Dentro de la herencia que recibimos, tenemos un sinfín de información de la que no somos conscientes y que afecta directa e indirectamente a las relaciones sentimentales y/o familiares. Casi sin darnos cuenta repetimos patrones de elección de pareja, formas de relacionarnos con ellos, la comunicación...
O cuando estamos inmersos en la relación de pareja, nos comportamos como nuestro padre, nuestra madre o como algún otro familiar y esto entorpece la relación que estamos teniendo. Muchas veces intentamos que el otro cambie, que se acomode a cómo queremos que sea o se comporte de una manera determinada. Y si no pasa, empiezan las discusiones, las dudas... Todo se vuelve gris y complicado.
Esto nos pasa porque muchas veces nos encontramos entre dos aguas: el amor de pareja y la lealtad a nuestro clan familiar. La educación recibida nos indica que todo tiene que seguir una lógica y que debe de encajar en nuestra familiar. Claro, este mensaje también le tiene la otra parte. Así que nos encontramos con dos personas intentando mantener una relación familiar y queriendo que todo encaje con la información que recibimos del clan. A nadie le gusta tener la sensación de que estamos fuera de nuestro clan.
Las personas debemos de aprender a identificar qué información nos ha legado la familia y analizarla para poder descartar todo aquello que en nuestra vida no nos sea válido. Esto no significa que nos vayan apartar y expulsarnos del clan, esto es imposible, sino que debemos desterrar creencias limitantes que entorpecen con la relación de pareja y con la vida en general.
Ejemplos de creencias limitantes que entorpecen con la relación de pareja
Te pongo un ejemplo. En muchas familias existe la siguiente creencia que se transmite de generación en generación: “búscate uno como tu padre, que sea igual que él”. Esta información se queda grabada en el inconsciente y condiciona a la persona que la tiene a la hora crear una relación de pareja.
Si resulta que se enamora de alguien que no tiene las mismas cualidades que su padre, empiezan los problemas. Hasta puntos muchas veces donde se rompen relaciones maravillosas porque no coincide con esa programación que esa persona trae en el inconsciente. Puesto que esperan que los comportamientos y/o actitudes de la otra persona sean como fueron las de su progenitor, si su pareja no tiene esas características la relación puede resentirse. Primero intentan cambiar al otro, que se acomode a como ellos creen que deben de ser. Si la otra persona no lo hace, empiezan las discusiones, los problemas... así hasta llegar a tener una relación mala o a romperse.
Este tipo de pensamientos y/o creencias están soterrados en la profundidad de la mente inconsciente. Se trata de sacarla a la luz y después desmontarla. La gran mayoría de las veces no sabemos qué está pasando. Solo vemos los problemas, el dolor, la infelicidad...
Cada cual debemos elegir el camino que queramos para disfrutar el amor de pareja. Somos seres individuales que aman, sienten y viven las relaciones en la libertad. Y para ello, hay que abandonar el esquema anterior.
Si en tu relación de pareja crees que existe la posibilidad de que esto ocurre, o puede que surjan otro tipo de circunstancias que te hagan dudar y no sepas qué pasa, os invitamos a ir en busca de la información anclada y escondida del inconsciente.
Ruth Fernández