones, ellas se convierten en hábitos. Cuida tus hábitos, ellos se convierten en carácter. Cuida tu carácter, él se convierte en tu destino. Lao Tzu
¿Cómo ordenar nuestro mundo mental?
Observa
Todo empieza por observar. Toma conciencia de lo que hace tu mente contigo. Empieza a ser tú quien la dirige, en lugar de que sea al revés. Los pensamientos son una energía muy poderosa, decide dónde quieres que vayan. Agarra fuerte las riendas de tu vida.
Filtra tus pensamientos
No se trata de eliminar todos los pensamientos de golpe. De hecho, cuanto más pienses en no pensar, más lo atraerás.
En realidad, simplificándolo mucho, sería algo así como poner a un portero a la entrada de tu mente. Puede que, en ocasiones, se cuele algún pensamiento indeseado, pero esto ocurrirá con menor frecuencia si hay alguien vigilando. Cuando tu portero mental lo detecte, no dejará que se éste se expanda.
No podemos deshacernos de los pensamientos negativos, pero necesitamos empezar a meter en nuestra cabeza pensamientos positivos y constructivos.
Enfócate
Este paso es una consecuencia directa de los dos anteriores. Una vez te has detenido a observar y filtrar tus pensamientos, habrás podido detectar cuáles te aportan energía y cuáles te la restas.
Con estos datos, puedes conocer mejor el comportamiento de tu mente y extraer de ella los pensamientos que te cargan las pilas.
Se trata de que pongas tu atención, en esos pensamientos importantes en tu vida. Puede que tengas muchos temas que te gustaría abordar, pero como sucede siempre, es mejor empezar por lo importante. Focalizando, evitamos perder el tiempo.
Vive el momento presente
Por último, para fomentar tu concentración, puedes empezar a practicar la atención plena en tu día a día. Así, no solo experimentarás sensaciones que nunca antes habías percibido, sino que, además, evitarás que tu mente se llene de pensamientos inútiles.
Si estás desayunando, disfruta de lo que estás saboreando. Puede que te espera una jornada dura de trabajo, pero no desayunes pensando ya en ella. No vayas más rápido con tus pensamientos, de lo que ya va la propia la vida. Disfruta el momento presente, es lo único que tienes.
Para terminar, quisiera decirte que no es una práctica que se consiga de la noche a la mañana. Por eso, ten paciencia y cuídate mucho a ti misma. Habrá días, en los que estés más enfocada, con más energía positiva, y otros en los que llevar estos conceptos a la práctica se te hará muy complicado.
No te juzgues. Date tiempo. Háblate como le hablarías a tu mejor amiga o a tu hija pequeña, si la tienes.
Te envío un abrazo muy fuerte,
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