En un anterior artículo ya daba muchas respuestas a las excusas, pero no está de más insistir en un tema en el que el pretexto y la justificación parecen mandar sobre nuestro día a día, ejerciendo su influencia sobre las obligaciones y responsabilidades.
Llegar al podio de los triunfadores supone vencer las excusas. Parece que ante cualquier situación que se nos plantea o nos plantean, buscamos directamente la excusa para quitárnosla de en medio en vez de buscar la solución o el camino para llevarla a cabo.
A todos nos pasa. Aquí no se libra nadie. En mi caso la última fue precisamente el otro día. Un conocido me hizo una propuesta para un determinado tema e inmediatamente de mi boca, casi sin pensarlo, salió la excusa como para protegerme ante la aceptación de algo que me había dejado «descolocado» y que no se encontraba entre mis próximos planes. Después, más adelante, medité sobre el tema, analicé mis excusas y decidí aceptar, pero primero quiso vencer la excusa.
Las justificaciones y huidas de las responsabilidades, nunca pueden dirigir nuestra vida. Las excusas se harán fuertes siempre que no demuestres que eres tú quien decides y quien debes actuar a pesar del esfuerzo que requiera un asunto.
La excusa nunca elude tu responsabilidad, solo parece perdonar tu obligación aunque tu conciencia sabe que ese obrar no es lícito. La excusa es huir. La excusa es un claro signo de cobardía que también puede venir adornado de pereza.
Pero las excusas no son tan fuertes como tú. ¿Por qué permites que te venzan? ¿Por qué dejas que te manipulen? Esos pretextos te manejan como una marioneta y tú te dejas llevar arrastrando tus pies, moviendo tus brazos y anulando tu mente, mientras que te dirigen hacia un camino que tú no has elegido, pero que tampoco rechazas porque te mantiene a gusto en la famosa zona de confort.
¿De verdad quieres que venzan las excusas? Entiende que las excusas son pura cobardía, miedo a enfrentarte con la verdad. ¿Vas a dejar que ellas decidan? ¡Enfréntate y sé valiente! Tú eres más fuerte que tus excusas, pero para ello también tienes que demostrar tu valentía, dejar la comodidad y empezar dando ese primer paso que demostrará de lo que eres capaz.
Vivimos en un mundo de excusas, de falta de compromiso, de cobardía, de falta de sinceridad, de indecisión, por eso hay que mostrar coraje para no evadir las responsabilidades.
Tus capacidades y fortalezas son capaces de detener cualquier cómoda justificación que quiere prevalecer ante una situación determinada. ¿Por qué lo primero que viene a la mente es la búsqueda de la excusa y no la solución o enfrentamiento a la situación? ¿Por qué dejas que prevalezca la comodidad del pretexto y la cobardía, cuando la decisión y la acción siempre será la que te haga crecer, demostrando tu categoría personal.
Decía Steve Jobs: «Todo tiene una explicación de lo que hoy eres y tú eres el causante. Si miras hacia atrás, encontrarás cómo esos hilos se van hilvanando». Quejarse, patalear y buscar culpables puede hacerte sentir mejor, pero no soluciona nada. Hay que poner el foco y la energía en buscar alternativas, que siempre existen. La excusitis es la enfermedad del fracaso.
No puedes dejar que las excusas te alcancen y te atrapen. Tienes que seguir corriendo. Solo cuando se dan pasos adelante los pretextos se quedan atrás y vences los retos. Quien quiere llegar, busca caminos. Quien no quiere llegar, busca excusas.
¿Cómo de grandes son tus sueños? El éxito ocurre cuando tus sueños son más grandes que tus excusas.
Puedes tener resultados o puedes tener excusas, pero nunca ambos. El pretexto y la falsa justificación nunca conduce a buenos resultados.
Recuerda: si no te arriesgas hoy, mañana encontrarás otra excusa para no hacerlo.
Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
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