Realiza esta lección para liberar la tensión en la espalda y facilitar la flexión hacia adelante.
De pie, con los pies una distancia cómoda, las manos a los lados y la mirada en el horizonte. Asegúrate que las rodillas no están bloqueadas, mantén los músculos detrás de ellas suaves y flexibles.
1. Inclínate hacia adelante de la siguiente manera. Exhalando, permite que tu barbilla caiga suavemente hacia tu pecho, que tus hombros se redondeen y tus brazos cuelguen pasivamente hacia el suelo. No fuerces y quieras ir más lejos, cuando tu cuerpo se detenga, quédate allí y observa hasta dónde llegaste, luego inhala mientras poco a poco regresas a estar de pie en vertical.
2. Mantén los pies donde están y gira tu cuerpo un poco hacia la derecha por lo que estarás orientado sobre el pie derecho.
3. En esta posición, inclínate hacia adelante de la misma manera que hiciste antes y recuerda exhalar mientras lo haces. La barbilla cae suavemente hacia el pecho, los hombros se redondean y la gravedad lleva hacia el suelo los brazos que cuelgan relajadamente. Observa que en esta posición el rango de movimiento es más pequeño que cuando lo hiciste mirando al frente. Repite este movimiento varias veces.
4. Descansa un momento antes de continuar.
5. Gira a la izquierda e inclínate hacia adelante otra vez. No olvides ir hacia abajo exhalando y dejando caer la barbilla hacia tu pecho, redondeando los hombros y dejando que los brazos cuelguen pasivamente. Inhala mientras vuelves hacia arriba. Repite el movimiento varias veces.
6. Haz una pausa antes de continuar.
7. Ahora, mirando hacia el frente, inclínate hacia adelante otra vez y nota la diferencia desde la primera vez que hiciste el movimiento. ¿Cómo ha cambiado el rango y la calidad del movimiento?
Disfruta de esta nueva sensación. Puedes hacer esta breve, sencilla y eficaz secuencia de movimientos a lo largo del día y cada vez que sientas alguna molestia, quieras movilizar, liberar y relajar la espalda.
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♥ Recuerda leer, las pautas a seguir, antes de empezar cualquier lección.
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