Cuando hablamos del sistema nervioso nos estamos refiriendo a un sistema complejo y sofisticado del cuerpo. Tiene el objetivo de regular y de coordinar las actividades y las funciones del cuerpo. El sistema nervioso, junto con el sistema endocrino, es el rector y el coordinador de todas las actividades conscientes e inconscientes del organismo.
Nuestro cuerpo puede captar información tanto del medio exterior como del interior del cuerpo. La información que se recauda es procesada por nuestro sistema nervioso y se emplea para la realización de las órdenes que generan su funcionamiento.
Funciones del sistema nervioso
En términos generales podemos decir que el sistema nervioso cumple tres funciones básicas: sensoriales, integradoras y motoras.
La función sensorial es la de percibir los cambios o estímulos externos e internos con los órganos receptores o receptores. Los cambios tienen influencia en los factores físicos como la presión, la luz y la concentración de las sustancias químicas disueltas.
La función integradora se encarga de analizar la información sensorial y se encarga de tomar las decisiones adecuadas. Se activa o se cambia por la información que se encuentra almacenada y se recupera de la memoria.
Y, por último, la función motora genera las respuestas de los músculos y de las glándulas. El sistema nervioso puede estimular los músculos y las glándulas para que actúen o inhibirlos.
Organización del sistema nervioso
El sistema nervioso está formado por dos divisiones principales. El sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico.
El sistema nervioso central se encuentra formado por el encéfalo y la médula espinal. Se encarga de recibir la información y la médula espinal. Se encarga de recibir la información y la procesa para poder controlar las funciones corporales.
El sistema nervioso periférico se encuentra integrado por el conjunto de nervios que sale del encéfalo y de la médula. Como si fueran cables los nervios se encargan de controlar el sistema nervioso central con el resto de los órganos del cuerpo.
La función es poder trasmitir la información al sistema nervioso central y conducir las órdenes a los órganos que tienen que ejecutarlas.
El sistema nervioso central se encuentra formado por el encéfalo y la médula espinal, además se encuentra protegido por una serie de membranas denominadas meninges y el líquido cefalorraquídeo.
El encéfalo es una masa nerviosa que muchos la denominan el centro de control del cuerpo. En su interior hay más de 100 mil neuronas que se organizan y examinan la información entrante y guían al cuerpo en sus acciones. Su trabajo demanda mucha energía, por esa razón emplea una quinta parte de todo el oxígeno que inspiramos.
Las estructuras óseas como la columna vertebral y el cráneo se ocupan de proteger la médula espinal y el encéfalo de lesiones. En encéfalo está formado por tres partes: cerebro, cerebelo, tallo cerebrales o tronco encefálico. El cerebro es la principal estructura del encéfalo tanto por su tamaño como por la complejidad de las funciones. Lo integran el diencéfalo y los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho.
En el centro del cerebro está el diencéfalo, formado por el tálamo, el hipotálamo y el epitálamo. El tálamo se encarga de recibir casi todos los impulsos sensitivos y motores que provienen de otras estructuras del sistema nervioso central y las distribuye a las zonas específicas de la corteza cerebral.
El hipotálamo está debajo del tálamo, tiene el objetivo de regular los procesos fisiológicos como la necesitad de alimentos, sexo y bebida, controla además el sistema endocrino formado por una serie de glándulas que segregan hormonas y se encuentran distribuidas en diferentes partes del organismo.