Existe una práctica budista maravillosa que nos permite rebajar el orgullo y cultivar la humildad, madre de infinidad de virtudes, como la paciencia y la serenidad, el contento y la tolerancia. Además de purificar nuestra mente, purifica nuestro cuerpo, liberando de tensiones y bloqueos, haciéndolo más flexible y fortaleciéndolo. Como dijo el maestro de chikung, el maestro Ton, "es un excelente chikung para el cuerpo y para la mente". Esta práctica, además, es excelente para deshacer conflictos y enfrentamientos, para darle energía telepática a nuestros deseos y pensamientos. Es una excelente práctica para deshacer obstáculos, ya sean internos o externos y conseguir así la realización de aquello que necesitamos. No obstante, la finalidad real y auténtica de las postraciones es el desarrollo de la humildad, la purificación del velo o emoción obstaculizadora de la arrogancia y del orgullo, lo cual nos ayudará también a purificar y atenuar el velo de la ira y a serenar nuestros impulsos sensuales.
Las postraciones son un excelente chikung para el cuerpo y para la mente, una forma de meditar con el cuerpo movimiento, con la palabra el movimiento, recitando un mantra y con una visualización mental.
Es una meditación que utiliza los tres vehículos de expresión o manifestación del ser humano, "El cuerpo, la palabra y la mente".
Cuando la acción, el pensamiento y la palabra confluyen en una misma dirección, el cuerpo la mente se unen, la energía del cuerpo y de la mente se unen, el individuo se vuelve integro, la energía de la mente y del cuerpo se concentran y es posible proyectar la energía del pensamiento tanto hacia fuera, o hacia nuestro corazón, o cualquier parte de nuestro cuerpo, al igual que lo hacemos cuando manejamos la energía del Chi.
Gracias a la práctica asidua del chikung y de las postraciones, una persona puede atenuar y pacificar su propia ira, así como la ira de sus enemigos. Puede apaciguar los elementos, una tormenta, un vendaval, e incluso puede cesar una guerra. Gracias a estas prácticas pacificadoras cualquier persona puede salir airoso de situaciones conflictivas de difícil resolución, pues con ella se manejan las energías internas de la ira y el orgullo y se canaliza la energías sexuales, aumentando la vitalidad y el vigor, la fortaleza, con todo lo cual se curan estados de decaimiento y desánimo debido a nuestra falta de energía, qué, a menudo, es consecuencia de nuestras explosiones constantes de ira, orgullo y deseo. El chikung y las postraciones nos ayudan a regular nuestras energías internas, a purificarlas, canalizarlas, a deshacer bloqueos y tensiones físicas y emocionales. Nos ayudan a limpiar y fortalecer los conductos por donde circula la energía sexual, los esfínteres y los nadis, corrigiendo problemas de impotencia y eyaculación precoz, dándole a la mente mucha energía y estabilidad, deshaciendo estados de pereza, ofuscación e idiotez
La práctica de las postraciones y el chikung de la energía son prácticas muy poderosas que pueden permitirnos logros materiales y espirituales de manera asombrosa.
La práctica de Chikung y de las postraciones son prácticas preparatorias, preliminares a cualquier otra práctica que deseemos emprender las cuáles necesitan que la mente y el cuerpo estén libre de tensiones para poder realizarlas adecuadamente y obtener resultados, que no podrían obtenerse sin la mente está bloqueada con estas energías poderosas del orgullo de la ira. Nos estamos refiriendo a la meditación. Para meditar, tenemos primero que aprender a pacificarnos.
La práctica de las postraciones nos ayudan a deshacer el odio, el resentimiento, la aversión, al rechazo, el temor, las fobias, las obsesiones, las fantasías, el enfado... y por tanto, nos ayudan a purificar y deshacer problemas mentales y emocionales derivados de estas emociones, como es la inseguridad, la incertidumbre, la frustración, el desánimo, la depresión, el pesimismo, la negatividad de la mente. Nos ayuda a desarrollar estados mentales y emocionales más positivos, como la fe, la tranquilidad, la esperanza, el altruismo, la alegría, la sencillez, la inocencia...
La práctica de las postraciones debe hacerse visualizando un árbol en cuyas ramas se encuentran los Budas y las divinidades superiores o maestros. Visualizamos también a nuestro lado derecho a nuestro padre y al lado izquierdo a nuestra madre y delante, las personas con las que tenemos algún conflicto emocional, mental o de la índole que sea. Detrás visualizamos a nuestros amigos y familiares. Visualizamos también a los animales, especialmente aquellos a los que tenemos miedo, visualizamos a todo lo seres y con esta visualización hacemos las postraciones ante el árbol de refugio, imaginando o pensando que todos los seres se postran al mismo tiempo que nosotros.
Para hacer más fácil la práctica de la visualización podemos buscar un dibujo o pintura que represente este árbol o sino, ponemos una estatua o una imagen de un buda y nos postramos en su dirección, pero intentando imaginar que todos los seres anteriormente dichos, nuestros padres, enemigos delante, amigos detrás, se postran al unísono, con nosotros, ante ese Buda, ante esa imagen o estatua, puesto delante y alto en nuestro altar.
No debemos postrarnos sin hacer esta visualización ni tampoco debemos postrarnos ante la imagen mental de ninguna persona sino ante un Buda o ante el árbol de refugio, ante seres realizados.
Además de esto, debe de recitarse un mantra o plegaria de refugio y hacer el esfuerzo de centrar nuestra atención en la visualización y en la recitación de la plegaria mientras hacemos las postraciones. Esto es muy importante, pues, aparte de constituir un soporte de meditación o concentración, que evita la distracción de la mente, evita además, que la práctica sea hecha por nuestro ego más preocupado tal vez, por conseguir influenciar sobre alguien o modificar alguna situación no deseada, o conseguir la realización de algún deseo.
Ya hemos dicho que la mayoría de nuestros obstáculos y sufrimientos se deben al karma creado por nuestras emociones y pensamientos del orgullo y de la ira, así como por la ignorancia y que de lo que se trata, es, de apaciguar y purificar éstos velos o emociones que son la causa real de nuestros problemas. No se trata de que las cosas externas cambien por la fuerza sin querer que esas emociones de nuestro interior sean modificadas.
Si el ego del orgullo, la arrogancia y de la ira están presentes a la hora de hacer nuestras prácticas y no centramos nuestra atención en un soporte noble o una idea altruista, no conseguiremos realmente nada, al contrario, complicaremos nuestra situación y atraeremos la realización de deseos mundanos que, probablemente nos originarán aún más sufrimiento.
Recuerdo, cuando empecé a hacer esta práctica, que pasaba por una época de trauma emocional debido a mi reciente separación de mi ex esposa. Sufría lo que unos llaman trauma de dependencia física y emocional hacia una persona. En el budismo a éstos se les llama apego, deseo apego, se sufre por el despego de algo que nos proporcionaba mucho bienestar, placer, felicidad física emocional y mental.
Mi sufrimiento era intenso y deseaba con toda mi fuerza mental y emocional así como físicamente encontrar a otra mujer. Este fue, al principio la motivación que me llevó a hacer la práctica de las postraciones y cuando las hacía, no las hacía bien por este motivo, no visualizada al árbol de refugio y a los seres postrándose conmigo al unísono; visualizaba a una mujer para atraerla mentalmente, una mujer que por aquel entonces frecuentaba el templo y que había llamado mi atención. Curiosamente, esta mujer también estaba separada, tenía un hijo y buscaba un compañero. Mi deseo era tan fuerte que cuando me postraba no era capaz de visualizar nada ni de concentrarme en otra cosa que no fuera su imagen. Pues bien, era cuestión de estar durante 10 minutos haciendo postraciones para que mi pensamiento tomara fuerza y dirección, y así, al cabo de un rato, sonaba el teléfono móvil de aquella muchacha y esto no sucedió una vez solamente, sino tres o cuatro veces, cuando hacía las postraciones. A fuerza de insistir en hacer correctamente la práctica, la obsesión de la mente por el deseo apego que originaba mi sufrimiento empezó a desaparecer y aquello ya no volvió a suceder.
Empecé a comprender que tenía una fuerte dependencia por causa del deseo apego y tenía que superar esto.
Empecé a comprender también, que las causas de mis malas experiencias y de todos mis problemas durante toda mi vida estaban dentro de mí, en mi exceso de arrogancia, en la ira, en mi deseo y en mi ignorancia.
Aprendí también a no sentirme culpable, a tratarme a mí mismo con más paciencia y serenidad, sin juzgarme a mí mismo y esa misma actitud empecé a tenerla hacia los demás. Sin darme cuenta, en mi estaban naciendo algo que en el budismo llamamos amor y compasión "Bodichita" y gracias a esa energía que fluye hacia el corazón, empecé a ver a las mujeres con menos deseo de posesión, no originaban tanta ansia, tanta inquietud y tanto sufrimiento al verme sólo.
Gracias a esta práctica puede superar mi fuerte dependencia hacia las mujeres y evitar frecuentar lugares nada deseables para estar con ellas.
Al día de hoy sigo realizando esta práctica fundamental para purificar mis emociones de odio, ira, miedo, temor, aversión rechazo, deseo codicioso, vanidad, orgullo, enfados... pero ahora ya no me postro para pedir cosas materiales, ni desear nada mundano; me postró con el afán de favorecer a alguien que lo necesite, o para una causa justa, noble o altruista.
¡Espero, algún día, no pensar ni un solo momento en mi mismo y que mi mente entre en un estado meditativo o contemplativo constantes, manteniendo un estado de amor y de compasión hacia todo aquello que sufre!.
Con esta práctica y la meditación de Tchenreszig, junto a la práctica de la pacificación de la mente o "Shiné", puede cualquier persona, sea cual sea su estado, con esfuerzo en la práctica, sacar su mente de cualquier estado aflictivo y purificar además, gran parte de su Karma.
Nota:
Todas las personas que estéis interesadas en recibir las intrucciones para hacer esta práctica en presencia de un Lama, que nos dará "la iniciación de Refugio", podéis enviar un mensaje,mostrando vuestro interés. En el asunto ponéis "Retiro de postraciones". Si sóis un grupo considerable de personas, podemos organizar una visita al templo Budista de Panillo, en la provincia de Huesca, o bien, organizar una visita de un Lama, en Galicia.
Contacto: elreikisana@gmail.com
Podéis leer más acerca de las postraciones en este enlace: Las postraciones y prácticas preiliminares